A mi pobre parecer es indispensable pedir cuentas y establecer marcos o medidas especiales para tratar de refrenar a los aspirantes políticos cuya conducta haya sido o sea reprensible. Tal vez, esta posición sea utópica o irrealizable, pero ¿cuándo será el momento oportuno para imponer este tipo de parametros? ¿Cuando? Al hablar de candidatos independientes o la posibilidad de establecer algún tipo de mecanismo que haga a un lado la oligarquía presente en los partidos políticos en México, es necesario implementar este tipo de controles desde antes. Si no se hace finalmente, la incidencia negativa de algún candidato cuya conducta haya sido o pueda ser objeto de algún tipo de sanción civil o penal nos reventará en la cara, tarde o temprano. Sí, hay que exigir y hacerlo desde el propio origen, es decir desde el candidato mismo.
Los comentarios siguientes los dejé en un post en el blog de Rolva para un futuro debate, pues desechó la posibilidad de revisar las motivaciones u objetivos de un "X" candidato:
Creo que:
Los comentarios siguientes los dejé en un post en el blog de Rolva para un futuro debate, pues desechó la posibilidad de revisar las motivaciones u objetivos de un "X" candidato:
Creo que:
1.- Respecto a la determinación de permitir que existan candidaturas independientes, no debe ser decisión de los partidos políticos sino de toda la población. ¿Por qué no lanzar ahora sí un multicitado y desgastado plebiscito? Este asunto requiere de la opinión de toda la gente, no sólo de los partidos políticos, los cuales sabemos son corruptos hasta la médula.
2.-A pesar que Castañeda no tiene posibilidades para ganar en las próximas elecciones, nunca debe dejarse de lado la verificación y validación de todas las aristas que componen parte de este asunto. No es posible seguir con una dialéctica que deja de fuera aspectos tan importantes como las intenciones de una persona para alcanzar sus objetivos. Maquiavelo lo dijo de otro modo -de hecho no aparece en ningún lado su texto como bien recordarás- "el fin justifica los medios". Es decir, no podemos eliminar el aspecto de las intenciones ¿Por qué? Es sumamente simple y ejemplificable: Ahí tienes a AMLO. Mi propuesta sigue siendo utópica, pero pienso que es nuestra responsabilidad -para aquellos que tenemos dos dedos de frente- imponer ciertos parámetros morales y éticos a personas con intenciones presidenciales, antes que este tipo de incidencias se den. No para "Después del niño ahogado tapar el pozo". Es decir, prevención antes que corrección. Pues es diariamente constatable que por carencias morales en los marcos establecidos, personas como el "pejesapo" se cuelen de un lado a otro, y terjiversen las cosas si eso conviene a sus intereses. Recordemos también el caso similar del "Rey del tomate".
3.-Un órgano o sistema tiende a actualizarse, es eso o desaparece. Los partidos políticos se han mostrado incapaces de responder a las necesidades de la gente. De la misma forma, sí, un aspirante independiente tomaría una posición de mejores ideas y objetivos realizables para alcanzar sus propósitos, pues ellos carecerían de la implementación o transferencia de partidas o capitales oficiales a programas sociales o económicos.
4.-Sí, es difícil saber las intenciones de una persona. ¡Claro! Pero dime ¿No se vieron desde un principio cuáles serían o eran las intenciones de AMLO? ¿O las de Porfirio Muñoz Ledo en la votación del año 2000? ¿Y qué tal las de Roberto Madrazo? ¿Esas no se conocían?
No todas son tan claras, pero ese podría ser el inicio del marco ético o moral que los aspirantes no deberían cruzar. Y sancionar sin ningún miramiento -que la legislación al caso fuese tan clara para dejar de lado "interpretraciones convenientes de los hechos"- para que nadie se pasara de listo. Por ejemplo, una amonestación seria podría ser la eliminación inmediata de la candidatura, en caso de probarse o contarse con elementos suficientes. Descontando así, de entrada los tiempos jurídicos en México -los cuales sabemos son sumamente lentos-
5.-Uno de los problemas más graves siempre presentes en México, ha sido tratar incidencias locales con respuestas particulares utilizadas en otras latitudes. Esa es la mayor aberración desde que se tiene memoria. Los problemas en este país, deben ser resueltos no instituyendo razones de peso, traídas por el estado de comprensión en diversas sociedades, sino por el conocimiento de la idiosincrasia de nuestro propio pueblo, es decir haciendo y ejerciendo una mirada reflexiva de nuestras propias razones, nuestras propias vivencias, nuestros propios avatares.
6.-De hecho Lorenzo Meyer menciona en dos partes de su texto que el problema electoral respecto a los candidatos se presenta en otro lado. En cuanto a Castañeda señala su comprometida conducta política y sobre Fujimori en Perú:
"(...)Obviamente que se puede, y se debe, cuestionar la conducta política de Jorge G. Castañeda, que pasó de su membresía en el Partido Comunista a ser enemigo personal de la Revolución Cubana, de apoyar a Cuauhtémoc Cárdenas a ser parte central del foxismo. Su cercanía con la lideresa del mayor sindicato (el de maestros) o su negativa a revelar los nombres de los contribuyentes a su campaña, son otros tantos signos de interrogación que penden sobre el ex canciller.(...)"
"(...)Más de uno ha usado el caso de Alberto Fujimori, el tristemente célebre ex presidente de Perú que hoy vive en el exilio en Japón, como un ejemplo de lo peligrosas que pueden ser las candidaturas que salen de la nada, sin apoyo partidista. Sin embargo, el sucesor de Fujimori, Alejandro Toledo, sí surgió del interior de un partido -Perú Posible-, lo cual no impidió que él también terminara como otro presidente-desastre. El mal no estaba en las candidaturas sin partido sino, en otro lado, más oscuro.(...)"