En un post de nombre Castañeda y la CIDH el amigo Rolva señala acertadamente que la contienda legal de Castañeda es totalmente legítima . Y estoy de acuerdo. También, manifiesta que Castañeda se ha ajustado al marco jurídico existente, cosa que Andrés Manuel López Obrador ha desconocido desde siempre, no sólo durante su patético caso de desafuero, sino desde su acciones de rebeldía civil en su estado natal. Castañeda en vez de jugársela por el lado populista, usó su carta de apego a la ley -que de hecho no hubiese podio jugar otra, por ejemplo, la de mátir de Macuspana, pues ya estaba dada- la más viable para ejercer cierta presión sobre la clase política de este país. Es sabido que tampoco le quedaba otra vía, pues carece tanto de tacto tanto como de aliados. Estoy de acuerdo con Rolva.
Sin embargo, diré, con temor a equivocarme, que la denuncia contra regímenes autoritarios puede ser ocupada después que el dictador o la administración represiva de una determinada nación pierda o salga del poder, pues de todas formas queda un antecedente legal. Asimismo, estoy de acuerdo con el señalamiento que subraya la posición encontrada de Castañeda con las agrupaciones partidistas en México, las cuales no renunciarán tan fácilmente a sus intereses respecto a la ley electoral vigente. Creo de la misma forma que el debate respecto a permitir candidaturas independientes está cerrada, es decir, son indispensables y serían una buena herramienta a la larga para aspirantes con honestos deseos -tal vez utópicos- de acceder a la presidencia.
Por otro lado, creo que debería observarse y analizarse a fondo el papel del legislativo al aceptar un convenio que de alguna forma se contrapone a las leyes en México, pacto que de ninguna forma puede violentar o imponerse en nuestro país, pues es la Constitución la que rige de manera absoluta sobre los parámetros jurídicos y sociales en México. Es decir, como es sabido por todos nosotros, los legisladores dejaron de lado su chamba otra vez, nada más firmaron para salir bien en la foto. Y sí, el reclamo de Castañeda se hizo con una doble intención, Uno. Para mostrar las incongruencias de la ley electoral respecto a la Contitución mexicana vigente, la cual señala que todo mundo puede ser votado. Y Dos, para ejercer cierta presión internacional que force a la justicia en México a ceder ante sus demandas, todas ellas con cierta razón.
El debate se centra en un hecho contundente y en el cual, tal vez, no encontremos convergencia posible y es este: Rolva tú crees que las intenciones de Castañeda son claras, honestas y van al punto y versus yo siempre he creído que a la última persona a la que debe creerse es a cualquier político de carrera que diga que su lucha es justa. Digo, baste que veamos a AMLO, ¿No crees? Eso es en cuánto a este país se refiere, ya que el enemigo histórico del pueblo ha sido y sigue siendo el gobierno en todos sus niveles -porfavor, entiéndase también a todas aquellas personas que participan o han participado en él.
P.D.
De verdad, Rolva gracias por el debate y suma de ideas, esperemos seguirlo haciendo muy pronto.
Sin embargo, diré, con temor a equivocarme, que la denuncia contra regímenes autoritarios puede ser ocupada después que el dictador o la administración represiva de una determinada nación pierda o salga del poder, pues de todas formas queda un antecedente legal. Asimismo, estoy de acuerdo con el señalamiento que subraya la posición encontrada de Castañeda con las agrupaciones partidistas en México, las cuales no renunciarán tan fácilmente a sus intereses respecto a la ley electoral vigente. Creo de la misma forma que el debate respecto a permitir candidaturas independientes está cerrada, es decir, son indispensables y serían una buena herramienta a la larga para aspirantes con honestos deseos -tal vez utópicos- de acceder a la presidencia.
Por otro lado, creo que debería observarse y analizarse a fondo el papel del legislativo al aceptar un convenio que de alguna forma se contrapone a las leyes en México, pacto que de ninguna forma puede violentar o imponerse en nuestro país, pues es la Constitución la que rige de manera absoluta sobre los parámetros jurídicos y sociales en México. Es decir, como es sabido por todos nosotros, los legisladores dejaron de lado su chamba otra vez, nada más firmaron para salir bien en la foto. Y sí, el reclamo de Castañeda se hizo con una doble intención, Uno. Para mostrar las incongruencias de la ley electoral respecto a la Contitución mexicana vigente, la cual señala que todo mundo puede ser votado. Y Dos, para ejercer cierta presión internacional que force a la justicia en México a ceder ante sus demandas, todas ellas con cierta razón.
El debate se centra en un hecho contundente y en el cual, tal vez, no encontremos convergencia posible y es este: Rolva tú crees que las intenciones de Castañeda son claras, honestas y van al punto y versus yo siempre he creído que a la última persona a la que debe creerse es a cualquier político de carrera que diga que su lucha es justa. Digo, baste que veamos a AMLO, ¿No crees? Eso es en cuánto a este país se refiere, ya que el enemigo histórico del pueblo ha sido y sigue siendo el gobierno en todos sus niveles -porfavor, entiéndase también a todas aquellas personas que participan o han participado en él.
P.D.
De verdad, Rolva gracias por el debate y suma de ideas, esperemos seguirlo haciendo muy pronto.
P.D.2
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