Hay veces que la paciencia se agota, y eso que sólo va empezando la semana. Después de haber tenido que abandonar mi blog por causas de fuerza mayor, sobre todo por mi cambio de trabajo, puedo decir que tendré que ubicarme casi, y cuasi como un servicio de odiosa, pretenciosa y altanera columna semanal, como en el resto de los grandes medios tradicionales, para que de una vez por todas salga adelante de atolladero marginal y de poca monta en el que me encuentro. Y no es que los excesos de los actores políticos no me hagan rechinar los dientes, y no es que no me ría de lo increíble que puede resultar ver a los principales hacedores de la política repetirse hasta el hartazgo y el infinito, y no es que el actual presidente sea un dechado de virtudes y que los del Movimiento Ciudadano sean el último bastión de la decencia y buenas maneras en el país (que no lo son, ninguno de ellos), no y no, y más de aquel no.
Y no es tampoco que no deje de ver que la estulticia de la Iglesia Apostólica de Roma no se contradiga desde sus cimientos con el "no me gustan los homosexuales; pero soporto y hasta escondo a los pederastas"; peor cierto los depredadores sexuales de la peor calaña, junto a los padrotes, tratantes de blancas y estúpidos del tipo y que "no abunda por doquier", no. Y no es que tampoco resulte por demás cómico ver cómo "todo mundo" esperaba "el fin del mundo en diciembre de 2012" y que cuando sea el verdadero no les va a dar tiempo ni de subirse los calzones, no, no y no.
Todo es criticable, tan temible como siempre y pareciera que "estupendamente", todo ciclo humano tiende, sin más remedio, y de la manera más brutal, oligofrénica y simple, de repetirse, como en un tiovivo del que todos desean bajarse por las náuseas; pero nadie tiene la suficiente creatividad y valor para hacer todo la porquería a un lado, tomar la delantera, liderazgo ó lo que sea para romper el círculo vicioso.
Y como yo sólo me divierto criticando, seguramente tendrán más noticias mías los miércoles, así que no dejen de pasar por esta su supuestamente amena, que no lo es, y si muy atenta columna semanal.... gracias por su apreciable concurrencia, un apretón de manos y aquí nos estaremos viendo, si Dios nos presta venia.
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