Un lunes cualquiera

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Escribo este lunes, en un momento que la APPO avanza sobre la ciudad de México, caminando por la congestionada Calzada Ignacio Zaragoza. Alrededor de unos 10,000 individuos, miembros de distintas comisiones de este movimiento, se dirigen al Zócalo de la capital de la República Mexicana. Donde serán recibidos por diversos sindicatos.
Para cualquier capitalino esta noticia, sólo representa una cosa: horas y más horas atorados en el tráfico. Sufrimiento puro. Neurosis y más estres, aunado a la preocupación por la tensión que provoca un asunto desconocido y por lo tanto ajeno.
Por otro lado, no hay datos fehacientes sobre el origen exacto de este conflicto, que ahora deviene en un asunto de índole federal. Con esta marcha -puede uno estar de acuerdo o no- el movimiento de la APPO se convierte en un tema de preocupación nacional. Los medios tratarán de retratar desde su "muy particular" perspectiva todo lo que acontezca y en cuanto puedan -porque es obvio que lo harán-, se olvidarán del asunto. Tal y como lo hacían en años anteriores, cuando el magisterio de Oaxaca realizaba -que triste es reconocerlo así- su tradicional paso por el DF. Como señalan algunos por allí, en realidad, la manifestación anual de los profesores oaxaqueños se había transformado en un elemento más del panorama cotidiano de la mega-urbe del Valle de México. A muy pocos interesaban, en verdad, las exigencias de los maestros. Ninguna autoridad se avocó a revisar a fondo sus peticiones y presentar soluciones reales, costeables y verdaderamente políticas. Por su omisión, tacto, experiencia, negligencia y "falta de tablas", pericia, capacidad y voluntad, los gobiernos federales y locales, tanto en su estado de origen como en la Ciudad de México, se dedicaron a mirar para otro lado, pretendiendo que nada era cierto, que no había ningún problema, que todo era felicidad en los reinos más felices del mundo: Foxilandia, Pejelandia y El reino de la Nueva República de Oaxaca. Y ahora, ahí tenemos. Un "nudo gordiano" que naiden quiere desabaratar. Uno: porque no saben cómo. Dos: porque en realidad, no les interesa en lo absoluto, les vale. Es decir podrían canjear sus preocupaciones al respecto, más dos tapa roscas de una conocida bebida de cola, por un boleto de metro, y Tres: porque en su interior y a estas alturas del partido debe haber personas más interesadas en conseguir "algo más" que un aumento salarial a los maestros, quienes son los primeros interesados y los últimos en ser tomados en cuenta. De hecho, los líderes que encabezan esta procesión oaxaqueña, pidieron se efectúe un foro alterno de diálogo, a fin de resolver de una vez por todas, la cosa esa "inexistente" que golpea los bolsillos de todos los interesados. ¿Y los niños? ¿Qué tal? ¿No se supone que el SNTE y las otras organizaciones, luchan a brazo partido por el desarrollo y crecimiento de este país? ¿Por qué no dividieron el movimiento en dos? Mientras unos dan clase, otros le entran a eso de la manifestación y cierre de calles ¿Dónde está entonces, la voluntad de este movimiento para con la sociedad civil?
En fin, yo que sé, sólo soy un pobre humanito que nada sabe de la vida.