Tampoco plasmaré aquí los ires y venires, mi poca experiencia, mi poco contacto con él en las Aureolas, sobre el cómo marcó mi vida con su sola presencia, sus palabras, su voz (de verdad voy a extrañar su voz), sus trabajos y avatares, sobre cómo su partida marca definitivamente el cierre de un círculo en mi vida.
Sólo me queda algo por decir: Muchas gracias, de verdad, muchas gracias Alejandro.