Más de mil elementos del gobierno capitalino, entre trabajadores y policías, buscaron desalojar a cerca de 500 familias establecidas desde hace más de 10 años en el predio de La Cañada.
Exactamente 10 años
Creo en primera instancia que las autoridades se están "haciendo pato", pues este problema tiene más de una década. Durante la mayor parte de mi vida viví con mis padres, quienes viven desde hace algún tiempo sobre la carretera al Ajusco. Hace aproximadamente doce ó trece años yo fuí a ese lugar a darme una vuelta, pero llegué ahí porque quería llegar -como en antaño- a los Dínamos caminando. Mi casa se unía con el bosque de Tlalpan por un lado y con el bosque de la Magdalena Mixiuca por el otro. Era hermoso ver la vida silvestre de esa zona. Se podían ver halconcillos, serpientes, conejos é incluso llegué a ver un venado. Uno podía caminar desde la puerta de su casa y adentrarse en el bosque, todo era bosque. Pero con el paso de los años eso ha ido desapareciendo, muchas cuestiones fueron las que provocaron este suceso. Es triste sí, pero entendible, sobre todo si uno repasa las decisiones que algunos funcionarios y políticos de esa ápoca tomaron para harcerse de "recursos privados". Casos como este miles. No faltan ejemplos, pero para subrayar esta difícil situación diré que cientos de personas también adolecen este problema en la delegación Álvaro Obregón en las llamadas "barrancas". Pero en fin.
Creo en primera instancia que las autoridades se están "haciendo pato", pues este problema tiene más de una década. Durante la mayor parte de mi vida viví con mis padres, quienes viven desde hace algún tiempo sobre la carretera al Ajusco. Hace aproximadamente doce ó trece años yo fuí a ese lugar a darme una vuelta, pero llegué ahí porque quería llegar -como en antaño- a los Dínamos caminando. Mi casa se unía con el bosque de Tlalpan por un lado y con el bosque de la Magdalena Mixiuca por el otro. Era hermoso ver la vida silvestre de esa zona. Se podían ver halconcillos, serpientes, conejos é incluso llegué a ver un venado. Uno podía caminar desde la puerta de su casa y adentrarse en el bosque, todo era bosque. Pero con el paso de los años eso ha ido desapareciendo, muchas cuestiones fueron las que provocaron este suceso. Es triste sí, pero entendible, sobre todo si uno repasa las decisiones que algunos funcionarios y políticos de esa ápoca tomaron para harcerse de "recursos privados". Casos como este miles. No faltan ejemplos, pero para subrayar esta difícil situación diré que cientos de personas también adolecen este problema en la delegación Álvaro Obregón en las llamadas "barrancas". Pero en fin.
Retomando mi trágica anécdota, diré que fue para mí una verdadera sorpresa encontrarme con tal desbordamiento de la mancha urbana, sobre todo en esa demarcación y lugar en especial. Cientos de personas se encontraban viviendo en una "cañada" sumamente empinada con casas construidas de manera precaria, techos de cartón, algunas hechas de "Tetrapack", paredes con ladrillos pero sin cemento, y demás etcéteras. Seguí mi trayecto para tratar de adentrarme entre los árboles que solían estar allí y me encontré con destrozos de todo tipo, fue algo sumamente triste, desalentador, decepcionante. Uno podría decir: bueno sí, talaron árboles porque los ocuparon para hacer leña y fogatas para contrarrestar el frío -que por esa parte del bosque, sí hacía bastante frío- o abrieron brecha para poder pasar. Sin embargo, muchos de ellos sólo habían cortado parte de los árboles con el afán de hacerles daño. Árboles cuyo tallo ni siquiera podían abarcar mis brazos, habían sido rebanados en una parte de su tronco. Al parecer éste había sido un trabajo metódico y constante. Algunos presentaban quemaduras en la misma parte donde habían sido lastimados. Le pregunté a alguien que pasaba por ahí el porqué de esta acción, de este maltrato, a lo que me respondió alzando los hombros y con mirada hosca prosiguió su camino.
Seguí caminando cuesta arriba, al lado de un riachuelo que solía correr libre por la misma hendidura principal de la cañada. Varios tubos de PVC obstruían su caída, los cuales servían para surtir del vital líquido a varias de las viviendas allí asentadas. Subí hasta donde me fue posible anímicamente. Únicamente pude llegar hasta donde estaba una pequeña cascada, como a dos kilómetros.
Después traté de bajar y regresar por donde había venido, pero me fue imposible, alguien ya les había avisado a los residentes de por ahí que un individuo -osea yo- estaba preguntando "santo y seña" de lo que pasaba allí. Como eran varios y los ví y escuché antes que ellos a mí, decidí desviar mi camino é intenté descender por otro lado.
Sólo conseguí perderme, pues el número de predios era inmenso. Algunas de las veredas terminaban en alambradas, algunas de ellas eran de púas. Los perros empezaron a ladrar y ya se hacía de noche. Corrí y traspasé algunos terrenos, la gente salía de sus casas para ver quién era. Algunos me gritaban algo, que yo por mi prisa, no alcancé a distinguir. Seguí así hasta que llegué a una calle que pude reconocer y no paré hasta llegar a mi casa.
Al arribar a mi hogar platiqué con mi mamá al respecto para que me diera un buen consejo al respecto, es decir, si una denuncia correspondía en este caso. Pero mi madre a la vieja usanza me sugirió que lo dejara pasar, pues esa gente no tenía dónde vivir. Le insistí -Mamá, pero esa es zona ecológica y están lastimando el bosque sin ninguna razón, sólo porqué sí, sólo porque pueden hacerlo y nadie los detiene. Mi madre me dijo -Sí, pero ¿Tú que has hecho por ellos?
Me desarmó. Por ese lado tenía razón: "Yo que había hecho hasta el momento por ellos". Pues en realidad nada, pero eso no quitaba el hecho que seguían viviendo allí y dañando el bosque. Sentí mucha impotencia y abandoné la idea de denunciarlos. Dije: -¿Para qué? ¿A cuál autoridad le interesará en realidad este asunto, si fueron ellos en primer lugar, quienes permitieron estos asentamientos irregulares?
Ahora no puedo dejar de señalar lo que me parece incorrecto ó chueco, y si resulta conveniente ó no.
En primera. Nunca debieron irse a vivir para allá. Sabían de antemano (y obvio por las actitudes que tomaron en mi contra) que era incorrecto lo que estaban haciendo. En segunda. Las autoridades que permitieron la instalación de esas viviendas, también sabían que estaba chueco lo que hicieron, pero seguramente sacaron una "buena lana" de esa gente, a fin de permitirles asentarse allí. En tercera. El problema le explotó a los funcionarios de la administración actual, pero no es que no hayan estado enterados de este asunto. No. Sí estaban al tanto. Al igual que la administración pasada (que también fue perredista) sabían de estos hechos. Y cuarta. Precisamente durante la gestión de Rosario Robles fue cuando dieron permiso a los actuales habitantes de la ahora llamada colonia "Del Zacate", ubicada en las mismas faldas del Pico del Águila. Los pejemaníacos podrían decir: -Bueno, sí, pero fue durante esa administración.
¿Sí? ¿Y por qué no dijeron nada en ese entonces, si sabían que estaba mal todo ese asunto? ¿Por qué el defensor de las causas justas no dijo ni pío?
Nadie dijo nada porque simplemente no les convenía, ni durante la gestión de Robles, pues ella ostentaba el poder en ese instante, ni durante el gobierno de AMLO, porque le hubiera traído represalias por parte de organizaciones sociales como el FPFV. Nada tontos.
Y sí, me alegra que los vayan a desalojar, merecido se lo tienen. A parte de ser inseguro y todo lo demás.
México
Ciudad de México
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