lunes, junio 02, 2008

Las vueltas que da la vida

"La mata y con el mazo dando", éste únicamente fue una suma de dos (o varios) adagios, simplificando: "Y sigue la mata dando" y/o "A Dios rogando y con el mazo dando".
No hay punto medio para la justicia en este país: O eres culpable y tus acciones deberás retribuirlas a la sociedad, mediante la la prestación de un servicio comunitario, la readaptación en una prisión o cárcel, o bien, eres inocente y eres exculpado de todos los posibles cargos en tu contra. ¡Ah! ¡Qué bonito se oye todo eso! ¡Sí, suena como al México de nuestros amores! ¿No es cierto?
Los delincuentes, sean narcos, rateros de cuello blanco, defraudadores de poca monta, ladrones, secuestradores, autoridades corruptas y pederastas pagarán sus ofensas. No quedará uno libre, todos serán juzgados, y detenidos, apartados de esa sociedad a la cual diezman y someten con sus accciones u omisiones, sea cual fuere el caso.
De verdad que todo lo referente a funcionarios públicos, raya en la oligofrenia más abyecta, esto es verdaderamente una cosa de impunidad, no extravagante y grosera, sino de porquería absoluta. Si la ética no fuera tan propensa a descalificar de manera tajante y absoluta los equívocos y contradicciones de los cínicos y prepotentes, todos los "apoyos" que se prestan entre políticos serían considerados como una conducta deseable, cristiana hasta la médula, y simplemente, un arrebato de filantropía.
Yo creo que la periodista Lydia Cacho, no debería molestarse más sobre las redes de pornografía, la trata de blancas y pederastia, al contrario, debería ocupar su tiempo en la ardua y laboriosa crítica literaria de pasquines como TV Notas, TV y Novelas, y similares, esos que sí dejan un verdadero caudal de dinero ¿Para qué desgastarse en infiernitos? Que se vaya adonde podrá encontrar "varo", no las pichicaterías por derechos de autor de un texto que ha sido vetado y censurado en una de las cadenas de librerías más visitadas a nivel nacional.
¿Para qué deprimirse porque al país se lo lleva el carajo? Si bien, ni siquiera sabemos hacia dónde ¿Para qué sumarse a causas sociales, si sabemos de antemano que oportunistas se harán con la bandera de movimientos surgidos de la necesidad popular?
No sé, pero aún así, me sigue dando, no coraje, sino una pinche rabia mezquina contra los infames que siguen sin entender que no sólo las desgracias pasan por plazadebajo de su estrato social, sino en cualquier calle y casa, incluidas las de ellos. Sí, esos mismos palurdos que buscan arropar y defender, precisamente, aquienes tendrían que procesar, pues su "supuesta" responsabilidad como jueces así lo exige. Además debieran actuar "conforme a derecho" contra todos esos puercos que se ven involucrados activa o inactivamente en casos como el de Jean Succar Kuri. Pero no, prefieren voltear hacia otro lado, pretendiendo que no saben, que nos les importa, que no les compete, pues solamente les hace falta estirar la mano para recibir su justa paga por proteger a esos que atacan al presente-futuro de esta nación, ese país tan ajeno a ellos.
Una cosa es soportar injusticias, pero otra muy distinta es negligentemente observar, cómodamente desde las gradas, como violan a un niño.
Y luego los sabios politólogos, académicos, periodistas de "ancha manga", magistrados y especialistas, se sorprenden y se quejan amargamente sobre cómo la población ha tomado la justicia en sus manos, pero ¿Cómo habría de ser de otra forma?

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