Desde otra perspectiva

Por quién vota el mexicano
Hacer de la política un producto de consumo más cuya venta sólo garantiza la promoción mediática y la estrategia publicitaria es ya pan de cada día en el mundo. Pero no siempre resulta una práctica perversa ni mezquina, pues hay países donde partidos, autoridades y gobernados realmente se ocupan de consolidar cada vez más salvaguardas para impedir que los procesos electorales perjudiquen intereses básicos de la sociedad.

Probablemente,
las cifras que presentó Consulta Mitofsky posean una perspectiva tratada con objetividad, pues sólo son posibles tendencias en la intención de voto. Sin embargo, para su desgracia -y nuestra- la intencionalidad con la cual ha sido tratado su trabajo por personajes ilustres como Federico Arreola provoca que la población en general las vea con recelo y no es para menos, la mayoría le reza ahora al "Santo Peje de Porres".
Lo patético del asunto es que probablemente este señor avale las mismas cifras, cuando Mitofsky diga que ganó por tanto o cuánto después de las elecciones de 2006.
ESO es lo molesto. Me encabrona que hagan lo que sea para ganar y que para ello se valgan de porquerías como esta.
Un día me conviene al otro no. "Como hoy no me conviene, digo que eres parcial, vendido, deshonesto, miembro del "compló" y demás adjetivos al caso". Y no es de admirar esta conducta en alguien -que como he dicho en un post anterior- como Arreola, quien cambió de bandera tan rápido como de calcetines. Un momento admira y sigue fielmente a Salinas de Gortari, al otro a Zedillo, después a Fox y ahora a Andrés Manuel López Obrador. ¿Qué buscará? ¿Un hueso?
Pero bueno, de qué me quejo si eso fue exactamente lo que hizo AMLO cuando acaeció lo del caso del desafuero en su contra. Hasta antes de ese lamentable incidente, dónde el gobierno federal se vio -por decir lo menos- mal, muy mal. Prefirió un arreglo político, pero que Chente no aceptó por infinidad de razones, entre ellas seguramente las que argumentó "La Sra. Presidenta".
Entonces, con afán de detener "la bola de nieve" se infringió la ley y se le aplicó "recurso de alzada". Los infames cupulares (¿O copulares?) del PRD, entonces sí, dijeron maravillas del gobierno federal: "Que respetuosamente, el gobierno de Chente Fox había respetado la impartición de justicia".
¡Puras Porquerías!
En vez de fortalecer el "inexistente estado de derecho" en México, todos los copulares, prefirieron debilitar una de las pocas instituciones con algo de cimientos. Así, el compañero Andrés Manuel, salió impune para hacer de las suyas por todo el país. Bueno, hubo un punto negativo en el asunto: no lo dejaron aparecer y competir en los comicios presidenciales desde la cárcel. El PJe ya se hacía con una foto del recuerdo, en la que su mente comparaba su figura "trascendente" con Nelson Mandela, y demás personas que sí lucharon en pos del bienestar de sus respectivos pueblos y aún desde prisión. (Circunstancia que fue muy criticada hasta en los medios internacionales a los cuales quería llegar e impresionar)
Volviendo al tema...
Y recordando lo que alguna vez platiqué con Rolva, ésta sería una buena forma de medir a los candidatos para ver que es lo percibe el pueblo en ellos, y qué cosas -por obtener más sufragios- están dispuestos a cambiar para ganar.
Hace muchos años escuché una afirmación que decía más o menos así:

Algunas veces tienes que traicionar a alguien para conseguir lo que quieres. En
muchas de esas ocasiones tiene que ser a personas que confiaron en tí. Hay otras,
en las cuales tienes que traicionarte incluso a tí".

Y ese es el punto que pongo a debate: ¿Hasta dónde están dispuestos nuestros suspirantes a traicionarse a sí mismos y a aquellos que los rodean para llegar a la silla -antiguamente propiedad de Porfirio Díaz- presidencial?
Probablemente para eso no sea necesario ver este tipo de encuestas.