Hola, como ya voy a llegar al final del relato de mi viaje, esta vez volveré a dividir un día en tres partes, así que no se pongan rejegos.
Días 5 por la mañana: Sacando la casta mexicana!!
La mañana de aquel domingo 25 de diciembre fue muy especial. Me desperté a las 7:47 a.m. deseando que este día tuviera 48 horas de duración y no 24 porque practicamente era mi último día en Escocia ya que el lunes tenía que estar en el aeropuerto de Glasgow a las 7 de la mañana para emprender el viaje de regreso a mi vida normal en la Ciudad de México. Karen me rodeaba con su brazo izquierdo y su cabeza descansaba sobre mi hombro. No tuve que esperar mucho para que su reloj despertador anunciara las 8 de la mañana para levantarnos de la cama, como según habíamos acordado levantarnos para tomar un baño, desayunar y esperar a que Craig pasara por mí a las 9:30 para ir a jugar fútbol con sus amigos mientras Karen iría a casa de su hermana Katrina para recoger algo que me iban a regalar y después ella nos alcanzaría en el lugar a donde iríamos a jugar. Durante el desayuno Karen y yo nos pusimos a soñar juntos y a hacer planes a futuro. Yo la invité a venir a México de vacaciones en verano para llevarla a conocer la ciudad y después a la playa... talvez a Puerto Escondido. Ella por su parte me propuso volver a Escocia para llevarme a conocer el norte del país en donde se encuentran lugares como el famoso Lago Ness y la ciudad capital, Edimburgo. También mencionó la posibilidad de viajar juntos a Grecia, país que ella vistó hace dos años. Áun no terminábamos de desayunar cuando el timbre de la puerta anunció la llegada de Craig, quien vestía pans de color negro y la camiseta del equipo local de Paisley que en estos momentos juega en la tercera división escocésa. Yo vestía, como era de esperarse, ¡¡la gloriosa camiseta de los Pumas de la UNAM!! y unos pans azules. Terminé de alistarme, besé a Karen y salí corriendo con Craig hacia el carro de uno de sus cuates donde ya todos estaban montados listos para romperse el alma en la cancha jajaja. "The gang" como ellos se hacen llamar, son un grupo de tipos muy divertidos, sencillos y sobre todo amigables. Sus edades oscilan de entre los 21 y 23 años de edad siendo Craig el más joven con 19. Yo esperaba llegar a jugar a un parque o algo así, pero en vez de eso llegamos a un club deportivo donde ingresamos a una cancha de fútbol rápido, la cual teníamos para nosotros solitos gracias a la membresía del papá de uno de ellos. Se iniciaron los balonazos, los centros al área, los disparos al arco, las jugadas de fantasía y todo aquello que se hace antes de planear un partido más "formal". Eramos seis y no nos pareció buena idea formar dos equipos para jugar, así que les hicimos al reta a otros tipos que estaban jugando en la cancha de al lado y entonces sí aquello tomaba más tinte de un día futbolero. Ellos eran mayores que nosotros, por lo menos un par de ellos ya le tiraban a los 28, 29 años... o talvez hasta 30 años. Se inició el partido y ellos mostraron inmediatamente su estrategia golpeando con rudeza inecesaria a uno de los amigos de Craig provocando que a este se le saliera el aire del estómago. Así continuamos jugando, recibiendo patadas y empujones hasta que uno de los nuestros marcó el primer gol y la cosa se puso peor, pues aquellos weyes talvez creían que estaban perdiendo la final del mundial o algo así y de plano tiraron hachazos a diestra y siniestra, pero no nos rajamos y seguimos jugando. Yo recibí hasta tres patadas en una sola jugada y ya empezaba a cansarme. Un par de minutos después Craig me llamó y me dijo "ya llegó el apoyo", me giré a mi derecha y ahí estaban Gemma y Karen saludándonos. Ningún hombre que esté leyendo esto me va a negar que es imposible sacar la casta cuando está siendo observado por su novia o esposa, ninguno va a negar que hasta se hincha el pecho, se cierran los puños, se aprietan los dientes y te pones a las patadas con cualquiera... y eso nos pasó precisamente a Craig y a mí. De repente vi un cambió drástico en él, pues corría, metía y pedía el balón como si su vida dependiera de ello, "ahhh no, ni madres wey, tú no vas a ser el héroe" pensé y me apliqué más en servir pases a mis compañeros, defender como fuera nuestra portería y a pelearles el balón de igual a igual a los contrarios. A pesar de nuestro esfuerzo ya ibamos perdiendo 3-1 y los imbéciles del otro equipo empezaban a actuar de manera fanfarrona tratando de ridiculizarnos en las jugadas que hacían, hasta el puto del portero quería salir controlando el balón hasta la media cancha. Yo volteaba a ver a Karen y aunque ella se mostraba entusiasmada, sabía que no era verdad, pues no tenía esa mirada traviesa de cuando en verdad lo está... supongo que estaba desilucionada de ver como nos daban una paliza y se burlaban de nosotros. Cayó el cuarto gol de ellos y la burla ya era descarada con bailecitos idiotas haciendo referencia a nuestro acribillado portero. Yo ya estaba hasta la madre, Craig ya estaba hasta la madre y el resto también. Empezamos a jugar con más fuerza física, sin duda ya no tomando el asunto como un simple juego, sino como algo personal. Para mí se volvió personal cuando escuché a un par de ellos hablando de Karen y su busto de manera ofensiva... incluso uno dijo que la invitaría a tomar un cerveza para después follársela en su departamento y con eso me bastó. Durante el resto del partido me pasé cazando a ese par para ver si lograba acomodarles unas patadas de manera disimulada y lo hice, pero uno de ellos me encaró, me dijo no sé que madres y me empujó. Antes de que yo pudiera responderle el empujón después de mentarle su madre en español, uno de los amigos de Craig me apartó para calmar las cosas... a lo lejos escuché a Gemma gritar "come on guys don't fight with them!!". Así pues seguimos jugando duro y logramos hacer otro gol que festejamos como si fuéramos ganando. El partido se acabó y perdimos 4-2 pero no salimos de ahí avergonzados ni nada de eso, de hecho todos estábamos con la cara en alto sabiendo que aunque no ganamos tampoco nos dejamos pisotear por aquellos pendejos y que por lo menos tres se fueron con un buen patín en las piernas, uno hasta en las criadillas que yo le apliqué sin querer queriendo. Cuando llegamos hasta donde estaban las chicas, los seis nos dejamos caer exhaustos y sudorosos. Ellas empezaron a animarnos diciendo que habíamos jugado bien. Karen me preguntó "¿estás bien?", "sí... pero perdimos" le contesté, ella sólo me tomó la mano y dijo estar contenta por haberme visto valiente frente a los otros que eran mucho más altos que yo... claro que le planté un beso de telenovela después de que dijo eso. Salimos del deportivo y nos fuimos a casa de Craig y Gemma a descansar y platicar un rato acerca del partido y para hacer planes para la tarde y noche.
Días 5 por la mañana: Sacando la casta mexicana!!
La mañana de aquel domingo 25 de diciembre fue muy especial. Me desperté a las 7:47 a.m. deseando que este día tuviera 48 horas de duración y no 24 porque practicamente era mi último día en Escocia ya que el lunes tenía que estar en el aeropuerto de Glasgow a las 7 de la mañana para emprender el viaje de regreso a mi vida normal en la Ciudad de México. Karen me rodeaba con su brazo izquierdo y su cabeza descansaba sobre mi hombro. No tuve que esperar mucho para que su reloj despertador anunciara las 8 de la mañana para levantarnos de la cama, como según habíamos acordado levantarnos para tomar un baño, desayunar y esperar a que Craig pasara por mí a las 9:30 para ir a jugar fútbol con sus amigos mientras Karen iría a casa de su hermana Katrina para recoger algo que me iban a regalar y después ella nos alcanzaría en el lugar a donde iríamos a jugar. Durante el desayuno Karen y yo nos pusimos a soñar juntos y a hacer planes a futuro. Yo la invité a venir a México de vacaciones en verano para llevarla a conocer la ciudad y después a la playa... talvez a Puerto Escondido. Ella por su parte me propuso volver a Escocia para llevarme a conocer el norte del país en donde se encuentran lugares como el famoso Lago Ness y la ciudad capital, Edimburgo. También mencionó la posibilidad de viajar juntos a Grecia, país que ella vistó hace dos años. Áun no terminábamos de desayunar cuando el timbre de la puerta anunció la llegada de Craig, quien vestía pans de color negro y la camiseta del equipo local de Paisley que en estos momentos juega en la tercera división escocésa. Yo vestía, como era de esperarse, ¡¡la gloriosa camiseta de los Pumas de la UNAM!! y unos pans azules. Terminé de alistarme, besé a Karen y salí corriendo con Craig hacia el carro de uno de sus cuates donde ya todos estaban montados listos para romperse el alma en la cancha jajaja. "The gang" como ellos se hacen llamar, son un grupo de tipos muy divertidos, sencillos y sobre todo amigables. Sus edades oscilan de entre los 21 y 23 años de edad siendo Craig el más joven con 19. Yo esperaba llegar a jugar a un parque o algo así, pero en vez de eso llegamos a un club deportivo donde ingresamos a una cancha de fútbol rápido, la cual teníamos para nosotros solitos gracias a la membresía del papá de uno de ellos. Se iniciaron los balonazos, los centros al área, los disparos al arco, las jugadas de fantasía y todo aquello que se hace antes de planear un partido más "formal". Eramos seis y no nos pareció buena idea formar dos equipos para jugar, así que les hicimos al reta a otros tipos que estaban jugando en la cancha de al lado y entonces sí aquello tomaba más tinte de un día futbolero. Ellos eran mayores que nosotros, por lo menos un par de ellos ya le tiraban a los 28, 29 años... o talvez hasta 30 años. Se inició el partido y ellos mostraron inmediatamente su estrategia golpeando con rudeza inecesaria a uno de los amigos de Craig provocando que a este se le saliera el aire del estómago. Así continuamos jugando, recibiendo patadas y empujones hasta que uno de los nuestros marcó el primer gol y la cosa se puso peor, pues aquellos weyes talvez creían que estaban perdiendo la final del mundial o algo así y de plano tiraron hachazos a diestra y siniestra, pero no nos rajamos y seguimos jugando. Yo recibí hasta tres patadas en una sola jugada y ya empezaba a cansarme. Un par de minutos después Craig me llamó y me dijo "ya llegó el apoyo", me giré a mi derecha y ahí estaban Gemma y Karen saludándonos. Ningún hombre que esté leyendo esto me va a negar que es imposible sacar la casta cuando está siendo observado por su novia o esposa, ninguno va a negar que hasta se hincha el pecho, se cierran los puños, se aprietan los dientes y te pones a las patadas con cualquiera... y eso nos pasó precisamente a Craig y a mí. De repente vi un cambió drástico en él, pues corría, metía y pedía el balón como si su vida dependiera de ello, "ahhh no, ni madres wey, tú no vas a ser el héroe" pensé y me apliqué más en servir pases a mis compañeros, defender como fuera nuestra portería y a pelearles el balón de igual a igual a los contrarios. A pesar de nuestro esfuerzo ya ibamos perdiendo 3-1 y los imbéciles del otro equipo empezaban a actuar de manera fanfarrona tratando de ridiculizarnos en las jugadas que hacían, hasta el puto del portero quería salir controlando el balón hasta la media cancha. Yo volteaba a ver a Karen y aunque ella se mostraba entusiasmada, sabía que no era verdad, pues no tenía esa mirada traviesa de cuando en verdad lo está... supongo que estaba desilucionada de ver como nos daban una paliza y se burlaban de nosotros. Cayó el cuarto gol de ellos y la burla ya era descarada con bailecitos idiotas haciendo referencia a nuestro acribillado portero. Yo ya estaba hasta la madre, Craig ya estaba hasta la madre y el resto también. Empezamos a jugar con más fuerza física, sin duda ya no tomando el asunto como un simple juego, sino como algo personal. Para mí se volvió personal cuando escuché a un par de ellos hablando de Karen y su busto de manera ofensiva... incluso uno dijo que la invitaría a tomar un cerveza para después follársela en su departamento y con eso me bastó. Durante el resto del partido me pasé cazando a ese par para ver si lograba acomodarles unas patadas de manera disimulada y lo hice, pero uno de ellos me encaró, me dijo no sé que madres y me empujó. Antes de que yo pudiera responderle el empujón después de mentarle su madre en español, uno de los amigos de Craig me apartó para calmar las cosas... a lo lejos escuché a Gemma gritar "come on guys don't fight with them!!". Así pues seguimos jugando duro y logramos hacer otro gol que festejamos como si fuéramos ganando. El partido se acabó y perdimos 4-2 pero no salimos de ahí avergonzados ni nada de eso, de hecho todos estábamos con la cara en alto sabiendo que aunque no ganamos tampoco nos dejamos pisotear por aquellos pendejos y que por lo menos tres se fueron con un buen patín en las piernas, uno hasta en las criadillas que yo le apliqué sin querer queriendo. Cuando llegamos hasta donde estaban las chicas, los seis nos dejamos caer exhaustos y sudorosos. Ellas empezaron a animarnos diciendo que habíamos jugado bien. Karen me preguntó "¿estás bien?", "sí... pero perdimos" le contesté, ella sólo me tomó la mano y dijo estar contenta por haberme visto valiente frente a los otros que eran mucho más altos que yo... claro que le planté un beso de telenovela después de que dijo eso. Salimos del deportivo y nos fuimos a casa de Craig y Gemma a descansar y platicar un rato acerca del partido y para hacer planes para la tarde y noche.
Hasta quí llegaré hoy, desafortunadamente no tengo fotos de aquel episodio futbolero, les pido una disculpa.
Más adelante continuaré con el relato de mi última tarde en Paisley. Adiós!.
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