Es un acontecimiento extraño. Precisamente ayer comentaba con alguien de mi entera confianza sobre este asunto. Me explico. A pesar que estoy en contra de la pena capital, planteaba durante dicha plática, la posibilidad de contratar a un tipo como Elliot Ness, pero me refería al sujeto de la vida real, no el que aparecía en la serie de televisión, ni el de la película de Brian de Palma, personificado por Kevin Costner, sino aquel que llegaba para hacer una redada para impedir actos ilícitos, eliminando a los delincuentes. Es decir, alguien que estaba del lado de la ley, pero con la mano libre para atacar a la delincuencia, un individuo que fue necesario -desde cierto punto de vista- en un momento histórico en el cual no hubo de otra. Creo que por ahí existe otro personaje -éste sí de ficción- que trataba de recuperar algo de su felicidad y dignidad perdidas por un acto atroz contra su familia: el Vengador Anónimo.
En este país, no sería la primera vez que este tipo de cosas pasa. El caso del linchamiento de los elementos de la PFP en Tláhuac sólo es un reflejo borroso de este hecho, pues existen algunos otros casos similares, en esa misma demarcación. Por ejemplo, durante algún tiempo se organizaron "cuadrillas" de personas que hacían rondines como medida preventiva ante la delincuencia, y que sirvieron a su propósito de manera efectiva. Nada de linchamientos o cosas por el estilo, sino que los rateros e individuos con actividades parecidas, se limitaban por temor a ser capturados por esos "grupos".
Es muy probable que alguna gente repruebe este tipo de actos, habrá otros más que señalen la intervención clara de rivales criminales, quienes en su afán de deshacerse de la competencia, recurran a acciones como la decapitación de delincuentes, pero ¿Qué otra opción le dejan al pueblo?
Michoacán: grupo vengador, detrás de las decapitaciones
En una inserción pagada, invitan a la población a sumarse a su agrupación; según autoridades federales podría tratarse del cártel del Golfo.
Mediante sendas inserciones pagadas en los periódicos La Voz de Michoacán y El Sol de Morelia, así como en miles de volantes que distribuyen en las principales ciudades de esa entidad, una organización autodenominada La Familia Michoacana se reivindicó las recientes ejecuciones, y dijo que busca “poner orden” en el estado, por lo cual continuará eliminando a presuntos narcotraficantes y secuestradores. (nota completa) Vía: Milenio Diario
De hecho, todo esto me recuerda un acontecimiento del siglo pasado, un relato que me contó un amigo muy querido hace algún tiempo. La cosa va así: En un pueblo del norte del país, su abuelo era el encargado de seguridad, es decir, era algo así como "el cherife". Además, en esa población había una cárcel, pero en la que sólo cabía una persona. Y siempre había alguien encerrado en ella, pero nunca era el mismo. Y no es que los perdonaran o cosa similar. No. El asunto es que si eras delincuente, no podías darte el lujo de dejarte atrapar, eso o te dedicabas a cosas menos peligrosas o lícitas, el menos. Por ejemplo, si estabas preso en esa cárcel, pedías al cielo que no agarraran a alguien más, pues de ser así, te sacaban a tí, te fusilaban y metían al otro en tu lugar.
Considero que en este México nuestro, necesitamos medidas así, pragmáticas y efectivas, pero no únicamente en el ámbito judicial, sino en todos. "Duro y a la cabeza"
En este país, no sería la primera vez que este tipo de cosas pasa. El caso del linchamiento de los elementos de la PFP en Tláhuac sólo es un reflejo borroso de este hecho, pues existen algunos otros casos similares, en esa misma demarcación. Por ejemplo, durante algún tiempo se organizaron "cuadrillas" de personas que hacían rondines como medida preventiva ante la delincuencia, y que sirvieron a su propósito de manera efectiva. Nada de linchamientos o cosas por el estilo, sino que los rateros e individuos con actividades parecidas, se limitaban por temor a ser capturados por esos "grupos".
Es muy probable que alguna gente repruebe este tipo de actos, habrá otros más que señalen la intervención clara de rivales criminales, quienes en su afán de deshacerse de la competencia, recurran a acciones como la decapitación de delincuentes, pero ¿Qué otra opción le dejan al pueblo?
Michoacán: grupo vengador, detrás de las decapitaciones
En una inserción pagada, invitan a la población a sumarse a su agrupación; según autoridades federales podría tratarse del cártel del Golfo.
Mediante sendas inserciones pagadas en los periódicos La Voz de Michoacán y El Sol de Morelia, así como en miles de volantes que distribuyen en las principales ciudades de esa entidad, una organización autodenominada La Familia Michoacana se reivindicó las recientes ejecuciones, y dijo que busca “poner orden” en el estado, por lo cual continuará eliminando a presuntos narcotraficantes y secuestradores. (nota completa) Vía: Milenio Diario
De hecho, todo esto me recuerda un acontecimiento del siglo pasado, un relato que me contó un amigo muy querido hace algún tiempo. La cosa va así: En un pueblo del norte del país, su abuelo era el encargado de seguridad, es decir, era algo así como "el cherife". Además, en esa población había una cárcel, pero en la que sólo cabía una persona. Y siempre había alguien encerrado en ella, pero nunca era el mismo. Y no es que los perdonaran o cosa similar. No. El asunto es que si eras delincuente, no podías darte el lujo de dejarte atrapar, eso o te dedicabas a cosas menos peligrosas o lícitas, el menos. Por ejemplo, si estabas preso en esa cárcel, pedías al cielo que no agarraran a alguien más, pues de ser así, te sacaban a tí, te fusilaban y metían al otro en tu lugar.
Considero que en este México nuestro, necesitamos medidas así, pragmáticas y efectivas, pero no únicamente en el ámbito judicial, sino en todos. "Duro y a la cabeza"
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