Las otras víctimas de Juárez
CIUDAD JUÁREZ, Chih.— Aquí, una muerta no es sólo una muerta. Un cadáver es más que eso. Con cada mujer asesinada, ultrajada, violentada, cayeron varias vidas. Murieron, sobre todo sus hijos. Niños, jóvenes, niñas, jovencitas murieron desde el día en que sus madres lo hicieron; están muriendo y, de a poco, el alma se les ha llenado de un vacío que hace insoportable llegar a una noche más. Destrozados, desamparados, poco hablan y, cuando lo hacen, sustituyen el cariño y el afecto por el odio. Son las otras víctimas de este oscuro frenesí. Y de ellos casi no se habla.
Una estela que nadie ve
Nadie se responsabiliza de los hijos de las muertas.Las autoridades de Chihuahua nos informan que todo lo que pueden hacer por ellos es dar un apoyo quincenal de 900 pesos a cada familia que lo solicita, pero el mismo gobierno decide a quién se le proporciona dicho beneficio.
"Falta una política integral... hacemos lo que podemos"
Hace año y medio, Luisa Camberos solía presionar al gobierno estatal desde su ONG, llamada Fátima, para exigirle mirara a las personas infectadas con VIH. Hoy recibe las quejas, sobre todo de las madres cuyas hijas han sido asesinadas en Ciudad Juárez: es la titular del Instituto de la Mujer Chihuahuense, dependencia que, entre otros asuntos, debe saber qué hacer con los familiares de las muertas.
Las tragedias nunca vienen solas,
siempre vienen acompañadas de otras, mayores o menores y que nunca le dejan pegar a uno el ojo al momento de acostarse.
Me prometí nunca hablar de este tema, pero cada vez que volteo, sólo encuentro que las autoridades de este país siguen en las mismas:
NO le HACEN CASO a la gente.
A pesar que se les exige, se les conmina, se les pide encarecidamente:
SIGUEN en su determinación de CHINGARSE a la gente.
-¿Y la seguridad del pueblo?
-¿Pa' qué sirve o con qué se come?
Pudiera decir uno: Bueno, pero se han puesto la pilas y como sea han estado tratando de solucionar asuntos de mayor relevancia o trascendencia.
¿Pero que hay más relevante que la VIDA de todos y cada uno de nosotros? Ellos no tienen que enfrentarse directamente a la delincuencia. Ellos tienen guaruras -pagados de tu dinero y mi dinero y sin excepción-, que a la menor provocación aplastan hasta a los transeúntes que pasan por ahí.
Y pensando mal, pues a lo mejor hasta son compadres de los que están tratando de asaltarlos y todo queda como una simpática anécdota.
¿Y todos los demás?
¿Podría usted preguntarle a un delincuente si le importa todos aquellos que no son él mismo? Seguramente le dirá que todos los que no son ciudadanos comunes y corrientes le importan un comino, y como la vida ha llegado a valer menos que nada entre los delincuentes, pues apretar el gatillo para asesinar a una madre, a un hijo, a un padre, a un hermano termina siendo como matar un becerro o a un perro.
Ningún criminal se tienta el corazón cuando van a violar a una jovencita o quitarle el coche a cualquiera de nosotros, pero sí hay que voltearlos a ver cuando se quejan ante la Comisión de Derechos Humanos. No se ponen a pensar cuando asesinan, violan, matan y roban, pero sí hay que ponerse a meditar "cuando" transgreden sus derechos elementales.
Eso es pura basura
Tampoco en su estupidez se ponen a pensar en las secuelas que dejan en las personas que le sobreviven a las víctimas, gente que termina harta de todo, pues nadie les hace caso. Situación que origina resentimiento odio desmedido y una reacción violenta ante cualquier circunstancia que represente peligro "real" o imaginario. Después llegan corriendo los psicólogos a preguntarse desde sus "imponentes" sillas ¿Por qué? ¿La gente se ha vuelto loca?
Sí nos hemos vuelto locos. Locos por adquirir comprar, recibir, procesar, trabajar o entregar aunque sea un poco de seguridad. Precisamente por eso se dan casos como el de "Tláhuac" donde linchan sin preguntar. Donde ya no importa si eres culpable o no. Una señal de peligro hace estallar toda la furia contenida en las personas. Se revientan los límites impuestos por las promesas incumplidas. De los farolazos de decir que todo fue un compló, de los atropellos de los agentes del orden público, de los burócratas disfrazados de funcionarios de alto cargo. También por eso los delincuentes que se descuidan al tratar de asaltar en los "peseros" terminan siendo rescatados por los patrulleros, procesados de forma incorrecta por los MP y liberados por los jueces por falta de pruebas, expedientes mal formados o simplemente por algún soborno. Y a los tres días ya están afuera. La gente como uno sólo se puede preguntar: ¿Esto es una burla?
Así que tú, -uno de mis cuatro lectores- ¿Crees que les importa un cacahuate a los delincuentes o a los políticos, si le pasa algo a uno de tus familiares? Y para ser un criminal no es necesario ser un completo desconocido. Puede ser cualquiera.
¿Qué pasará con los hijos de esas madres que quedaron "tendidas" por la porquería que algún cabrón traía en la cabeza?
Seguramente pasarán a formar parte de la delincuencia de la que los gobiernos estatales, municipales y federal se hacen de la vista gorda, aduciendo: "YA. Ya. Los índices delictivos han disminuido. Nosotros Sí le hacemos caso al pueblo. El número de denuncias se ha reducido".
La GENTE ESTA HARTA.
Y Queremos UNA Solución, PERO YA.
México, Ciudad de México, Mekishiko-NoNeko, Política mexicana, Politica, Corrupcion, inseguridad, delincuencia, Ciudad Juárez, Juárez, Ciudad Juarez, feminicidios
Tags Blogalaxia: México, Ciudad de México, Política, Corrupción
CIUDAD JUÁREZ, Chih.— Aquí, una muerta no es sólo una muerta. Un cadáver es más que eso. Con cada mujer asesinada, ultrajada, violentada, cayeron varias vidas. Murieron, sobre todo sus hijos. Niños, jóvenes, niñas, jovencitas murieron desde el día en que sus madres lo hicieron; están muriendo y, de a poco, el alma se les ha llenado de un vacío que hace insoportable llegar a una noche más. Destrozados, desamparados, poco hablan y, cuando lo hacen, sustituyen el cariño y el afecto por el odio. Son las otras víctimas de este oscuro frenesí. Y de ellos casi no se habla.
Una estela que nadie ve
Nadie se responsabiliza de los hijos de las muertas.Las autoridades de Chihuahua nos informan que todo lo que pueden hacer por ellos es dar un apoyo quincenal de 900 pesos a cada familia que lo solicita, pero el mismo gobierno decide a quién se le proporciona dicho beneficio.
"Falta una política integral... hacemos lo que podemos"
Hace año y medio, Luisa Camberos solía presionar al gobierno estatal desde su ONG, llamada Fátima, para exigirle mirara a las personas infectadas con VIH. Hoy recibe las quejas, sobre todo de las madres cuyas hijas han sido asesinadas en Ciudad Juárez: es la titular del Instituto de la Mujer Chihuahuense, dependencia que, entre otros asuntos, debe saber qué hacer con los familiares de las muertas.
Las tragedias nunca vienen solas,
siempre vienen acompañadas de otras, mayores o menores y que nunca le dejan pegar a uno el ojo al momento de acostarse.
Me prometí nunca hablar de este tema, pero cada vez que volteo, sólo encuentro que las autoridades de este país siguen en las mismas:
NO le HACEN CASO a la gente.
A pesar que se les exige, se les conmina, se les pide encarecidamente:
SIGUEN en su determinación de CHINGARSE a la gente.
-¿Y la seguridad del pueblo?
-¿Pa' qué sirve o con qué se come?
Pudiera decir uno: Bueno, pero se han puesto la pilas y como sea han estado tratando de solucionar asuntos de mayor relevancia o trascendencia.
¿Pero que hay más relevante que la VIDA de todos y cada uno de nosotros? Ellos no tienen que enfrentarse directamente a la delincuencia. Ellos tienen guaruras -pagados de tu dinero y mi dinero y sin excepción-, que a la menor provocación aplastan hasta a los transeúntes que pasan por ahí.
Y pensando mal, pues a lo mejor hasta son compadres de los que están tratando de asaltarlos y todo queda como una simpática anécdota.
¿Y todos los demás?
¿Podría usted preguntarle a un delincuente si le importa todos aquellos que no son él mismo? Seguramente le dirá que todos los que no son ciudadanos comunes y corrientes le importan un comino, y como la vida ha llegado a valer menos que nada entre los delincuentes, pues apretar el gatillo para asesinar a una madre, a un hijo, a un padre, a un hermano termina siendo como matar un becerro o a un perro.
Ningún criminal se tienta el corazón cuando van a violar a una jovencita o quitarle el coche a cualquiera de nosotros, pero sí hay que voltearlos a ver cuando se quejan ante la Comisión de Derechos Humanos. No se ponen a pensar cuando asesinan, violan, matan y roban, pero sí hay que ponerse a meditar "cuando" transgreden sus derechos elementales.
Eso es pura basura
Tampoco en su estupidez se ponen a pensar en las secuelas que dejan en las personas que le sobreviven a las víctimas, gente que termina harta de todo, pues nadie les hace caso. Situación que origina resentimiento odio desmedido y una reacción violenta ante cualquier circunstancia que represente peligro "real" o imaginario. Después llegan corriendo los psicólogos a preguntarse desde sus "imponentes" sillas ¿Por qué? ¿La gente se ha vuelto loca?
Sí nos hemos vuelto locos. Locos por adquirir comprar, recibir, procesar, trabajar o entregar aunque sea un poco de seguridad. Precisamente por eso se dan casos como el de "Tláhuac" donde linchan sin preguntar. Donde ya no importa si eres culpable o no. Una señal de peligro hace estallar toda la furia contenida en las personas. Se revientan los límites impuestos por las promesas incumplidas. De los farolazos de decir que todo fue un compló, de los atropellos de los agentes del orden público, de los burócratas disfrazados de funcionarios de alto cargo. También por eso los delincuentes que se descuidan al tratar de asaltar en los "peseros" terminan siendo rescatados por los patrulleros, procesados de forma incorrecta por los MP y liberados por los jueces por falta de pruebas, expedientes mal formados o simplemente por algún soborno. Y a los tres días ya están afuera. La gente como uno sólo se puede preguntar: ¿Esto es una burla?
Así que tú, -uno de mis cuatro lectores- ¿Crees que les importa un cacahuate a los delincuentes o a los políticos, si le pasa algo a uno de tus familiares? Y para ser un criminal no es necesario ser un completo desconocido. Puede ser cualquiera.
¿Qué pasará con los hijos de esas madres que quedaron "tendidas" por la porquería que algún cabrón traía en la cabeza?
Seguramente pasarán a formar parte de la delincuencia de la que los gobiernos estatales, municipales y federal se hacen de la vista gorda, aduciendo: "YA. Ya. Los índices delictivos han disminuido. Nosotros Sí le hacemos caso al pueblo. El número de denuncias se ha reducido".
La GENTE ESTA HARTA.
Y Queremos UNA Solución, PERO YA.
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