El filme goza de un buen reparto, encabezado por Crow, Rachel McAdams, Helen Mirren y Ben Affleck, en uno de los pocos papeles que le he visto valgan la pena, pues como cinéfilos sabemos, Affleck no es un buen actor, sí es bastante esforzado; pero la verdad sea dicha, carece de completa verosimilitud en cada una de sus apariciones en la pantalla grande, la única a mi humilde parecer sería "Good Will Hunting", y eso debido a que se parecía mucho a sí mismo. De ahí en más, obvio es decir que el rol principal de Russell Crow es el elemento que sostiene toda la trama. Rachel McAdams es únicamente su sidekick -coprotagonista- y relegada por momentos a un papel enteramente secundario. No hay besos, ni caricias innecesarios, los cuales la mayor parte del tiempo plagan todo tipo de películas. En este filme, "no hay de eso, gracias a Dios"... y no sé el porqué, pues antes de que empiece la cinta colocan el terrorífico cartel de PG-13.
Pero a estas alturas del partido, querido lector, amable lectora, preguntarás ¿Y por qué carajos este chango peludo incluyó una patética reseña cinematográfica en este espacio? Simple: me pareció -y desmiénteme lector(a) si no es así-, le dan un peso importante y específico a un blog político que habla exclusivamente del Congreso de EU. Bitácora alimentada por el personaje al que da vida Rachel McAdams. Es interesante observar cómo en el "mundo desarrollado" un blog puede y provoca polémica, a tal grado que tiende a desencadenar efectos secundarios indeseables para los involucrados. No obstante, y que la cinta no presenta cosas nuevas, existen críticas a favor y en contra.
Además este filme retrata la situación actual por la que atraviesan la inmnesa mayoría de los periódicos a nivel mundial: Internet -literalmente- se los está comiendo. No importa si las publicaciones de la envergadura del NY Times o el Wahsington Post deciden -para sus mejores intereses- cobrar por todo su contenido en línea. El hecho contundente es que esta circunstancia deja entrever que la situación de los grandes diarios ha cambiado diametralmente de 10 años a la fecha, pues antes únicamente se preocupaban por obtener la mejor historia, el mejor contenido, la exclusiva, un premio Pulitzer, lo cual como consecuencia acarrearía un mayor tiraje y por ende un mayor número de lectores y/o eventuales suscriptores. Hoy, sin embargo, deben pelear su lugar, posición, contenido, oportunidad y rapidez con publicaciones y blogs Online, lo cual repercute directamente sobre sus ganancias.
Hace algunos años escribí un cuento corto para una clase llamada "Prospectiva". La historia hablaba de cómo vería "mi mundo" cuando finalmente cumpliera 50 años de edad, y una de las cosas que incluí en dicho texto fue la desaparición de los diarios como los conocemos actualmente, solamente sosteniendo una pequeña base de suscriptores al diario impreso; objeto de papel que sería tratado como un verdadero artículo de lujo por razones tales como la escasez del material para editarlo, el tipo de segmento de consumidores al que iría dirigido, entre otras; y como contraposición desarrollé el uso de unas gafas personales/personalizadas que harían las veces de "lentes", televisión, medio para navegar por internet, gadget de juegos, comunicador/teléfono, identificador individual en la red y demás etcéteras, necesarios en la "vida futura". Pero henos aquí, a unos 15 años de ese cuento, y la realidad va que vuela para allá...
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