Creo que el frío se ha dejado sentir en la anteriormente conocida como "la ciudad más grande del mundo". Dejando un poco de lado lo del gélido ambiente que se ha dejado sentir en esta comúnmente tibia metrópolis, no creo que debamos de extrañar para nada, el mentado epíteto y que nos eliminó otro manufacturado por el recién fallecido Carlos Fuentes (La Región más Transparente).Y no es porque debamos sentir que nos han quitado algo, un título nobiliario, que ya nadie nos quiera ó algo similar, sino que gracias a que otros humanitos en alguna otra parte del mundo nos hicieron el bendito favor, y decidieron ampliar los márgenes de alguna urbe del orbe, nos ubicamos ya no en el primero (gracias a Dios) sino dentro de los 10 primeros escalafones.
En este titiritante contexto, nos hayamos en las vísperas de conocer quién será el próximo presidente de EU. Si Barack Obama continuará como primer mandatario ó sí Mitt Romney se erguirá como el triunfador de la contienda electoral norteamericana. Que si el fondo del asunto es una contraposición en la visión del país que quieren los estadounidenses. Que si es una visión económica, que si Romney tiene un proyecto "avant garde"; pero opuesto a la idea redistributiva, ó que si Obama tiene un plan regresiva desde su raíz.
Los mexicanos, como siempre, quieren pensarse básicos en una plática en la que ni siquiera han sido invitados (sí, sin importar la cantidad de colados ilegales que se cruzaron a nado el Río Bravo) como un tema importante en la agenda política del país al norte de suelo azteca, encontrándose -como mil veces antes ha pasado- con un imponderable y olímpico "palmo de narices", y una serie de afirmaciones, desconocimiento y omisión negligente de los políticos "americanous". Yo disfrutaría en verdad si los ciudadanos de esta república dejaran de pensarse como un punto cardinal para la vida binacional entre ambas naciones. Resumiendo: ni nos quieren, ni desean hacernos concesiones, ni reformar su política migratoria, ni empleos temporales, ni modificar la criminalización de quienes sean indocumentados. Quien crea lo contrario debería hacerse un verdadero lavado cerebral. Ni ocurrirá por la "buena voluntad" de los gringos, ni porque sea un asunto de la mayor importancia nacional en EU.
¡Qué caray! ¿Será reiterativo decir que a los norteamericanos lo que más les agrada de México es su territorio, sus tesoros culturales, sus mujeres, su desenfreno durante los Springbreaks y sus recursos naturales? ¿Y qué lo que más aborrece se resume a un simple sustantivo gentilicio: los mexicanos?, sean migrantes ilegales, legales ó el obstáculo irremediable que significa Carlos Slim para sus intereses transnacionales en el sector de telecomunicaciones. Para quien no lo entienda, el señor Slim representa para algunos empresarios estadounidenses lo que dicta el viejo adagio: "una piedra en el zapato" ó "como untarles chile (picante) en la cola (trasero, nalga, culo, etcétera)".
Concluyendo
La cosas no cambiarán para los mexicanos y migrantes (a excepción que sean cubanos, porque a ellos si se las ponen fácil de todas, todas) en general que vienen de América Latina. No importa quién gane, la realidad es una, y la opinión de los gringos respecto a los hispanoparlantes también.