Asegún personas letradas y conocedoras, algunos de los elementos indispensables de la democracia son la tolerancia, el respeto, y la libertad de expresión.
Muchos otros suponen que estos terminos antes mencionados sólo pueden fulgurar en la vida de un país, sino se contraponen con el deseo manifiesto del pueblo.
La legitimidad sólo se usa si el pueblo gusta de cocinar sus diferencias a fuego lento y con un poco de clavo y cilantro. Son como las leyes de la robótica de Isaac Asimov y que sólo se pueden ver cumplidas en un mundo alterno creado por el fallecido Phillip K. Dick.
Para suponer que hubo o no fraude electoral en los recientes comicios presidenciales, sólo basta un hecho consolidado, ser mexicano por nacimiento y vocación.
Dudar de las instituciones en este país sólo es un mecanismo reflejo de lo que pensamos como sociedad en franca descomposición. Sí, descomposición querido lector(a). No hay más, no hay vuelta atrás, este país se cae a pedazos. Y no me refiero a los hechos consabidos: Fraude (sin color), voto por voto (amarillo), o Somos el futuro de la nación (azul). Simplemente que la cohesión social como la conocíamos ha dejado de existir. Ya no existe ese pequeño resquicio donde cómodamente podíamos allegarnos cada vez que veíamos que brotaba un nuevo problema en el país. O cada vez que nos enterábamos que podían venir marejadas de individuos de otras partes del planeta a quitarnos lo que nos correspondía, simplemente por haber visto la primera luz en una patria como esta. Ese futuro presagiado por muchos profetas (Heberto Castillo era uno), ya está aquí.
El destino está aquí. Las transnacionales nos masacran, los intereses particulares nos desuellan uno por uno, los banqueros, ya no sólo nacionales, sino internacionales (¡Vaya que honor que se hayan fijado en nosotros, pueblo de descalzos y desarrapados!) nos roban hasta los suspiros, mientras los mantenemos a ellos y a sus malditas deudas ocultas tras la máscaras de cosas como el Fobaproa; la delincuencia organizada nos madrea, nos boicotea, nos secuestra, nos asesina y nos roba (Carajos ¿Quién necesita a Al-Qaeda?), gavillas y grupos pseudo-revolucionarios zurcan el país de forma impune exigiendo prebendas, mientras los políticos y sus partidos (todos) nos ven la cara de idiotas, y la borregada pagada por algunos mercenarios, grita a todo pulmón en las calles que se siente despojada y amenazan con boicotear con lo que queda en pie cerca de sus vacíos campamentos (llenos únicamente cuando el líder del PRD convoca a Asambleas los domingos, aprovechando que es un buen día para visitar las tiendas e individuos que se dedican a la piratería en el centro), mientras ven con ojos hoscos a los transeúntes que los esquivan, exigiendo su derecho a réplica y a la (ahora muy desgastada y vilipendiada) libertad de expresión. Por otro lado, movimientos que no se sabe a ciencia cierta si son o no verdaderos, hace justicia por su propia mano. Ahí sí, para que vean hay un cerco informativo ¿Quién sabe a ciencia cierta que pasa allí? Pues únicamente los involucrados. Lo que sí, es que la representación y caricaturización que hacen los medios de lo que ahí pasa es de proporciones épicas y simiescas. Otro dato para el terror: Despúes de agredir a cuatro personas y señalarlas como "rateros", se comprobó que al menos dos de ellas ni vela tenían en el entierro, eran totalmente inocentes. Pero eso sí, se llevaron las disculpas del movimiento de maestros de la APPO (Dios y yo que detesto los pleonasmos y epítetos mal empleados) para reconocer que cometieron "E-qui-vo-ca-ción; e-qui-vo-ca-ción". Como si lo que tienen enfrente fuera eso, un juego.
Ok. Las instancias oficiales cometen "errores" y sin deberla, ni temerla, entamban a gente inocente, pero ¿No se supone que este es un movimiento popular, donde lo que se quiere y pretende, es que prive el estado de derecho, algo que el idiota de Ulises Ruiz y personajazos como él, se han pasado (pido perdonen la expresión siguiente) "por sus promiscuos tanates"? ¿Entonces donde quedó toda la palabrería justiciera de los líderes de este grupo? Si justicia es = dar a cada quien lo que le corresponde, entonces ¿Qué les corresponde a las personas que atacaron y que no eran ladrones? ¿No se les debería dar una "satisfacción" por este atropello? Pero ¿Quién los escuchará? Les apuesto que nadie.
Mientras tanto, todos aquellos que (según algunos correos electrónicos en cadena, -carajo ya ni el pinche Spam es tan molesto-) se dicen libertarios (más bien libertinos), señalando que ellos tienen la verdad entre sus manos, que su boquita pispireta está retacada con la neta, y que ocupando un lugar en los medios (sin importar el tamaño del espacio mediático o si es un web-blog), califican a sus respectivos oponentes como "perros", "jauría de caniches asesinos", "renegados" o "violentos", sean o no partidarios o simpatizantes de cualesquier excéntrico actual de nuestra "democracia", solamente por no estar de acuerdo con su perspectiva de las cosas. Aquí invoco al Premio de la almeja: Lástima señores, un aplauso porfavor, y gracias por haber participado.
Sólo una mención puntual: Eso no es democracia bobos, eso es reducirlo todo a una simplicidad absurda y aterradora.
Si uno considera que la realidad ha rebasado a los politicuchos rancios que componen nuestra vida nacional, diciendo: "las personas que trabajamos" merecemos algo mejor, no me refiero, ni por inercia, a los que conforman la clase alta y media, sino que me refiero A TODOS NOSOTROS, incluidos ustedes que se sienten despojados y que se dedican a gastar su aliento en cosas bobas y superfluas. Ese aire caliente debería ocuparse en algo más constructivo, por ejemplo, ¿Qué les parece -y sólo es una idea- MÉXICO? Así que frases como la reproducida a continuación y transmitida en cadenas de email, no sólo no tienen sentido, sino que únicamente sirven para polarizar aún más a la población, -si esto es posible- y que al final del día se tienen que ver las caras y trabajar, tal vez, en el mismo lugar.
NO digo que no tenga razón, y en algunos casos, señalan justamente las desigualdades en México. NO. Pero ¿De qué servirá este discurso para que gente que no tenemos ningún punto de concordancia con la clase política, ni con los que mandan las "cartas", empecemos por observarlos sin tanto recelo, si la única cosa que sale de sus bocas es una provocación abierta y encendida, con obvios fines de crear un ambiente de antagonismo acendrado? ¿De qué sirve ser bobo hasta este extremo?
Para ser bobo se necesita conocer los pros, los contras, la realidad que nos rodea, el encuentro de los opuestos, saber las consecuencias de nuestros actos, de los elementos exteriores que pueden e inciden para modificar nuestro entorno, y en algunos casos a nosotros mismos, y aún así, actuar contra todo sentido común, contra toda conveniencia del producto final, sea social, político o económico, contra toda lógica, no importando el costo en la sociedad y en nuestra persona, para justificarnos después y seguir diciendo que es esto, lo que compone nuestra realidad. Y contra toda prueba fehaciente, cerrar los ojos y decir que todo lo mostrado es erróneo, a sabiendas de que no lo es.
El mundo no se descubre a través de los ojos de alguien más, siempre será beneficiosa la experiencia de primera mano, ello no sin dejar de compararla con la obtenida por los demás. Que alguien (quien sea) venga a decirnos que el mundo es tal o cual cosa, sólo debería provocarnos: 1) risa, 2) escepticismo, 3) enojo, al darnos cuenta que en realidad piensan que somos idiotas.
Se pueden aceptar consejos y asesorías, pero la imposición de una visión sobre la vida, únicamente beneficia a aquellos que la inculcan. Sus metas para aleccionar a la gente sólo las conocen ellos mismos. Dejar el cerebro en casa y aceptar lo que alguien más dice, nos orillará al final, a percatarnos que únicamente querían vernos la cara o usarnos como carne de cañón. Entre tanto, ellos mandan a sus hijos a Harvard, traen "gacelas" que los protegen de todo mal, se benefician de la venta de los medios de producción de algo como el tequila, medicina tradicional, mano de obra barata, maderas preciosas, tradiciones y costumbres mexicanas.
¿Hasta cuándo entenderá la gente que lo menos importante de todo este asunto, no es quién ganó, sino que haremos nosotros como pueblo para que las cosas marchen mejor y exactamente como queremos?
Hay que encontrar nuevos medios, nuevos mecanismos, hacer uso de la tan socorrida "tecnología" para hacernos escuchar, para presionar. No sería la primera vez que lo digo: los plantones y marchas sirven, únicamente como medida preventiva y sólo como un primer paso de un movimiento creativo, vivo, pensante, democrático. Si las cosas desembocan en otra cosa, sabrán de inmediato que no es ni creativo, ni pensante y mucho menos democrático. Existen acciones de otro tipo y que los poderosos jamás han escuchado o siquiera han imaginado, para las cuales es obvio, no tienen antídoto y para las que no hay forma de represión, ya basta de luchar para que alguien más se beneficie.
Diría mi mamá:
¡Pinche vida y que se acabe!
Muchos otros suponen que estos terminos antes mencionados sólo pueden fulgurar en la vida de un país, sino se contraponen con el deseo manifiesto del pueblo.
La legitimidad sólo se usa si el pueblo gusta de cocinar sus diferencias a fuego lento y con un poco de clavo y cilantro. Son como las leyes de la robótica de Isaac Asimov y que sólo se pueden ver cumplidas en un mundo alterno creado por el fallecido Phillip K. Dick.
Para suponer que hubo o no fraude electoral en los recientes comicios presidenciales, sólo basta un hecho consolidado, ser mexicano por nacimiento y vocación.
Dudar de las instituciones en este país sólo es un mecanismo reflejo de lo que pensamos como sociedad en franca descomposición. Sí, descomposición querido lector(a). No hay más, no hay vuelta atrás, este país se cae a pedazos. Y no me refiero a los hechos consabidos: Fraude (sin color), voto por voto (amarillo), o Somos el futuro de la nación (azul). Simplemente que la cohesión social como la conocíamos ha dejado de existir. Ya no existe ese pequeño resquicio donde cómodamente podíamos allegarnos cada vez que veíamos que brotaba un nuevo problema en el país. O cada vez que nos enterábamos que podían venir marejadas de individuos de otras partes del planeta a quitarnos lo que nos correspondía, simplemente por haber visto la primera luz en una patria como esta. Ese futuro presagiado por muchos profetas (Heberto Castillo era uno), ya está aquí.
El destino está aquí. Las transnacionales nos masacran, los intereses particulares nos desuellan uno por uno, los banqueros, ya no sólo nacionales, sino internacionales (¡Vaya que honor que se hayan fijado en nosotros, pueblo de descalzos y desarrapados!) nos roban hasta los suspiros, mientras los mantenemos a ellos y a sus malditas deudas ocultas tras la máscaras de cosas como el Fobaproa; la delincuencia organizada nos madrea, nos boicotea, nos secuestra, nos asesina y nos roba (Carajos ¿Quién necesita a Al-Qaeda?), gavillas y grupos pseudo-revolucionarios zurcan el país de forma impune exigiendo prebendas, mientras los políticos y sus partidos (todos) nos ven la cara de idiotas, y la borregada pagada por algunos mercenarios, grita a todo pulmón en las calles que se siente despojada y amenazan con boicotear con lo que queda en pie cerca de sus vacíos campamentos (llenos únicamente cuando el líder del PRD convoca a Asambleas los domingos, aprovechando que es un buen día para visitar las tiendas e individuos que se dedican a la piratería en el centro), mientras ven con ojos hoscos a los transeúntes que los esquivan, exigiendo su derecho a réplica y a la (ahora muy desgastada y vilipendiada) libertad de expresión. Por otro lado, movimientos que no se sabe a ciencia cierta si son o no verdaderos, hace justicia por su propia mano. Ahí sí, para que vean hay un cerco informativo ¿Quién sabe a ciencia cierta que pasa allí? Pues únicamente los involucrados. Lo que sí, es que la representación y caricaturización que hacen los medios de lo que ahí pasa es de proporciones épicas y simiescas. Otro dato para el terror: Despúes de agredir a cuatro personas y señalarlas como "rateros", se comprobó que al menos dos de ellas ni vela tenían en el entierro, eran totalmente inocentes. Pero eso sí, se llevaron las disculpas del movimiento de maestros de la APPO (Dios y yo que detesto los pleonasmos y epítetos mal empleados) para reconocer que cometieron "E-qui-vo-ca-ción; e-qui-vo-ca-ción". Como si lo que tienen enfrente fuera eso, un juego.
Ok. Las instancias oficiales cometen "errores" y sin deberla, ni temerla, entamban a gente inocente, pero ¿No se supone que este es un movimiento popular, donde lo que se quiere y pretende, es que prive el estado de derecho, algo que el idiota de Ulises Ruiz y personajazos como él, se han pasado (pido perdonen la expresión siguiente) "por sus promiscuos tanates"? ¿Entonces donde quedó toda la palabrería justiciera de los líderes de este grupo? Si justicia es = dar a cada quien lo que le corresponde, entonces ¿Qué les corresponde a las personas que atacaron y que no eran ladrones? ¿No se les debería dar una "satisfacción" por este atropello? Pero ¿Quién los escuchará? Les apuesto que nadie.
Mientras tanto, todos aquellos que (según algunos correos electrónicos en cadena, -carajo ya ni el pinche Spam es tan molesto-) se dicen libertarios (más bien libertinos), señalando que ellos tienen la verdad entre sus manos, que su boquita pispireta está retacada con la neta, y que ocupando un lugar en los medios (sin importar el tamaño del espacio mediático o si es un web-blog), califican a sus respectivos oponentes como "perros", "jauría de caniches asesinos", "renegados" o "violentos", sean o no partidarios o simpatizantes de cualesquier excéntrico actual de nuestra "democracia", solamente por no estar de acuerdo con su perspectiva de las cosas. Aquí invoco al Premio de la almeja: Lástima señores, un aplauso porfavor, y gracias por haber participado.
Sólo una mención puntual: Eso no es democracia bobos, eso es reducirlo todo a una simplicidad absurda y aterradora.
Si uno considera que la realidad ha rebasado a los politicuchos rancios que componen nuestra vida nacional, diciendo: "las personas que trabajamos" merecemos algo mejor, no me refiero, ni por inercia, a los que conforman la clase alta y media, sino que me refiero A TODOS NOSOTROS, incluidos ustedes que se sienten despojados y que se dedican a gastar su aliento en cosas bobas y superfluas. Ese aire caliente debería ocuparse en algo más constructivo, por ejemplo, ¿Qué les parece -y sólo es una idea- MÉXICO? Así que frases como la reproducida a continuación y transmitida en cadenas de email, no sólo no tienen sentido, sino que únicamente sirven para polarizar aún más a la población, -si esto es posible- y que al final del día se tienen que ver las caras y trabajar, tal vez, en el mismo lugar.
Así que ¡Vamos México!, que no decaiga el ánimo, somos los pacíficos, los cultos, la parte productiva que mantiene al país, somos la gente bonita y no podemos dejar que los prietos pelos de púas gobiernen nuestro hermoso país, sobre todo ahora que gracias a Fox los negocios funcionan mejor que nunca, la economía crece al 7% anual, se crean 1 millón de empleos por año, tenemos paz, seguridad, todo prospéra y crece.Esto es igual de irresponsable que escribir y hospedar sitios que hablan de xenofobia y alientan claramente el racismo. Sobre todo, si los que lo reciben son personas que están en desacuerdo por el resultado de la elección. La irresponsabilidad, guiada por la omisión premeditada, también es un delito. NO digo que no tengan razón para estar molestos. NO.
NO digo que no tenga razón, y en algunos casos, señalan justamente las desigualdades en México. NO. Pero ¿De qué servirá este discurso para que gente que no tenemos ningún punto de concordancia con la clase política, ni con los que mandan las "cartas", empecemos por observarlos sin tanto recelo, si la única cosa que sale de sus bocas es una provocación abierta y encendida, con obvios fines de crear un ambiente de antagonismo acendrado? ¿De qué sirve ser bobo hasta este extremo?
Para ser bobo se necesita conocer los pros, los contras, la realidad que nos rodea, el encuentro de los opuestos, saber las consecuencias de nuestros actos, de los elementos exteriores que pueden e inciden para modificar nuestro entorno, y en algunos casos a nosotros mismos, y aún así, actuar contra todo sentido común, contra toda conveniencia del producto final, sea social, político o económico, contra toda lógica, no importando el costo en la sociedad y en nuestra persona, para justificarnos después y seguir diciendo que es esto, lo que compone nuestra realidad. Y contra toda prueba fehaciente, cerrar los ojos y decir que todo lo mostrado es erróneo, a sabiendas de que no lo es.
El mundo no se descubre a través de los ojos de alguien más, siempre será beneficiosa la experiencia de primera mano, ello no sin dejar de compararla con la obtenida por los demás. Que alguien (quien sea) venga a decirnos que el mundo es tal o cual cosa, sólo debería provocarnos: 1) risa, 2) escepticismo, 3) enojo, al darnos cuenta que en realidad piensan que somos idiotas.
Se pueden aceptar consejos y asesorías, pero la imposición de una visión sobre la vida, únicamente beneficia a aquellos que la inculcan. Sus metas para aleccionar a la gente sólo las conocen ellos mismos. Dejar el cerebro en casa y aceptar lo que alguien más dice, nos orillará al final, a percatarnos que únicamente querían vernos la cara o usarnos como carne de cañón. Entre tanto, ellos mandan a sus hijos a Harvard, traen "gacelas" que los protegen de todo mal, se benefician de la venta de los medios de producción de algo como el tequila, medicina tradicional, mano de obra barata, maderas preciosas, tradiciones y costumbres mexicanas.
¿Hasta cuándo entenderá la gente que lo menos importante de todo este asunto, no es quién ganó, sino que haremos nosotros como pueblo para que las cosas marchen mejor y exactamente como queremos?
Hay que encontrar nuevos medios, nuevos mecanismos, hacer uso de la tan socorrida "tecnología" para hacernos escuchar, para presionar. No sería la primera vez que lo digo: los plantones y marchas sirven, únicamente como medida preventiva y sólo como un primer paso de un movimiento creativo, vivo, pensante, democrático. Si las cosas desembocan en otra cosa, sabrán de inmediato que no es ni creativo, ni pensante y mucho menos democrático. Existen acciones de otro tipo y que los poderosos jamás han escuchado o siquiera han imaginado, para las cuales es obvio, no tienen antídoto y para las que no hay forma de represión, ya basta de luchar para que alguien más se beneficie.
Diría mi mamá:
¡Pinche vida y que se acabe!
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