Día 5 por la tarde: Olvídate de los chinos y tómame aquí mismo!!
Entre pláticas, bromas, guerra de galletas y derrame de chelas se nos pasó la tarde en casa de Craig como agua entre los dedos de las manos y ya eran las 2:40 de la tarde. Karen y yo nos volteábamos a ver como diciendo "ya vámonos", pero ninguno de los dos tomaba la decisión de iniciar la despedida por que en verdad la estábamos pasando muy bien. Fue ella quien finalmente se levantó para despedirse y yo no tuve de otra más que seguirle el paso. Justo cuando Karen había tomado su teléfono celular para llamar un taxi, Craig la detuvo, le dijo algo al oído que yo no pude escuchar por más que paré la oreja y acto seguido Karen canceló la llamada. Al ver mi cara de intriga, Craig me dijo "esperen, ahorita los llevamos en el auto". Unos minutos después me encontraba con mi chica, Craig y su amigo en el Sentra blanco de aquel cuate que nos haría favor de llevarnos a casa de Karen. Instantes después de habernos puesto en marcha noté que habíamos tomado una ruta distinta a la que conocía para llegar al departamento e inmediatamente le pregunté a Karen del por qué del cambio de camino y ella sólo se limitó a responder "espera y verás". Recuerdo que estábamos camino al aeropuerto cuando de repente el auto viró a la izquierda y unos instantes después lo vi aparecer... ¡¡el Ibrox Stadium!!, el legendario estadio del Rangers estaba frente a nosotros. Nos estacionamos y bajamos del auto para que pudiera ver la fachada del estadio con más detenimiento. Abracé a Karen y ella empezó a contarme de sus experiencias las veces que había asistido a ver un partido de su equipo en aquel inmueble. Craig se acercó y dijo "la próxima vez que vengas tenemos que ver un partido de los Osos (así es el mote de los jugadores del Rangers) aquí en el Ibrox", yo sólo asentí con la cabeza mientras miraba cada detalle del lugar. A primera vista aquello no parece un estadio de fútbol, más bien parece un colegio o una biblioteca... talvez un centro comercial, pero no un estadio de fútbol. La estructura del Ibrox es cuadrada, clásico de los estadios del Reino Unido y en la parte superior de los enormes muros que lo rodean sobresale un moderno techo de acrílico que es el único detalle que hace parecer al lugar un estadio de fútbol cuando lo ves desde afuera. Mientras Karen y yo seguíamos viendo la fachada y los alrededores del estadio, noté que Craig y su amigo se apartaron para ir a no sé dónde. Un par de minutos después regresaron y Craig escondía algo detrás de su espalda, era un banderín que tiene bordado el nombre, escudo del equipo y en la parte baja la layenda que dice "Ibrox Stadium-Glasgow"... y era para mí, genial!!. Y esa fue la sorpresa de Craig para mí, llevarme a conocer el estadio del Rangers y a mí me pareció de lujo. Después de disfrutar aquel momento volvimos al carro y ahora sí nos dirigimos al depa de Karen. Después de despedirnos de Craig y su cuate, entramos al departamento y lo primero que hice fue correr a darme un baño porque saldría con la nena a comprar comida más tarde. Al salir de bañarme la encontré sentada en el sillón y viendo televisión con una cara de flojera que de inmediato me hizo saber que no la haría levantarse de ahí para salir ni aunque amenazara con comerme a su hamster "Snoosy". Ella hizo la seña de "ven y siéntate a mi lado" y una vez teniéndome junto a ella, acomodó su cabeza en mi hombro izquierdo para ver la televisión juntos. "Creí que tenías hambre" le dije, "Sí, un poco... pero ya es tarde para salir a buscar comida a la tienda por que es 25 de diciembre y seguro ya cerraron, mejor preparamos algo con lo que tenemos aquí" respondió, su idea me pareció buena porque de todos modos saldríamos a cenar más tarde. Después de un rato de ver la televisión, los dos coincidimos en que el hambre ya estaba canija y era hora de meternos a la cocina para ver qué nos empacabamos, así que nos levantamos y antes de entrar a la cocina, en la televisión empezó un programa especial de presentaciones en vivo de Robbie Williams teniendo como entrada la canción "Angels". Karen se detuvo frente a mí, volteó a ver el televisor y antes de que ella pudiera decirlo, yo me le adelanté y dije "esa es nuestra canción", así que ella se volteó de cara a mí para abrazarme del cuello y cantar la parte que dice "and through it all she offers me protection a lot of love and affection wether I'm right or wrong", después nos besamos y cuando me di cuenta ya estábamos de vuelta en el sillón riéndonos, haciéndonos cosquillas y disfrutando del momento, uno de esos últimos momentos como pareja. Nos dieron las 6 de la tarde y ya ni comimos nada por andar jugando, así que nos levantamos para vestirnos de una manera más fomal para salir a cenar. Yo estuve listo en 15 minutos y eso porque no encontraba mi calcetín derecho, pero Karen... uuuhh!!, otra muestra de que todas las chicas son iguales sin importar la latitud en las que las encuentres... ella estuvo lista hasta las 7:20 de la noche!!. Justo cuando empezaba a quedarme jetón viendo la tele, ella salió de su cuarto y se dirigió a la sala, ¡¡¡se me dislocó la quijada al verla!!!, estaba preciosa aquella mujer. Karen llevaba un atuendo negro que consistía en una blusa estilo chino muy linda, también llevaba un pantalón negro muy discreto y botines del mismo color. Su cara y sus ojos brillaban, su cabello uuhhhh... estaba tan guapa que estuve a punto de decirle que mejor nos saliéramos y nos quedáramos a... jugar. Estábamos listos para salir y tomar el taxi que nos esperaba abajo a puertas del edificio cuando percibí su olor y casi cancelo la cena para tomarla ahí mismo, pero ella ya estaba hambrienta y me tuve que aguantar las ganas. El restaurante al que fuimos a cenar esa noche lo escogió ella, se trataba de un restaurante de comida cantonesa que según la opinión pública era el mejor de su tipo en aquella zona. Durante el camino al restaurante no podía dejar de pensar que ya estaba entrando a la recta final mi estancia allí y que estás serían las últimas horas en que disfrutaría de la compañía de aquella mujer sentada a mi lado, quien me sonreía cada vez que volteaba a verla mientras pensaba en lo mucho que la iba a extrañar al estar de vuelta en México.
Entre pláticas, bromas, guerra de galletas y derrame de chelas se nos pasó la tarde en casa de Craig como agua entre los dedos de las manos y ya eran las 2:40 de la tarde. Karen y yo nos volteábamos a ver como diciendo "ya vámonos", pero ninguno de los dos tomaba la decisión de iniciar la despedida por que en verdad la estábamos pasando muy bien. Fue ella quien finalmente se levantó para despedirse y yo no tuve de otra más que seguirle el paso. Justo cuando Karen había tomado su teléfono celular para llamar un taxi, Craig la detuvo, le dijo algo al oído que yo no pude escuchar por más que paré la oreja y acto seguido Karen canceló la llamada. Al ver mi cara de intriga, Craig me dijo "esperen, ahorita los llevamos en el auto". Unos minutos después me encontraba con mi chica, Craig y su amigo en el Sentra blanco de aquel cuate que nos haría favor de llevarnos a casa de Karen. Instantes después de habernos puesto en marcha noté que habíamos tomado una ruta distinta a la que conocía para llegar al departamento e inmediatamente le pregunté a Karen del por qué del cambio de camino y ella sólo se limitó a responder "espera y verás". Recuerdo que estábamos camino al aeropuerto cuando de repente el auto viró a la izquierda y unos instantes después lo vi aparecer... ¡¡el Ibrox Stadium!!, el legendario estadio del Rangers estaba frente a nosotros. Nos estacionamos y bajamos del auto para que pudiera ver la fachada del estadio con más detenimiento. Abracé a Karen y ella empezó a contarme de sus experiencias las veces que había asistido a ver un partido de su equipo en aquel inmueble. Craig se acercó y dijo "la próxima vez que vengas tenemos que ver un partido de los Osos (así es el mote de los jugadores del Rangers) aquí en el Ibrox", yo sólo asentí con la cabeza mientras miraba cada detalle del lugar. A primera vista aquello no parece un estadio de fútbol, más bien parece un colegio o una biblioteca... talvez un centro comercial, pero no un estadio de fútbol. La estructura del Ibrox es cuadrada, clásico de los estadios del Reino Unido y en la parte superior de los enormes muros que lo rodean sobresale un moderno techo de acrílico que es el único detalle que hace parecer al lugar un estadio de fútbol cuando lo ves desde afuera. Mientras Karen y yo seguíamos viendo la fachada y los alrededores del estadio, noté que Craig y su amigo se apartaron para ir a no sé dónde. Un par de minutos después regresaron y Craig escondía algo detrás de su espalda, era un banderín que tiene bordado el nombre, escudo del equipo y en la parte baja la layenda que dice "Ibrox Stadium-Glasgow"... y era para mí, genial!!. Y esa fue la sorpresa de Craig para mí, llevarme a conocer el estadio del Rangers y a mí me pareció de lujo. Después de disfrutar aquel momento volvimos al carro y ahora sí nos dirigimos al depa de Karen. Después de despedirnos de Craig y su cuate, entramos al departamento y lo primero que hice fue correr a darme un baño porque saldría con la nena a comprar comida más tarde. Al salir de bañarme la encontré sentada en el sillón y viendo televisión con una cara de flojera que de inmediato me hizo saber que no la haría levantarse de ahí para salir ni aunque amenazara con comerme a su hamster "Snoosy". Ella hizo la seña de "ven y siéntate a mi lado" y una vez teniéndome junto a ella, acomodó su cabeza en mi hombro izquierdo para ver la televisión juntos. "Creí que tenías hambre" le dije, "Sí, un poco... pero ya es tarde para salir a buscar comida a la tienda por que es 25 de diciembre y seguro ya cerraron, mejor preparamos algo con lo que tenemos aquí" respondió, su idea me pareció buena porque de todos modos saldríamos a cenar más tarde. Después de un rato de ver la televisión, los dos coincidimos en que el hambre ya estaba canija y era hora de meternos a la cocina para ver qué nos empacabamos, así que nos levantamos y antes de entrar a la cocina, en la televisión empezó un programa especial de presentaciones en vivo de Robbie Williams teniendo como entrada la canción "Angels". Karen se detuvo frente a mí, volteó a ver el televisor y antes de que ella pudiera decirlo, yo me le adelanté y dije "esa es nuestra canción", así que ella se volteó de cara a mí para abrazarme del cuello y cantar la parte que dice "and through it all she offers me protection a lot of love and affection wether I'm right or wrong", después nos besamos y cuando me di cuenta ya estábamos de vuelta en el sillón riéndonos, haciéndonos cosquillas y disfrutando del momento, uno de esos últimos momentos como pareja. Nos dieron las 6 de la tarde y ya ni comimos nada por andar jugando, así que nos levantamos para vestirnos de una manera más fomal para salir a cenar. Yo estuve listo en 15 minutos y eso porque no encontraba mi calcetín derecho, pero Karen... uuuhh!!, otra muestra de que todas las chicas son iguales sin importar la latitud en las que las encuentres... ella estuvo lista hasta las 7:20 de la noche!!. Justo cuando empezaba a quedarme jetón viendo la tele, ella salió de su cuarto y se dirigió a la sala, ¡¡¡se me dislocó la quijada al verla!!!, estaba preciosa aquella mujer. Karen llevaba un atuendo negro que consistía en una blusa estilo chino muy linda, también llevaba un pantalón negro muy discreto y botines del mismo color. Su cara y sus ojos brillaban, su cabello uuhhhh... estaba tan guapa que estuve a punto de decirle que mejor nos saliéramos y nos quedáramos a... jugar. Estábamos listos para salir y tomar el taxi que nos esperaba abajo a puertas del edificio cuando percibí su olor y casi cancelo la cena para tomarla ahí mismo, pero ella ya estaba hambrienta y me tuve que aguantar las ganas. El restaurante al que fuimos a cenar esa noche lo escogió ella, se trataba de un restaurante de comida cantonesa que según la opinión pública era el mejor de su tipo en aquella zona. Durante el camino al restaurante no podía dejar de pensar que ya estaba entrando a la recta final mi estancia allí y que estás serían las últimas horas en que disfrutaría de la compañía de aquella mujer sentada a mi lado, quien me sonreía cada vez que volteaba a verla mientras pensaba en lo mucho que la iba a extrañar al estar de vuelta en México.
Lo que pasó durante aquella cena y todo lo que nos dijimos en la mesa, además de lo que sucedió horas después aquella noche, lo contaré en la última parte de mi relato donde también les platicaré lo que hice aquellas primeras horas de la mañana del 26 de diciembre antes de tomar mi vuelo de vuelta al D.F., así que hasta aquí llegaré hoy, hasta luego. Les dejo unas fotos del Ibrox que me mandó Craig .
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