domingo, julio 24, 2005

Mettro-Sis

Metro ZapataPerdido entre el humo que se desprende del asfalto caliente, desnudo, manoseado por millones de personas, camino por la acera de enfrente a la hora pico en esta ciudad. Aquella banqueta donde no hay ruido, donde me hallo insensible, alejado de estos pequeños humanitos, quienes corren y se muerden entre sí. Devorados y verdugos, quienes se sienten con derechos a exigirse, a insultarse y a entopecerse. Gritan como pocos animales se han atrevido en siglos, los últimos que consiguieron hacer oir su voz de esa forma, han dejado de circular sobre ella hace sólo unos cientos de años. Es de repudio saber que sólo son capaces de atrastrarse por ahí, quejándose de su desgracia. Deberíamos subastarlos a todos. Indicarles el camino que deben seguir para dejar de hacer bulto. Estorban y sólo se dedican a ensuciar, a desperdiciar y a extinguir todo lo que sustenta su propia existencia. El primer olor que apesta el aire es la supuesta comida rápida que "guisan" en las salidas. Aperturas en el suelo cuya única función es vomitar incautos.

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