Obviamente este mensaje fue recibido vía correo electrónico. No falta decir que odio esas estúpidas cadenitas por hotmail, pero esta información la verifiqué desde su fuente y al parecer es veraz.
Sin más aquí el texto en cuestión:
LES ENVIO CON MUCHO PESAR ESTA TERRIBLE INFORMACIÓN, PUES EL ÚNICO LUGAR QUE CONSIDERABA SEGURO, YA NO LO ES, QUE LASTIMA POR UN LUGAR TAN BELLO, PERO MÁS LÁSTIMA POR UN DELEGADO "DEMOCRATICO" QUE NO ESTA ACTUANDO, Y ESTA MÁS PREOCUPADO EN COMO ASEGURAR SU PUESTO. PERO QUE EL MIEDO NO NOS PARALICE, ACTUEMOS, POR UNA CIUDAD DONDE LAS MUJERES ESTEMOS SEGURAS, PROTEGIDAS, LIBRES Y RESPETADAS.
Una información no muy agradable, si pueden circúlenla, Saludos, Emilia
La brutalidad a plena luz del día
Cuatro mujeres han sido secuestradas y violadas en el centro de Coyoacán este año. Reyna una de las víctimas, relata las torturas que sufrió a manos de un par de sujetos que la interceptaron en una plaza que ha dejado de ser apta para el esparcimiento.
Leticia Pineda
Cigarros quemándole senos y vagina, puñetazos sobre su cuerpo, miradas burlonas y el destello de un diente de oro, son algunas de las imágenes recurrentes en la mente de Reyna, violada brutalmente por dos sujetos el 2º de mayo pasado, cuando salía de su trabajo, a plena luz del día, en el centro de Coyoacán, lugar que asta hace poco era apto para el esparcimiento y la convivencia familiar. Reyna (el nombre es un seudónimo para proteger a la víctima) es sólo una, de por lo menos cuatro mujeres, que en los últimos meses han sido secuestradas en la zona centro de Coyoacán para ser violadas. Una de ellas también fue ultrajada con la misma brutalidad. La mañana de ese viernes Reyna, de 32 años y madre de tres hijos, salió de su casa para cumplir con su jornada laboral como empleada doméstica. Tenía previsto regresar esa misma tarde, pero no pudo llegar temprano para atender a su familia porque antes de que eso sucediera, un incidente trastornó su vida completamente. A las 14:00 terminó sus labores y se retiró de la casa en que trabaja, en una calle al mercado de Coyoacán. Mientras esperaba una pesera del transporte público, un Chevy rojo de modelo reciente se paró. "Pensé que iba a estacionarse, y hasta me subí a la banqueta para dejarlo pasar" recuerda. Pero inmediatamente, uno de los dos hombres que iban a bordo, se bajó. Con un brazo le rodeó el cuello, y con el otro le rasgó el pecho con una navaja. La obligó a subir. El automóvil se arrancó y se dirigió, Reyna no sabe exactamente a donde, sólo recuerda que unos 20 minutos después se paró en una zona apartada. Loción y golpes Dos hombre de entré 35 y 40 años de pelo bien cortado tipo militar, vestidos de manera casual, y despidiendo aún el aroma de una loción, arremetieron a golpes contra ella. Los puños alcanzaron cada espacio de su vientre, pecho, espalda, piernas brazos. La piel morena de Reina, una "mujer menuda de 1.57 metros de altura y 43 kilogramos de peso", quedó casi en su totalidad marcada por los moretones y las heridas, a excepción de la cara, donde los agresores sé aseguraron de no dejar huella. Había muchos árboles y durante las casi dos horas que permaneció en el asiento trasero del auto, lo único que vio fue una pared llena de propaganda política. Entonces, empezaron los golpes, después vino la violación múltiple. Primero el hombre de pantalón negro de vestir y camisa blanca, después el de beige y camisa olivo. En el intermedio puñetazos y más puñetazos. "Pinche puta, te vamos a quemar porque no tienes nada de chichis", le gritaba uno, mientras le hundía un cigarro tras otro en los pezones y en los labios de la vagina.
Indiferencia
En medio del terror, ella logró ver a dos personas acercarse. Reyna asegura que se percataron de lo que sucedía, pero no hicieron nada y se alejaron. Desde ese momento decidió cerrar los grandes ojos negros y apretar los puños para resistir hasta el final. Con acento "de gente bien" de esta ciudad, los violadores hablaban entre ellos, se reían y la insultaban. Cuando terminó el segundo, ella pensó que el martirio había concluido, pero no era así. Entonces empezaron nuevamente, primer el de camisa blanca y luego el de olivo, pero esta vez vía rectal. Sangrando, con la falda rota y a punto de desfallecer, Reyna se vio tirada contra la pared llena de propaganda. Antes de huir, los violadores la aventaron junto con su bolsa. Hizo acopio de fuerzas para levantarse. Caminó durante más de media hora hasta que encontró a una persona que le indicó dónde pasaba una pesera con dirección a la estación del metro Viveros. En medio de la confusión apareció la vergüenza. Aunque el chofer de transporte le ofreció ayuda, ella no se atrevió a aceptarla. En vez de ir directo a su casa, en un estado de shock mental, empezó a vagabundear. Fue al mercado de San Ángel para entrar al baño y lavarse la sangre, después caminó varias horas sin rumbo. Era ya de noche, cuando llegó a su casa. Entonces la pesadilla se extendió hacia su esposo, y sus hijos de 15 , 12 y seis años, que desde ese día tienen una mamá, permanentemente atemorizada, angustiada, deprimida y ausente. Secuelas Reyna se niega a denunciar ante un ministerio público, a pesar de que ya tiene infectadas las llagas de las quemaduras y la rasgadura de su matriz aún no cicatriza. Además de que las marcas de los golpes aún permanecen en su cuerpo y que frecuentemente tiene ataques de ansiedad. Ella tiene miedo de denunciar a sus agresores, quienes la amenazaron con matarla si hablaba. En los primeros días asistió al Centro de Terapia de Apoyo a Víctimas de Delitos Sexuales de Distrito Federal, donde más que recibir ayuda fue objeto de interrogatorios que la intimidaron y abandonó el tratamiento. Ahora ha encontrado otro camino en Adivac, Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas, la única ONG en México dedicada a atender a víctimas de violación.
DIARIO MONITOR se acercó, al Centro de Terapia de Apoyo a Víctimas de Delitos Sexuales, pero se topó con un silencio total, y la sub-procuraduría para Delitos Sexuales del Distrito Federal negó durante tres semanas una entrevista con algún funcionario para informar sobre la incidencia del este delito. Hace unas semanas, en una calle, cercana al lugar donde Reyna fue secuestrada, una estudiante enfrentó el mismo destino cuando regresaba con unas amigas de una fiesta de graduación. La violaron, la quemaron y la golpearon. Algunos vecinos del área se encuentran alarmados y planean enviar una carta a la delegación de Coyoacán para que estas violaciones sean investigadas. De acuerdo con informes de Adivác, en los últimos tres meses recibieron dos casos de mujeres, que fueron secuestradas en una esquina de Coyoacán altamente concurrida por las personas que acuden al café El Jarocho, ubicado a una cuadra de donde se llevaron a Reyna.
Intimidación
-Las mujeres integran uno de los sectores más vulnerables en el DF.
-3 mujeres son violadas diariamente en la Ciudad de México.
-760 denuncias por violación se presentaron en el DF en 2005.
-3% de las denuncias terminan en averiguación previa.
-1% de los casos de violación concluyen con el arresto del agresor.
-4680 Victimas atiende actualmente la organización ADIVAC.
-4000 Delitos sexuales son denunciados cada año en el DF.
Comité Coordinador
José Ángel Aguilar Gil
Información Red Electrónica
Ricardo Fonseca Ceja
Ma. de lourdes Camacho Solis
Artículo publicado el día lunes 20 de junio del 05 en el periódico Diario Monitor;
Sección: Tema Monitor Pág. 3
"POR FAVOR EXTREMEN SUS PRECAUCIONES, Y DIFUNDAN ESTE CORREO PARA QUE MÁS GENTE ESTÉ ENTERADA"
México
Ciudad de México
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