No hay que dudar de las probables consecuencias de la elección de presidente en la República Mexicana. Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, será sin duda el próximo mandatario de esta nación. Sin duda, deberá enfrentar muchos y variados retos en los meses, días, años que llegue a durar su mandato.
No importa si los perredistas -de forma bastante infantil- proponen impedir la colocación de la banda presidencial en el pecho de Felipillo. Caray, es es lo de menos. La gente comentando en la calle ha propuesto varios lugares especiales para llevar a cabo ese acto simbólico y protocolario, el cual no representa en realidad del interés de la gente. Uno de los sitios es la residencia de Los Pinos, pues tiene que ser protegida por las fuerzas federales. Otro sitio podría ser el tan anhelado por el Peje y sus huestes, Palacio Nacional. Pero reitero: el acto de colocación de la banda presidencial, es lo de menos, No es importante.
Sin embargo, el panorama que se presenta a futuro, no es muy halagador.
Dejemos a un lado, los megaplantones que matienen sitiada a la Ciudad de México. Tampoco pensemos en las patadas de ahogado que ahora dan personas avocadas al desprestigio de todo cuanto se atraviesa a su paso, incluidas personas que escriben en lugares como el Sendero del Peje y blogs similares. Eso no es importante.
Lo único primordial es el futuro de todos como mexicanos, no importa si el que gobierna es un azul, un amarillo o un tricolor. Ninguno de ellos representa al pueblo. Lo que les hayan hecho creer hasta el momento, es puro y total acto de prestidigitador.
Lo único y verdaderamente importante Somos Nosotros. Nada más.
Centrado en este punto diré que me pre-ocupa la situación que vivirá la gente, a partir que vean que Andrés Manuel López Obrador los deje a la deriva. Ya se empiezan a ver los primeros síntomas de este hecho. Pueden recurrir a medios impresos de todo tipo para comprobar esta lectura entre líneas. Lo verdaderamente serio, más allá de la manifestación fácil, y los discursos encendidos y llenos de palabras soeces y vanas, será observar como el desencanto se apodera de las masas que siguieron a Obrador, produciendo un sentimiento de abandono, y que éste desemboque en situaciones de difícil solución. Y no me refiero a protestas ciudadanas. NO. Sino a situaciones que terminen en un estallido social -que no falta mucho-, o bien en una transfiguración total de perspectivas, donde las personas, al ver el poco cambio real puedan modificar sus intereses y dedicarse, por ejemplo, al narcotráfico o a la guerrilla ¿No suena tan descabellado, verdad?
No importa si los perredistas -de forma bastante infantil- proponen impedir la colocación de la banda presidencial en el pecho de Felipillo. Caray, es es lo de menos. La gente comentando en la calle ha propuesto varios lugares especiales para llevar a cabo ese acto simbólico y protocolario, el cual no representa en realidad del interés de la gente. Uno de los sitios es la residencia de Los Pinos, pues tiene que ser protegida por las fuerzas federales. Otro sitio podría ser el tan anhelado por el Peje y sus huestes, Palacio Nacional. Pero reitero: el acto de colocación de la banda presidencial, es lo de menos, No es importante.
Sin embargo, el panorama que se presenta a futuro, no es muy halagador.
Dejemos a un lado, los megaplantones que matienen sitiada a la Ciudad de México. Tampoco pensemos en las patadas de ahogado que ahora dan personas avocadas al desprestigio de todo cuanto se atraviesa a su paso, incluidas personas que escriben en lugares como el Sendero del Peje y blogs similares. Eso no es importante.
Lo único primordial es el futuro de todos como mexicanos, no importa si el que gobierna es un azul, un amarillo o un tricolor. Ninguno de ellos representa al pueblo. Lo que les hayan hecho creer hasta el momento, es puro y total acto de prestidigitador.
Lo único y verdaderamente importante Somos Nosotros. Nada más.
Centrado en este punto diré que me pre-ocupa la situación que vivirá la gente, a partir que vean que Andrés Manuel López Obrador los deje a la deriva. Ya se empiezan a ver los primeros síntomas de este hecho. Pueden recurrir a medios impresos de todo tipo para comprobar esta lectura entre líneas. Lo verdaderamente serio, más allá de la manifestación fácil, y los discursos encendidos y llenos de palabras soeces y vanas, será observar como el desencanto se apodera de las masas que siguieron a Obrador, produciendo un sentimiento de abandono, y que éste desemboque en situaciones de difícil solución. Y no me refiero a protestas ciudadanas. NO. Sino a situaciones que terminen en un estallido social -que no falta mucho-, o bien en una transfiguración total de perspectivas, donde las personas, al ver el poco cambio real puedan modificar sus intereses y dedicarse, por ejemplo, al narcotráfico o a la guerrilla ¿No suena tan descabellado, verdad?
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