Solamente desearía que aquella máxima que dice: "Todo principio tiene un fin", no fuese tan cierta. Sin embargo, es una cualidad humana -si es que puede calificarse así- que todo aquello elaborado por manos del hombre, necesariamente tiene un punto cúspide y después -tarde que temprano- un final. Podría no gustarnos, ¡vaya! hasta pudiera provocarnos cierta aversión o repelús; pero es cierto: Todo en este mundo tiene un momento terminal.
Esa es la historia que hoy me hizo, por fin, escribir una líneas de agradecimiento hacia Carmen Aristegui, su esfuerzo y labor en su ahora extinta emisión de radio en WFM.
Pero bueno, en fin, no sería la primera vez que Aristegui sale airosa de una situación como la presente. No obstante, sí fue una jugada puerca sacarla del aigre (sí señorita con "i" latina) de esa manera y por razones por todos intuidas. Yo tengo escuchandola -más o menos- 15 años, cuando ella trabajaba en otra emisora y bajo diferentes circunstancias, y sobre las cuales, además, también triunfó. Siempre aprecié su sentido lógico de las cosas y su forma para tratar de verlas lo más imparcialmente posible. Es decir, intentando confrontar los posibles "opuestos" de cada situación a investigar o analizar. De esta forma, un servidor continúa deseando su pronto regreso, pues en este caso sí hacen falta analistas como ella, ya que salen al mismo tiempo voces como la de José Antonio Crespo, Dresser, Meyer, Córdova y demás colaboradores, quienes decidieron sumar "algo" con la transmisión de sus ideas mediante este programa.
Eso sin demeritar los esfuerzos que hacen comunicadores, presentadores, lectores de noticias y/o anunciantes -que no periodistas- como López Dóriga, Alatorre, Ferriz de Con, y otros etcéteras, esos mismos que saturan el espectro radioeléctrico sin aportar nada a la sociedad, y que precisamente ahora -seguramente por su trascendencia histórica- se escapan a mi memoria. Por ahí, desperdigados quedan Curzio, Gómez Leyva, Marín, Solórzano, y hasta el insufrible Loret de Mola y su bufón telefónico. Ninguno de ellos con la calidad pensante de Aristegui para reconocer(se) como parte de la misma nota que dan a conocer, bueno, corrijo, Curzio y el payaso pagado sí lo hacen, y Marín por su parte, sabe transitar por las calles de la Sra. Censura desde hace varios sexenios, pero de ahí en fuera, supone "regodearse" escuchando "notas periodísticas" presentadas por personajes tales como Gustavo Adolfo Infante, La Doña Juan José Origel, Katy Chamoy y verdaderas municias intelectuales bastante similares.
Desgraciadamente, este sólo es un hecho palpable más que apunta sin duda a las actividades elucubradas actualmente desde Presidencia de la República y grupos de poder, y que fueron obvias desde "la salida" del presichente -porque en realidad ni él, ni su domadora aplica toloaches se han ido del todo- de la residencia oficial. En este espacio, señalamos en su momento que habríamos de extrañar esos "días felices" en los que "cualquier hijo de vecina" podía hacer escarnio de la "figura presidencial" (incluido Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sus bobos "izquierdozos" y hasta el monosonzo que le hizo "cuernitos" a Fox en singular fotografía tomada al interior de un tutelar de menores).
Y podemos señalar que todo empezó con "el cerco informativo" que se hizo sobre AMLO después de las elecciones presidenciales de 2006, la barrera de protección manufacturada en tran cantidad de medios de comunicación a favor de ese "santo hombre de Dios", el primado de México, Norberto Rivera Carrera, así como la voluntaria "salida" y "derrota" judicial de Gutiérrez Bibo ante conocido monopolio radiofónico en México.
Era totalmente predecible que este tipo de medidas serían adoptadas, sobre todo por las intenciones de Los Pinos de "acallar" voces distintas en tópicos que resultan difíciles y molestos, posición un poco "kistch", si me preguntan a mí.
Es un poco triste apreciar que la libertad de expresión no será lo único que se perderá este sexenio. No obstante, que "de veras" no hay a quién irle: por un lado está AMLO y su caterva de inútiles desordenados/muertos de hambre, entre los que se cuenta la infable presencia de la israelita pobre de Polanco Sheinbaum, el intelectual, letrado y doctor en derecho constitucional Monreal, el pensador "independiente" Encinas, la fresca mirada periodística de Poniatowska, la tolerancia y agilidad mental de Fernández Noroña y muchísimos más (y no me refiero a todos los "inocentes" que indilgó para que lo siguieran en su tropiaventura como mesías redentor) que le levantan la cola del vestido cada vez que pueden en señal de "fidelidad". Mientras, por el otro tenemos al presidente "dodo" con su cerco de balas, violación a los derechos humanos y sistemática conducta paranoide, burócrata y muy dada en aquellos que se titulan de instituciones como la UP y que ejercen la profesión de abogados. Bagaje -adquirido en instituciones educativas selectas- que le permite "hacerse de la vista gorda" cuando se refiere a cosas como la cultura, justicia y equidad social.
En ambos casos, prosélitos en ambos extremos de la cuerda; pero unidos con un único motivo: preservar sus privilegios, aumentarse otros, enaltecer unos más, jugarle sucio a todos los demás involucrados, costearse obligaciones, comodidades y privilegios -como el derecho a la información: Adiós IFE e IFAI- con el sudor salado producto de la labor diaria y lomo de todos nosotros, y de paso -así como no queriendo- matar u eliminar -cuanto más pronto mejor- a la pródiga "gallina de los huevos de oro". Porque seamos sinceros, lo que persiguen dichos individuos no es el bien del país, si así fuera Carlos Salinas de Gortari hubiese tenido razón y ahora competiríamos frontalmente con China, EU y Japón en cuestiones comerciales, culturales y agrícolas ¿Que no?
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domingo, enero 06, 2008
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