Desde el principio de los tiempos siempre ha sido relativamente claro para el género humano la relación que sostiene con el entorno que le rodea. Esa dependencia directa con el medioambiente ha moldeado la forma como entiende y se inserta en el mundo. Asimismo, dicha relación se ha manifestado durante toda la historia de la humanidad de muy diversas formas, incluidas expresiones archiconocidas como la pintura rupestre y cuyo objetivo aparente consistía en registrar de alguna manera los avatares que debían sostener los distintos grupos primitivos en su lucha por la supervivencia. Para nombrar casos específicos podemos señalar aquellas que existen en sitios como Lascaux en Francia y Altamira en España. En México podemos hallar este tipo de magníficas manifestaciones en lugares como la península de Baja California.
Por otro lado, la asociación -para llamarla de alguna manera- entre hombre y medioambiente ha mostrado sus bondades y su buena cara ante las necesidades de la gente. Generalmente, podemos acudir a los elementos que crecen y se desarrollan en la naturaleza para remediar hasta los males más profundos en la salud y en la psique. Las plantas nos brindan su esencia y pueden incluso curar dolores como la migraña o aquellos provocados por el Síndrome Premenstrual. Existen casos documentados donde el solo contacto con animales -caso específico de los cetáceos conocidos como delfines- produce en quien padece alguna dolencia, avances significativos, por ejemplo, en niños que sufren autismo o Síndrome de Down.
Es decir, pareciera que la simbiosis entre el homo sapiens y las criaturas que componen el mundo, sería un asunto muy sencillo de entender; pero no es así. De hecho, se podría pensar que el hombre en muchos casos, es irrefrenablemente irracional en comparación con los otros seres vivos. Es impensable que aparentando ser un "ente reflexivo", el género humano se conforme con ver superficialmente al medioambiente, sin entenderlo del todo, usándolo no sólo como artículo para cubrir sus necesidades inmediatas, sino como medio para incrementar sus ganancias, y únicamente le basta con retratarlo en unas bonitas fotografías, pinturas, películas, unos cuantos libros -como "Colmillo Blanco" de Jack London-, y hasta allí. No obstante, este no es el siglo XIX, lapso perdido en el tiempo, donde se podía pasar de largo e ignorar las consecuencias después de exterminar a toda una especie.
Hoy en día, existen declaraciones efectuadas por países como Noruega , Islandia y Japón, naciones que proclaman a la caza como una actividad encaminada a la investigación y producción alimentaria, cuando en realidad no es así. Hay casos en los cuales es el llamado ecoturismo el que amenaza con acabar con la vida en diversas regiones, en México ocurre en distintas latitudes y con mayor precisión en el llamado Golfo de California, el cual ha sido irresponsablemente abierto a la inversión y cuya meta consiste en el asentamiento de inmensos complejos turísticos.
Actualmente, Japón ha enviado a una flota naviera con el pretexto de investigar los hábitos de las ballenas, sus migraciones, su forma de apareamiento, hasta sus hábitos alimenticios y para lo cual tendrán que cazarlas, abrirles el estómago y cortarlas en pequeños trozos.
Sin embargo, hoy día la organización Greenpeace efectúa a escala global una campaña de participación ciudadana, la cual tiene como meta concientizar al mundo entero sobre lo brutal y poco conveniente que resulta la caza de ballenas. Dicha iniciativa pone a prueba la capacidad de inventiva de aquellos interesados en tratar de salvar a estos cetáceos y evitar su extinción casi segura, a manos de unos cuantos y por intereses ajenos a la mayoría. Para ejemplo un botón: French idea to save the whales y la imagen que se usó al principio de este texto.
No dejen de visitar el sitio donde se ubica esta campaña y pongan su granito de arena, no vaya a ser que en unos cuantos años solamente podamos responder las preguntas de nuestros hijos mostrando una fotografía.
Por otro lado, la asociación -para llamarla de alguna manera- entre hombre y medioambiente ha mostrado sus bondades y su buena cara ante las necesidades de la gente. Generalmente, podemos acudir a los elementos que crecen y se desarrollan en la naturaleza para remediar hasta los males más profundos en la salud y en la psique. Las plantas nos brindan su esencia y pueden incluso curar dolores como la migraña o aquellos provocados por el Síndrome Premenstrual. Existen casos documentados donde el solo contacto con animales -caso específico de los cetáceos conocidos como delfines- produce en quien padece alguna dolencia, avances significativos, por ejemplo, en niños que sufren autismo o Síndrome de Down.
Es decir, pareciera que la simbiosis entre el homo sapiens y las criaturas que componen el mundo, sería un asunto muy sencillo de entender; pero no es así. De hecho, se podría pensar que el hombre en muchos casos, es irrefrenablemente irracional en comparación con los otros seres vivos. Es impensable que aparentando ser un "ente reflexivo", el género humano se conforme con ver superficialmente al medioambiente, sin entenderlo del todo, usándolo no sólo como artículo para cubrir sus necesidades inmediatas, sino como medio para incrementar sus ganancias, y únicamente le basta con retratarlo en unas bonitas fotografías, pinturas, películas, unos cuantos libros -como "Colmillo Blanco" de Jack London-, y hasta allí. No obstante, este no es el siglo XIX, lapso perdido en el tiempo, donde se podía pasar de largo e ignorar las consecuencias después de exterminar a toda una especie.
Hoy en día, existen declaraciones efectuadas por países como Noruega , Islandia y Japón, naciones que proclaman a la caza como una actividad encaminada a la investigación y producción alimentaria, cuando en realidad no es así. Hay casos en los cuales es el llamado ecoturismo el que amenaza con acabar con la vida en diversas regiones, en México ocurre en distintas latitudes y con mayor precisión en el llamado Golfo de California, el cual ha sido irresponsablemente abierto a la inversión y cuya meta consiste en el asentamiento de inmensos complejos turísticos.
Actualmente, Japón ha enviado a una flota naviera con el pretexto de investigar los hábitos de las ballenas, sus migraciones, su forma de apareamiento, hasta sus hábitos alimenticios y para lo cual tendrán que cazarlas, abrirles el estómago y cortarlas en pequeños trozos.
“Decir que se trata de una investigación es un insulto para la ciencia y para los japoneses”, aseguró Junichi Sato, responsable de Greenpeace para la campaña contra la caza de ballenas. La organización ecologista, además, denunció que 70 por ciento de los japoneses se oponen a la caza de cetáceos en el Antártico y que 95 por ciento apenas come ballena, de acuerdo con una reciente encuesta del Nippon Research Centre.Esta forma de anunciar el destino y objetivo de esta misión sólo es un pretexto, pues las expediciones de tipo comercial están prohibidas desde hace 21 años: Parten seis barcos japoneses a la caza anual de ballenas
Sin embargo, hoy día la organización Greenpeace efectúa a escala global una campaña de participación ciudadana, la cual tiene como meta concientizar al mundo entero sobre lo brutal y poco conveniente que resulta la caza de ballenas. Dicha iniciativa pone a prueba la capacidad de inventiva de aquellos interesados en tratar de salvar a estos cetáceos y evitar su extinción casi segura, a manos de unos cuantos y por intereses ajenos a la mayoría. Para ejemplo un botón: French idea to save the whales y la imagen que se usó al principio de este texto.
No dejen de visitar el sitio donde se ubica esta campaña y pongan su granito de arena, no vaya a ser que en unos cuantos años solamente podamos responder las preguntas de nuestros hijos mostrando una fotografía.
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