¿Cómo diche?

Desde hace mucho tiempo (antes de sufrir las asquerosas elecciones presidenciales del 2006) se divisó (ansinita) que la política en el país se estaba degradando a pasos agigantados. Desarticulación que sólo reflejaba ( y todavía lo hace) la realidad que acecha y provoca la actual desintegración social que aqueja al pueblo mexicano, traducida en cosas como polarización y delincuencia organizada.

Recuerdo que un amigo bloggero y militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD), se quejaba tristemente de cómo las cosas en torno a López Obrador se habían pervertido a tal grado, que lo que antes era un diálogo abierto para dirimir opiniones y llegar a un entendimiento entre las propias corrientes internas de ese partido, ahora se había transformado en un "culto a la personalidad".

Pero no únicamente él se decepcionó (claro, a criterio mío), muchos integrantes de esa asociación tuvieron que sufrir y luchar "solos" la enajenación de su partido, y observar con horror como "simpatizantes" (que no militantes) del compañero Andrés, violentos e iracundos, acallaban con agresiones directas a todas aquellas voces de razón dentro del propio Sol Azteca. Les llamaban de todo, traidores (qué término tan en desuso hoy, ¿No?) y otras tantas porquerías que no reproduciré en este momento. Incluso, llegaron a agredirlos física y psicológicamente. "Algunos" de esos militantes de base, quienes buscaban actos significativos y "reales", terminaron por alejarse de toda esa parafernalia lópez-obradorista, asqueados -creo yo- hasta la médula de tanto exceso.

También es sabido por ciudadanos sin filiación en particular (como un servidor), que expresar opiniones enfrente de "simpatizantes" del Peje es cosa de pensarse, y no solamente por evitarse un debate estéril, sino porque puede uno sufrir acciones violentas por parte de esos "pejelovers", como los llaman algunos. Ójala todo quedara en unas cuantas palabras idiotas, en insultos, en una confrontación con opuestos puntos de vista; pero no, así que algunos consideran (como un servidor), mejor quedarse callados y no sufrir inútilmente, pues muchos seguidores de AMLO no vienen solos y les gusta "arreglar" sus "deferiencias" de manera pacífica, ordenada y sobre todo tumultuaria.

Y no es que no aprecie que hoy en día existe mayor cohesión social entre los "simpatizantes" de Pejemanuel (porcualesquier serie de motivos), sino que lo verdaderamente molesto es que para ellos todo es permisible: insultar es permisible y hasta deseable. Desacreditar sin bases es permisible, eso hasta que uno de ellos es atacado, entonces ya no es siquiera anhelable. Agredir es permisible, deseable y hasta justificable, todo lo contrario cuando la "polecea" viene por ellos y entonces son débiles ciudadanos que expresan sus opiniones en un acto público. La justicia es del rico y del político corrupto; pero mientras que a Chonita se la calzoneen, que impúdicamente la saquen en videos bolseándose dinero agarrado con ligas, se le pruebe que recibió sobornos en delegaciones como la GAM (y demás etcéteras); pero sin que haya fuerzas del orden represor, eso sí "está chido", "Vamos México" y que prevalezca "la democracia".

Los excesos de los que hablé antes, tuvieron que pasarle a "gente importante" dentro del PRD para que se levanten demandas, se inquiera a culpables, y se reconvenga a quienes hacen daño, pero entonces ¿Qué pasa con todos los demás que hemos sufrido calamidades a manos de obtusos?¿Qué pasa después que hemos tenido que aguantar ruido visual y anímico durante años a manos de personas que manejaban -en pretérito compuesto- al Sendero del Peje (porque es sabido que unas personas se apoderaron del Sendero del Peje original)? ¿Los políticos apenas se enteran (como siempre) que existen los blogs, y ahora sí, les gustó el caldo para hacer albondigas? ¿Por qué demandar legalmente a quien vierte sus derivaciones mentales en algo como un sitio público? Y eso que siempre he estado y estuve en contra de las inclinaciones de los que hurgaban en su nariz para encontrar algo de inspiración, mientras escribían basofia en la citada bitácora (¡Y que Dios, lo siguen haciendo!). Además, que nunca reciben comentarios de otras personas en la blogósfera que no tengan sus mismas incisiones craneales (y bueno, ahora ya tienen un foro).

¿Será ésta, la nueva ola de acciones de nuestros sagazes legisladores, ahora que ya "dominan" la censura en el espectro radioeléctrico? ¿Ahora van por los blogs?
Eso sí está de alarma (la de Tós).


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