Hace poco visitando otros blogs de por ahí, me encontré con las disertaciones de unos "simpáticos" norteñitos, quienes se desquiciaban sobre los usos y desusos tamaleros de los habitantes del DF. No me molesta en lo absoluto que reflexionen sobre el pleonasmo que representa comer harina con harina y luego beber harina -traducción: torta de tamal con un atole de chocolate. Lo que sí me molesta y mucho, es lo que pasa en general con gente venida de otras partes de la República Mexicana:
¡SE QUEJAN DE TODO LO QUE ESTA AQUÍ! ¡CARAJO!
Expresan su descontento por todo lo que significa la vida aquí, de si vamos, si venimos, si hay tráfico, si no hay, del metro, de los peseros (¡Exacto!, no necesitas ser de fuera para quejarte por los mugrebuses), de los conciertos, de la música en general -los citados individuos sufrían por la salsa, el merenge y demás ritmos tropicales, a los cuales calificaron de "chilangadas", ni tratar de explicarles que ese tipo de música ni siquiera nació en esta Ciudad, ¡Carajo!-
Pero eso sí, nomás los tratamos a ellos como nos tratan a nosotros, nada más arribamos a su terruño, y de inmediato nos califican de "Pinches chilangos" y demás etcéteras -de los cuales no referiré ninguno aquí-. Además, si uno se porta mal con los ya mencionados, les brinda el pretexto perfecto para que después anden pregonando su bonito y famoso slogan: "Haz patria, mata un chilango"
Pero yo les tengo uno mejor ... "Haz patria culturiza a un norteñito"
Este es un plan didáctico dividido en partes. Al educando en cuestión hay que decirle que:
1.-"Al lugar que fueres haz lo que vieres"
2.-Deja de ver tele "papacito", la "caja idiota" NO es la realidad
3.-La quebradita y la música de banda NO SON TODO lo que el norte del país tiene que ofrecer al mundo -gracias a Dios por eso-
4.-Y si vienes por acá "aplaca tu odio racista", sino kedate a trabajar en tu lugar de origen
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