martes, septiembre 18, 2007

Discrepancias por el IFE

De acuerdo con lo que hemos vivido en la última semana, la Reforma Electoral (Reforma electoral: se reunirá CEN priísta con diputados locales) (Comienzan congresos a ratificar la Reforma Electoral) constituye el nuevo esquema de relación entre los partidos políticos y los medios de comunicación masiva, específicamente las dos televisoras más importantes del país: Televisa y TV Azteca
Bajo este ordenamiento, las agrupaciones partidistas serán capaces de salir a cuadro sin pagar un céntimo, independizándose así del poder que ya ejercía el circo mediático sobre campañas, individuos, grupos y propuestas.

Esta modificación al modo de anunciarse estaba -según algunos analistas- contemplada en una ley elaborada en el año de 1969, la cual preveía la contraprestación que los concesionarios de una señal del espectro radioeléctrico tendrían que hacer en favor del estado mexicano, siendo éste último el que determinaría la mejor forma de usar el espacio obtenido.

Es importante señalar que este avance pondrá un cerco al amplio poder y uso discrecional que otorga la posibilidad de llegar hasta millones de hogares, donde en muchos casos, se ha comprobado (a través de encuestas civiles No Oficiales) que no existe ningún otro tipo de criterio más que aquel impuesto por "líderes de opinión" que poseen un cierto tiempo al aire.
Sin embargo, todas estas inclusiones solamente dejan entrever de manera directa, las extraordinarias prebendas que se entregan así mismas las instituciones partidistas, muchas de ellas encaminadas a coartar la importancia y autonomía de las autoridades electorales, impidiendo la fiscalización, enjuiciamiento y transparencia del dinero público, entregado al Instituto Federal Electoral (IFE) (¿Qué es el Instituto Federal Electoral?).

Los partidos, como siempre, le salen debiendo a la población. Confiar en que los políticos actuarán en conciencia, tomando en cuenta las necesidades del país, significa esperar demasiado de ellos, quienes no se cansan de demostrar a cada paso, que no únicamente necesitan un proceso de supervisión constante y estricto, sino un control ciudadano formal que les haga acatar las exigencias del pueblo. Figura que se hallaba instalada en la presencia del IFE, y que muchos "actores" de la vida nacional se encargaron de desacreditar, mucho antes que comenzara, tanto la contienda electoral, como las famosas "pre-campañas" (concepto bastante "chaqueto" por no decir más). Lo demás, lo construyó el propio presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, al no mostrar la reflexión y voluntad indispensables para desempeñar su cargo, exhibiendo sus fuertes lazos con insignes personajes del ambiente.

Era obvio desde el 2 de julio de 2006, que Ugalde llegaría a ser el chivo expiatorio que es hoy, simplemente no quiso ver porque no le interesaba defender, precisamente de lo que se queja actualmente: la autonomía del IFE (Exige el IFE medios para defender su independencia).
Se podría calificar de "simpático" que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) buscara hace no mucho tiempo atrás, la desaparición del IFE para crear un "golem" a conveniencia (Propone el PRI desaparecer el Instituto Federal Electoral), pero a la luz de los eventos recientes se convirtió en uno de los arquitectos de la mal llamada Reforma Electoral. Podríamos decir que es "una reformita", pues deja de lado u omite intencionalmente, situaciones específicas como la creación de candidaturas independientes, un elemento que figura entre las principales exigencias de la ciudadanía, pero las cuales seguramente deberán seguir esperando en algún lugar.




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