martes, junio 01, 2010

Post: Otra vez, ¿Qué es ser mexicano?

En realidad, estoy pensando en escribir este post que lleva algún tiempo en construcción. Pero creo que a pesar del empeño quedará incompleto, pero no por falta de empeño, sino por la extensión de la idea, de la investigación que requiere un tema tan serio y tan amplio y tan propicio para la discusión.

Hoy he visto como los medios de comunicación quieren apropiarse de algo que en este momento -tristemente- nadie reclama como suyo: el orgullo de declararse mexicano. Pero no como la inmensa mayoría de los patrioteros suponen, un grito de euforia el 16 de septiembre, unas enchiladas, una borrachera con música de mariachis y una idea obtusa de gritar "Viva México cabrones" a la menor provocación.

Lo anterior me ha encendido una pregunta desde mis años de secundaria: ¿Qué significa ser mexicano?

Dicha pregunta me ha sacudido en diversas épocas y años, y nunca -he de ser sincero- he podido responderla. Considero que no he podido, simplemente, por la posible amplitud de respuesta. ¿Es la música? ¿Es la comida? ¿Las tradiciones? ¿El idioma? ¿Las costumbres? ¿La idiosincrasia?

No sé, sencillamente, no sé. ¿Es una suma de todas las anteriores?


No sé, porque... ¿Cuántas lenguas se hablan en México? ¿Cuántas maneras tenemos de celebrar, digamos, el Día de Muertos? ¿Una, dos, diez? ¿Tenemos un platillo común para toda la cocina mexicana? ¿Respondemos igual ante las injusticias? ¿Ante la belleza, los placeres o la vida? ¿A todos nos gustan o nos debe gustar la música de mariachis? ¿Y la música de Banda? ¿Esa no cuenta? ¿Y la música de huapango? ¿Y las décimas veracruzanas/huastecas?

¿Tenemos una historia común? ¿Acaso en todos los lugares y rincones de México se han presentado coyunturas que nos han dado un sello particular como raza, como nación? Sólo baste recordar los movimientos independentistas de Chiapas y Yucatán, las luchas de los raramuris en el norte del país, la distinción que hacen de sí mismos los puremen en Michoacán, el extraño orgullo de que hacen gala las personas oriundas de estados/ciudades como Nuevo León, Monterrey, Tijuana, Tamaulipas y otros... la palurda y callada discriminación contra personas de rasgos africanos en suelo mexicano, y la conocida y hasta justificada contra los defeños/chilangos... y la que éstos últimos hacen contra todos los que "no son de aquí"....

¿Mexicanos? ¿Todos nos sentimos así? ¿Cuántas veces no hemos escuchado a oaxaqueños sentirse ofendidos por recordarles que ellos también lo son? ¿Dónde habita entonces el orgullo de ser mexicano? Y no hablo de localismos como: soy regio, ó soy de Sinaloa... etcétera. ¿Dónde está ese orgullo? ¿Realmente existe? ¿Vive? ¿O jamás ha existido? ¿Ó sólo vivió en personas de talla histórica como Guillermo Prieto, José Vasconcelos, Mariano Matamoros ó José María Morelos y Pavón?

Y nosotros, los "simples mortales" ¿Qué sentimos? ¿Nada? ¿Revanchismo? ¿Necesidad de igualar las cosas? ¿Venganza? ¿Apatía/Hueva? ¿Rebeldía? ¿Disensión?

¿De veras sentimos que tenemos una patria? ¿Un suelo que es realmente nuestro ó sólo es un "arco reflejo" de nuestro condicionamiento social, del condicionamiento de los grandes intereses o medios de comunicación que se benefician de nuestra "eterna ignorancia"?

¿Sentimos que tenemos alguna responsabilidad de nuestras acciones? ¿Sentimos que tenemos alguna obligación con nuestro vecino, nuestro conocido, el pasajero que va enfrente de nosotros en el metro, taxi, camión, avión ó tren? ¿Si estallara una guerra con otra nación, sentiríamos el apremio de luchar -como en otras épocas, personas que vivieron aquí lo asumieron- por cuidar, salvar a nuestra nación, a nuestra patria? ¿Consideramos que hay una patria? ¿Una patria que puede ó debe ser salvada?

La verdad siento una amplia tristeza al ver y comprobar a diario que los sentimientos, valores y estandartes que inspiraron a "esos grandes pro-hombres de antaño" ya no sirven ó son sustituidos por otros, tal vez más mezquinos, tal vez más superficiales y ególatras. Me desespera observar que los ciudadanos comunes y corrientes, la mayor parte de las veces, simplemente "no quieren ser molestados", no quieren inmiscuirse en problemas, en situaciones difíciles, en circunstancias desventajosas, en trabajo arduo y no remunerado.

He visto infinidad de veces cómo los nuevos ciudadanos simplemente quieren o desean superar sus actuales condiciones, pero no para mejorar al país, sino únicamente para mejorarse a sí mismos y a sus poco deseables condiciones. Ganar más para ser más, esa parece ser la consigna, la única consigna posible.

¿Dónde quedaron los maestros como motor de evolución de la sociedad? ¿Dónde quedaron las enseñanzas de los misioneros que deseaban mejorar las condiciones terrenales y divinas de sus adoctrinados? ¿Dónde? ¿Sujetas, cautivas, extraviadas? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Cuándo haremos algo? ¿Nunca? ¿Es mejor vivir anestesiados? ¿Es más cómodo? ¿Quién dijo que hacer una patria era cómodo? ¿Quién dijo que el hecho de tener una patria era algo ya consumado? ¿Quién vendió esa idea? ¿Acaso el vivir el presente no tiene la imprescindible condición de construirse a cada instante? ¿Por qué habría de ser diferente con la patria/país? ¿No acaso con el amor sucede igual? ¿No es acaso una construcción diaria de fe, esperanza, sacrificio y trabajo arduo? ¿Acaso esperamos que sea la Selección "Mexicana" de Fútbol la que recupere las ganas de sentirse mexicano por 90 minutos ó cada vez que viajan a un Mundial –el ya merito de Sudáfrica 2010- para demostrarnos que somos entes de 4a. categoría? Y que cuando pierden ¿nos lo recuerdan?

¿Quién dijo que éramos de cuarta categoría? ¿Los países desarrollados? ¿Los otros países tercermundistas? ¿Y nos lo creímos? ¿Tuvimos que comprar esa idea? ¿Por qué? ¿Solamente la concepción capitalista/socialista es la única capaz y verdadera definición para una patria o nación? ¿Sólo lo cuantificable como el dinero nos permite ser más o mejores? ¿No hay otra escala? ¿No debiera existir alguna otra? Y si no existe ¿no deberíamos inventarla?

Hasta este momento sólo he encontrado algo que es cierto, ser mexicano requiere una construcción constante, diaria ¿Por qué acaso no se es lo que uno cree que es? ¿No deberíamos creer que somos el mejor pueblo del mundo? ¿Que México tiene algo más que sólo historia, o campañas publicitarias para vendernos la idea de "convertirnos" en mexicanos para la celebración "histórica" del Bicentenario de la creación de México?

Si personajes como Octavio Paz y Carlos Fuentes han tratado de responder a la misma pregunta que de alguna manera he heredado ¿Cómo habría yo de encontrarla? ¿Soy menos que ellos? Pues puedo no ser de su talla, pero no por ello soy menos, ni puedo cejar en mi empeño, que es una parte de lo que me constituye como mexicano ó pretende deconstruirme como tal.

No sé, sigo en búsqueda y los cuestionamientos me persiguen aún, como maldición, como recordatorio, como lápida...

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