Día 5 por la noche: Me quedo, me voy... volveré
Al llegar al restaurante una amujer de origen chino nos recibió a la puerta con un atuendo típico de aquel país y con un acento que con trabajos podía entender pero que Karen captaba a la perfección. La mujer nos preguntó en qué parte del lugar preferíamos sentarnos y Karen respondió "cerca de un calentador por favor, mi novio se muere de frío", aquello en verdad que me dejó helado o mejor dicho... pendejo. Desde que empecé a salir con Karen era la primera vez que ella se refería mí como "su novio" y yo me sentí muy bien de recibir dicho título. El lugar era muy elegante, estaba adornado con figuras de leones chinos por todos lados, pinturas de dragones, agricultores, mujeres sentadas a orillas de ríos... en fin, aquello daba la impresión de ser un lugar que recibía a gente importante de negocios o de la alta sociedad. Al sentarnos Karen se acercó a mí para decirme al oído "este es el mejor lugar de comida china de la zona" y sí que parecía serlo con tanta elegancia. Pasaron un par de minutos mientras mi novia y yo platicábamos cuando se acercó otra pequeñita mujer china para dirigirse de inmediato a mí y hacer una pregunta que de plano no capté y no tuve de otra más que voltear a ver a Karen con cara de "no entendí ni madres" y ella no pudo evitar hacer esa sonrisa ya típica de cuando se está divirtiendo antes de decir "lo que ella te preguntó es si ya queremos ordenar las entradas". La chinita nos entregó dos menús de entradas y de inmediato seleccioné los "rollos primavera con salsa dulce" mientras que Karen pidió unos conos rellenos de pollo que tenían un nombre muy raro el cual no recuerdo. Las dos órdenes de entradas tenían un costo de 12 libras cada una. Llegaron las bebidas y las entradas, así que nosotros empezamos con el jueguito de compartir la comida y después robarnos el último bocado en medio de risas e intentos de venganza.
Unos minutos después llegó la hora de ordenar la cena y me dispuse a como diera lugar a mantener una conversación con aquella mesera en inglés aunque tuviera que callar a los demás comensales de alrededor para poder escucharle bien y entenderle. Levanté la mano y llamé a la mesera, ella se acercó y dijo "bien, ¿qué desean ordenar?", esa fue fácil, pues supe lo que dijo con sólo escuchar la palabra "order", así que cerrando el menú que tenía entre mis manos le dije "Ella (refiriéndome a Karen) quiere ordenar el plato de carne en salsa agridulce acompañada de arroz y vegetales, yo quiero el pato en salsa acompañado de mariscos", "muy bien, desea alguna otra bebida?, en un momento traeré la parrilla para mantener calientes sus alimentos y una carta de licores por si desea acompañar su cena con una botella de nuestra caba", dijo la chinita y yo pensaba "hija de su amarillenta madre... me está retando", pero yo no perdí la compostura y sólo respondí "me parece bien pero por el momento los dos tomaremos sólo soda, muchas gracias, es usted muy amable". Al retirarse la mesera y al voltear a ver a Karen, de inmediato supe que ella ya no podía aguantarse la risa. Me tomó del brazo, se carcajeó y dijo "lo hiciste muy bien!!... ni siquiera intentaste voltear a verme para preguntar sobre lo que había dicho ella, a mí también me cuesta trabajo entenderles y supongo que para ti es el doble de complicado". Pasaron como 5 minutos antes de que llegara nuestra cena y al tener los planos frente a nosotros, Karen se me quedó viendo fijo y dijo "buuuen prevechooo"... ¡¡jajajaja!!, lo dijo en español y lo dijo bien para ser su primera vez. Ella no dejaba de sonreir mientras yo reía y me preguntó "lo dije mal verdad?", "no!, de hecho lo dijiste muy bien, tu pronunciación fue buena... ¿de dónde sacaste esa frase?", "ah es que te escuché decirlo en la casa de mi mamá el otro día cuando Alex te preguntó acerca de lo que se dice en español antes de comer para impresionar a mi mamá después", respondió ella con cara de orgullo por haber logrado pronunciar su primera frase en español. Empezamos a comer y seguíamos hablando de su hazaña lingüistica cuando de repente le dije "voy a extrañar mucho estos momentos contigo cuando esté en México", fue entonces cuando la cosa se puso seria al ver la expresión en el rostro de Karen, "quédate... no quiero que te vayas" me dijo mientras su mano izquierda alcanzaba mi mano derecha para acariciarla. No voy a negarlo, la idea me pasó por la mente desde aquel momento y hasta que me subí al avión al día siguiente. "Quiere que me quede y lo dijo muy en serio... yo me quiero quedar... ¿me quedo?... ¿pero y mi familia?, talvez si llamo y les explico todo acerca de Karen y su familia ellos entenderán... ¿pero y si no entienden?, ¿qué pueden hacer... venir a buscarme y llevarme de la oreja hasta México?, ¡me puedo quedar!", pensé mientras Karen me miraba esperando mi respuesta y justo antes de que yo le respondiera que me quedaría, me acordé del pequeño detalle del dinero, la ropa... las deudas que tenía que pagar en México, mi tratamiento médico y lo más importante... mi familia. Aparté la vista de Karen y dos segundos la volví a mirar para decirle "no puedo por más que quiera... me quiero quedar contigo pero de verdad que no sería algo inteligente de mi parte dejar todo atrás así simplemente", ella dijo entender mi posición y razones para no quedarme. Terminamos de cenar, pedí la cuenta, la cual era de poco más de 40 libras (pasados los 800 pesos) y mientras sacaba un billete de 50 libras Karen preguntó "es mucho lo que hay que pagar?", "eso no te lo voy a decir nena", le respondí y ella con un movimiento demasiado rápido para mis reflejos tomó la cuenta y al mirarla dijo "Oh mister, you have a very expensive girlfriend... I think she's so lucky to have a man like you" y yo respondí "well ma'am I do what I can to keep her happy", "sure you do" me respondió, se inclinó hacia mí y me dio un beso. Después de pagar la cena la mesera que nos atendió me entregó un calendario 2006 con la imagen de una pintura china sobre unos gatos... y estaba fregón el calendario, no como las madres que te dan en México, así que se lo di a Karen. Al salir del restaurante nos montamos de inmediato en el taxi que Karen había llamado minutos antes y nos dirigimos de vuelta a su departamento. Durante el camino ella no dejaba de platicarle al taxista lo bien que se lo había pasado conmigo y de la cena tan linda que tuvimos mientras nos tomábamos de la mano. Entramos a su departamento, nos quitamos los abrigos y ella de inmediato buscó un lugar en una de las paredes de su sala para su nuevo calendario, lo colgó, yo me acerqué para verlo y le dije "ahora te vas a poder acordar de esta noche cada vez que veas esos gatos", "síii !! y tú te vas a acordar de mí cada vez que escuches esto" y detras de su espalda sacó el disco de Robbie Williams que había puesto durante aquella primera noche que pasamos juntos. Aquel momento fue muy emotivo, nos abrazamos y permanecimos así por espacio de unos 5 minutos. Sonó el teléfono, era Iris llamando para avisar que pasarían a recogernos dentro de una hora y media para llevar a Karen a casa de su papá, John, y a mí a casa de Craig y Gemma, donde me aguardaba otra sorpresa. Aquella hora y media se nos pasó como agua entre besos, abrazos y caricias hasta que llegó la hora de volver a salir. Durante el camino a casa del señor John, Karen y yo no nos soltamos las manos ni un sólo instante. Finalmente llegamos a donde ella pasaría la noche porque llevaría a su padre al hospital al día siguiente, por lo tanto era imposible que la volviera ver antes de ir al aeropuerto en la mañana. Bajé del auto con Karen, entramos al edificio y John nos esperaba a la puerta de su departamento. Él me saludo con la amabilidad de siempre (de él hablaré más adelante), tomó la maleta de Karen y me abrazó deseandome un buen viaje a casa para después ir al interior de su departamento para que su hija y yo tuviéramos un momento a solas para despedirnos. Tomé ambas manos de Karen y a ella se le llenaron los ojitos de agua mientras que a mí se me hacía un nudo en la garganta que no me dejaba decir nada. Nos besamos, nos abrazamos y nos volvimos a besar. "I'll be back... I promise", le dije,"I know you'll be back... I'll miss you so much Vic!" me respondió para despues abrazarme de nuevo mientras lloraba. Mi chica y yo nos dimos un último abrazo y un último beso, los dos con lágrimas en los ojos. "Llámame cuando llegues a tu casa, no importa si ya es de madrugada aquí, voy a estar esperando tu llamada", "sí, yo te llamo apenas llegue a México" le respondí. Nos soltamos las manos con mucho trabajo y yo empecé a dar pasos hacia atrás para retirarme. "I love you", " I love you too"... "bye", "adiós". Y esa fué la última vez que vi a Karen, ahí parada bajo el marco de la puerta del departamento de su padre, secándose las lágrimas y diciéndome adiós.
Más adelante continuaré con la última parte de mi relato, el día 6. Hasta luego.
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