Cortes disparejos

Definitivamente, muchos de nosotros esperábamos un poco más de los recientes nombramientos hechos por el presidente electo Felipe Calderón. Creíamos, que rebasaría las expectativas que se tienen respecto al continuismo que le podría dar a la olvidable administración federal saliente. Sin embargo, mostró una vez más que el gobierno y las cúpulas partidistas únicamente se colocan en posiciones beneficiosas para sí mismos.
En realidad, los espectadores del circo, esperábamos que hubiera un gabinete conformado de manera plural, sin impotar su extracción y filiación partidista ¿Por qué no acercarse más a sus conocidos antagonistas? ¿Por qué no romper verdaderamente el cerco autoimpuesto por el PRD? ¿Por qué no mostar un poco de respeto por el apreciable, quienes únicamente tenemos como conciencia la urgencia de las medidas que se deberán tomar? No nos importa un bledo que sea un "presidente espurio", un "presidente legítimo" o "un Congreso dividido" los que lleguen a acuerdos. Sino se toman las medidas adecuadas y apremiantes, probablemente no haya un próximo sexenio.
Si Andrés Manuel López Obrador pretende lanzar iniciativas especiales, usando una de las instituciones que tanto despreció durante su pasada campaña, es intrascendente. Lo verdaderamente primordial será que realmente estén pensadas, reflexionadas, no hechas al nalgadazo como suele. Casos específicos: la edificación y puesta en funcionamiento del Metrobús, el Segundo Piso del Periférico; su bastante deficiente, desacato a las autoridades judiciales, o su maltrecha hasta el hartazgo -por no decir "eleborada con las patas"- impugnación de los comicios generales del 2 de julio. Lo trascedente, será impulsar propuestas prácticas y sobre todo viables, las cuales puedan tener un corte; pero no ser de ninguna forma sólo populistas. Realmente enfocadas en resolver y de forma efectiva, las deficiencias, intransigencias y omisiones en los que vive inmersa la sociedad.
Si únicamente pudiera dejar atrás su discurso bobo, su cuadernito lleno de ofensas pasadas, y concentrarse en lo que tiene enfrente. Centrándose en el proceso necesario de la oposición para convertirse en un contrapeso del gobierno y forzándolo a tomar las providencias necesarias para el país. Sólo de esa manera -y no de otra- la gente como yo -escéptica y apartidista- podría empezar a pensar en votar por él en las próximas elecciones de 2012.
Pero sin resultados tangibles, y sólo parches, remendones y obras "para taparle el ojo macho", incluido el seguro para ancianos, madres solteras, y demás; ni siquiera se asoma como una posibilidad, el emitir un sufragio de apoyo. Eso si todavía existe para ese entonces algo que podemos llamar México.
Para Calderón, será o muy fácil, o una empresa de dimensiones titánicas. La gente que designó, -y a diferencia de los medios de comunicación masiva, los cuales lo califican como "de bajo perfil"-, no parece las más indicada para darle certeza a la gente sobre las capacidades del nuevo gobierno o siquiera para mostrar algo de simpatía a las expectativas de la población. Carente de credenciales de peso, únicamente se vislumbra un movimiento interesante en lo que respecta a la designación de Josefina Vázquez Mota, situación que puede tener tres posibles connotaciones:

1.- Impulsar una agenda de trabajo en el sector educativo en México, pues de éste depende en realidad todo lo demás, incluida la creación de empleos a mediano y largo plazo.
2.- Simplemente un movimiento diseñado para contrarrestar, y tal vez eliminar el riesgo que implican los sindicatos. Determinación motivada obviamente por los recientes problemas registrados en Oaxaca, y
3.- Nulificar o desplazar a la mayestra a sus allegados y cotos de poder

Desgraciadamente, y si aplicamos en este insomne estado de cosas, la conocida máxima de Murphy: "Lo que mal empieza, acaba peor"; las cosas no parecen pintar bien desde el principio. Ni por el lado de los fanáticos de Pejehová, ni por el de Felipe Calderón y supuestos curanderos y magos de la macroeconomía.