martes, octubre 10, 2006

Una plática

Hace unos días pudimos contar con la visita de Grimalkin El Bardo, quien amablemente nos dejó su comentario sobre el contenido de este blog.
Para quien no haya seguido de cerca esta conversación aquí están los vínculos correspondientes:
Grimalkin El Bardo
Primer Comentario
Mekishiko-NoNeko
Primera respuesta: parte uno, dos, tres, cuatro, cinco
Grimalkin El Bardo
Segundo comentario: parte uno, dos, tres, cuatro

Por cuestiones prácticas y de espacio, he decidido colocar a través de este post la respuesta al último comentario de Grimalkin.

Joven Grimalkin el Bardo:
Para empezar, agradezco otra vez que te hayas tomado la molestia de contestar mi comentario anterior.
Por otro lado, se me hace un detalle "lindo", singular y simpático, pero sin duda extraño, que me respondieras con palabras que utilicé en la ocasión anterior.
Quisiera señalar que el punto que tocaste en tu primer comentario se centraba en la sorpresa que te causó encontrar una bitácora como esta –guiado por el nombre de la misma-, pues buscabas encontrar un lugar que retratara la ciudad donde vives, es decir, el “Ombligo de la Luna”. Si me permites leer entre líneas, desearía inferir algunas cosas de tu comentario: Digámoslo así, en otras palabras señalaste que no era lo que esperabas, que este –visto desde esa perspectiva- no era un retrato, sino una descalificación de la izquierda ideológica en México.
De ahí mi primera respuesta a tu amable observación y mi reiteración a subrayar que un “retrato” puede ser una foto tomada por cualquier persona respecto a una multitud de “objetos” a su alcance. Sea cualquiera de éstos, una circunstancia, persona, movimiento, liderazgo, partido político, etcétera, etcétera. Por lo tanto, este es un retrato –personal- que hago de la gran mancha urbana.
Por otro lado, coincido con lo que mencionaste en tu última intervención -resumiendo y corrígeme si me equivoco-, hay organizaciones independientes conformadas por integrantes pensantes y que probablemente activan diversos movimientos, encaminados a mejorar la situación que vive nuestro país. Situación por demás inédita.
Jamás les he negado la capacidad de pensar, de razonar o reflexionar por cuenta propia. Sin embargo, no podrás negar que una gran parte de la gente guiada tal vez por otras motivaciones, sea de este país u otro, les es más fácil seguir que liderar; participar que encabezar, y he ahí, el punto que toqué anteriormente, calificándola bajo el término: delegar.
No me gusta generalizar, pues siempre existen cosas diferentes, aún dentro de una misma tendencia, y esos representan los opuestos. Encontrarlos y enfrentarlos constituye la herramienta que nos da la capacidad para atisbar una parte pequeña de nuestra realidad, cualquiera que esta sea. Sean o no de nuestro agrado dichos elementos, negarlos constituye una omisión que nos impide ver más allá y perder la oportunidad de observar un panorama más amplio.
Además, no creo que tratar definir y/o criticar una ideología existente y calificarla constituya una transgresión contra la prudencia. Al contrario, sería imprudente no hacerlo. Y por crítica me refiero a un enjuiciamiento razonado y reflexivo de los hechos y circunstancias, no al etiquetamiento fácil y barato que generalmente se hace. Pero creo que tienes razón, sería "pueril" -diría yo maniqueo- tratar de definir a la izquierda -o derecha según sea el caso- con las acepciones con las que contamos el día de hoy.
Y sí, leí tu blog, y al igual que tú, mi confianza sobre el devenir de este país, se centra en Nosotros, nada más. Mi desconfianza y descalificación va siempre en relación directa y contra la "élite política" de esta nación.
Sin embargo, no estoy conforme con "la izquierda que hay", es como la Señorita Democracia que nos presumieron por tanto tiempo y resulta que la que nos presentaron al final es una verdadera “ñora que está manca, tuerta y jorobada". Ahora, no es posible que nos conformemos "con lo que hay", de hecho ese fue el error de muchos al momento de elegir a su candidato durante las elecciones pasadas. Te digo que fue un error, pero no por subrayar cuestiones de separación ideológica, sino por la pobreza en las opciones. En realidad, me refiero a los parámetros que usaron la inmensa mayoría de los mexicanos para votar por alguno de los suspirantes a la presidencia. Seamos sinceros ¿Cuántos no optaron y votaron por el menos malo? Considero que puedes señalar que hubo muchos que sufragaron por Andrés Manuel López Obrador guiados por un espíritu de solidaridad, y que otro tantos votaron por Felipe Calderón, pero ¿Cuántos realmente eligieron al candidato ideal? No al menos malo, sino al más indicado para tomar las riendas del país ¿Cuántos? ¿Cuántos ahora mismo se cuestionan sobre la verdadera intención de su voto?
Y eso es algo que simplemente no puede, ni debe ser. No podemos conformarnos con lo que existe "por muy malo que sea" o porque es lo único que hay.
Considero que hablar de polos, en el contexto en el cual estamos, sino es negativo, sí es bastante contraproducente. Es caer en aquello que mencionaste anteriormente como "pueril". Es tropezar con aquello que precisamente queremos evitar: traducir todo aquello que se nos presenta en un espectro de absolutos, Blanco y Negro, Bueno y Malo, etcétera.
No podemos seguir dirigiéndonos a nosotros mismos con un lenguaje desde el cual los políticos hacen "su agosto", hacerlo es simplemente seguirles el juego, y así somos más propensos a sufrir de alguna de sus argumentaciones, las cuales podría parecer al principio que no son tan malas, pero que al final, y en la mayoría de los casos, no dejan beneficios a largo plazo para la sociedad. Esos individuos a pie que mencionas, son ellos precisamente, los que inician movimientos mayores y que pueden significar –sólo como una posibilidad- un beneficio para la comunidad en su conjunto.
Por otro lado, creo que sería importante señalar que diversos movimientos sociales han terminado en una de las conductas que caracteriza -para bien o para mal- al mexicano: delegar.
No creo que los movimientos a los que aduces sean necesariamente de este tipo, pero me reservo mi derecho a disentir -y espero equivocarme-. Ahora bien, creo que los hechos que señalas, como el temblor del 85 y el fraude "cibernético" del 88, son muy parecidos, pero se diferencian entre sí, de manera radical. Mientras uno se centraba en la solidaridad en su nivel más alto, pues se presentó en un momento en el que la vida de muchos seres se hallaba en riesgo, no es posible compararlo -aunque pudiera hacerse- con algo como la solidaridad que muchos mexicanos expresaron como repudio a las porquerías del gobierno, en ese entonces en manos del PRI. Son dos tipos distintos de cooperación en la sociedad, muy parecidos, pero no son iguales. No habría que “confundir la gimnasia con la magnesia”.
Y califiqué "Al Yunque" y asociaciones similares, unas muy conocidas y todavía vivas al interior del antiguo partido hegemónico, como una "bola de ratas", no porque desconozca las acciones que llevan a cabo, y lo manifiesto en un tono ubicado en el presente, pues es una organización vigente en nuestros días. Pero en este sentido puedes buscarles un apelativo mejor, claro, sin caer en los lugares comunes al usar palabras procaces, sino que chiste.
Y no considero que una buena discusión sea sólo aire caliente. Como lo dije al principio, una buena plática siempre deja algo positivo a las dos partes que componen este "bonito" circuito del habla.

Salute!




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