Hola. Aquí comienzo el relato de lo que fué una gran experiencia para mí después de aquella noche de decepción y desesperación.
Día 2: Joyce who???
El timbrazo del teléfono me despertó, mis párpados se sentían pesados y mi espalda me dolía un poco, supongo que por haber pasado tanto tiempo sentado en el avión. Cuando pude abrir mis ojos no reconocí nada del entorno y me sorprendí "ay wey!! dónde estoy?... ahhh sí... estoy de refugiado... pinche Joyce!". Me quité de encima el par de cobijas que tenía encima y busqué mi reloj, eran las 11 de la mañana y me levanté de inmediato, pues seguramente mis anfitriones estarían pensando que era un huevonzote, y sí lo soy pero pues en casa ajena hay que aparentar lo contrario, ¿no?. Justo terminaba de ponerme los pantalones cuando alguién tocó a la puerta del cuarto, se trataba de Iris, ella me dió los buenos días y me dijo "anda muchacho que seguro tienes hambre y tu desayuno está por salir", que personas tan atentas... gracias Dios.
Me apresuré a cepillarme los dientes, me puse una gorra y bajé las escaleras siguiendo el olor de la comida. Encontré un plato muy bien servido con tocino, huevo, puré, salchichas, galletas, paté, pan y un vaso de leche fresca. El desayuno me lo terminé en 10 minutos bajo la mirada complacida de Iris. Después del desayuno Iris me llevó a dar un tour por toda la casa, especialmente a su patio trasero donde tiene 5 conejos como mascotas.En un principio me pareció demasiado que tuviera 5 conejos, pero al enterarme de que Iris los había aceptado en su casa para que no fueran sacrificados a causa de algunas deficiencias físicas que tienen los animales, comprendí que aquella mujer tiene tanto corazón que hasta podría tener a otros 10 conejos allí. Dieron las 12 del día y seguíamos sin noticias de mi maleta. La gente del aeropuerto nos pidió paciencia porque había que entregar cientos de maletas perdidas, como es costumbre de la temporada navideña. Al rededor de la 1 de la tarde apareció Craig, el hijo menor del señor Alex. Craig es un chavo muy sencillo y agradable, muy fanático del fútbol como yo. Platicando con él me enteré de que había estado intentando ingresar a algún equipo profesional, como el Everton de Inglaterra, pero una lesión en el tobillo se lo impidió. Craig trabaja en un supermercado llamado ASDA, el cual es el equivalente a un Comercial Mexicana, pues también dicha cadena de supermercados ya es propiedad de Wal-Mart. El visitante se tuvo que disculpar pues tenía que volver al trabajo y sólo espero a que su papá lo llevara de vuelta en carro. Veinte minutos después de la partida de Craig apareció la persona que cambiaría el resto de mi estadía en Escocia de una manera por demás intensa y quien me haría decidirme a quedarme hasta el día en que planeaba volverme a México originalmente. Se trataba de Karen, la hija menor de Iris que llegaba a casa de su mamá para conocer el invitado mexicano que había llegado la noche anterior de manera inesperada. Cuando la vi entrar a la sala me sentí abrumado por su belleza, era una mujer a la que los ojos le brillaban de una manera extraña y se le notaba un aire de seguridad que sin duda captó mi atención desde el primer momento. Me levanté de inmediato para extenderle la mano y saludarle, pero ella me apartó el brazo para acercarse más y darme un beso en la mejilla seguido de un abrazo... hasta se me fue el aire en ese momento. "Siento mucho lo que te pasó anoche, pero mejor olvídate de ella, es una perra", fueron las primeras palabras de Karen para mí y creanme que de repente se me había olvidado quién era Joyce. La guapa chica se sentó a mi lado en el sillón y sacó una cajetilla de cigarros de su bolso, me ofreció uno y lo rechacé amablemente, después me ofreció una cerveza del refrigerador de su madre y volví a rechazar la oferta porque no tomo alcohól. "Wow, eres la primera persona que conozco en mi vida que no fuma ni bebe.. que interesante" dijo Karen y me sonrió de una forma que me hizo ponerme rojo, según su mamá. La tarde transcurrió entre pláticas y chistes con madre e hija hasta que volvió a parecer Craig acompañado de su novia, Gemma, quien quería conocerme. Gemma escuchó de mi propia voz lo que había sucedido con la vecinita de al lado y dijo algo que me hizo reflexionar acerca de mi suerte en ese momento "bueno, gracias a eso te has hecho de nuevos amigos, ¿cierto?", ¡¡muy cierto!!. Por fin mi equipaje llegó a mis manos alrededor de las 9:30 p.m. de aquel miércoles. Karen, quien había estado al pendiente de la llegada de la van del aeropuerto, fue la primera en salir de la casa para indicarle el camino a seguir al tipo que cargaba mi maleta. Cuando por fin recibí mis pertenecias volvimos a la casa y Karen me preguntó "¿has tenido oportunidad de conocer algo de la ciudad?, "No, del aeropuerto vine para acá y no he hecho nada más que esperar mi maleta", le respondí, "bueno, ahora que tienes tus cosas de vuelta puedes darte un baño, ponerte ropa limpia y prepárate porque te voy a invitar a salir"... ¡sí!, no podía creer mi suerte de nuevo, aquella hermosura de mujer me estaba invitando a salir, qué importa si era por lástima o con la intención de secuestrarme para venderme como esclavo en Rusia, me estaba invitando a salir a MÍ, sólo ella y yo!!. Estuve a punto de salir corriendo escaleras arriba para saltar dentro de la ducha, pero de repente recordé que tenía que agradecer de alguna manera tanta hospitalidad y buena onda que me habían dado hasta entonces, así que llevé mi maleta a la sala, la abrí y comencé a repartir entre los miembros de la familia aquellos regalos que en un principio eran para Joyce y sus amigos. Lo primero que saqué fue una bolsa hecha a mano por una artesana en Valle de Bravo, la cual se la entregué a Iris, quien la recibió con una gran sonrisa y con un temblor en el cuarpo que reflejaban emoción. También le entregué una gargantilla hecha en Oaxaca que mi amigo Beto me había dado para entregársela a mi entonces musa inspiradora. Llegó el turno de Karen, a quien le entregué una pulsera de plata pura venida desde Taxco, Guerrero... Karen me abrazó de nuevo y me dijo "you are so lovely" y me volvió a dar un beso en la mejilla que por poco me hace doblar las piernas. Al señor Alex le regalé un sarape de Saltillo muy colorido que todos terminaron probándose. A Alex jr. le di un chaleco de lana artesanal de Valle de Bravo. A Craig y Gemma les regalé una bufanda de los Pumas y una blusa de Supergirl respectivamente. Todos agradecieron sus regalos pero en verdad que el agradecido era yo. Subí a bañarme y 20 minutos después estaba vestido para la ocasión con un pantalón negro, zapatos, una camisa color violeta un una rasuaada de cara que sin duda me hacía sentir mucho mejor ahora. Karen subió al baño donde estaba yo para decirme que su mamá había decidido acompañarnos y que esperaba que a mí no me molestara el cambio de planes, lo cual me causó risa porque Iris se estaba comportando como cualquier mamá en México. Salimos en un taxi en dirección a un bar llamado Spinners, el cual es un lugar de perfil juvenil y del tipo "sports bar" pues estaba repleto de televisores transmitiendo fútbol inglés. Ordenamos bebidas y Karen y yo nos disputamos un par de juegos de pool, en los cuales fuí arrasado de manera humillante por mi contrincante. Después de aquel buen rato en el bar conversando y gozando de la buena onda de la gente del lugar, llegó la hora de salir en contra de nuestra voluntad, pues a las 12 de la noche todos los bares tienen que cerrar sin tentarse el corazón por los clientes que se la están pasando bien. Pedimos un taxi para volver a casa y estando ya en camino, Karen me hizo la pregunta que cualquier hombre desea escuchar por parte de una chica, pero lo hizo en el momento menos soñado... frente a su mamá. "¿Quieres pasar la noche conmigo?, ¿quieres venir a mi departamento?"... pfff! se me subieron los colores de nuevo y me quedé sin palabras. Antes de que pudiera responder cualquier cosa, Iris volteó desde el asiento delantero del taxi para decir "Sí, ve con ella si quieres, no te preocupes su casa queda cerca de la nuestra y mañana paso por ti temprano", para ese momento ya no supe de qué color tenía la cara y acepté la invitación de Karen con un "O...K... let's go". Así pues, fuimos a dejar a Iris en su casa para continúar en el mismo taxi con dirección a su departamento. Durante el recorrido a su casa, Karen y yo no parábamos de mirarnos y sonreirnos hasta que ella rompió el silencio diciendo con un tono travieso "hoy yo voy a ser tu Joyce", era claro entonces, aquella chica tenía un plan por demás perverso para la noche... y a mí me encantaba la idea. El departamento de Karen se encuentra en el segundo piso de un edificio de por lo menos 8 plantas. Llegamos al lugar corriendo a causa de la llovizna que mojaba las calles y al entrar me encontré con un lugar que me hizo sentir como en casa, como si siempre hubiera estado ahí, era tan cálido que no hizo más falta el sweater que llevaba puesto. Mi nueva anfitriona sacó un par de bebidas de su nevera, puso un disco de Robbie Williams, prendió algunas velas por aquí y por allá, apagó la luz y nos sentamos en el cómodo sofá de su sala. Pasaron algunos minutos entre que hablamos de cosas bobas y sin sentido hasta que de repente la tensión sexual entre ambos no soportó más y nos miramos fijamente uno al otro, recuerdo que sonaba la canción "Angel" de Robbie Williams cuando Karen con una mirada que derretiría a cualquiera, preguntó "¿Quieres un beso?"... yo sólo moví mi cabeza en señal de sí y nos besamos por primera vez. Al beso le siguieron una serie de caricias que se convirtieron en el preámbulo de una noche mágica llena de risas, miradas llenas de complicidad y romance... una noche que dificilmente olvidaré.
Esto es todo por hoy, continuaré con mi relato más adelante pero les dejo algunas fotos de Karen, su mamá y yo en el bar al que fuimos aquella noche. Adiós!.
Día 2: Joyce who???
El timbrazo del teléfono me despertó, mis párpados se sentían pesados y mi espalda me dolía un poco, supongo que por haber pasado tanto tiempo sentado en el avión. Cuando pude abrir mis ojos no reconocí nada del entorno y me sorprendí "ay wey!! dónde estoy?... ahhh sí... estoy de refugiado... pinche Joyce!". Me quité de encima el par de cobijas que tenía encima y busqué mi reloj, eran las 11 de la mañana y me levanté de inmediato, pues seguramente mis anfitriones estarían pensando que era un huevonzote, y sí lo soy pero pues en casa ajena hay que aparentar lo contrario, ¿no?. Justo terminaba de ponerme los pantalones cuando alguién tocó a la puerta del cuarto, se trataba de Iris, ella me dió los buenos días y me dijo "anda muchacho que seguro tienes hambre y tu desayuno está por salir", que personas tan atentas... gracias Dios.
Me apresuré a cepillarme los dientes, me puse una gorra y bajé las escaleras siguiendo el olor de la comida. Encontré un plato muy bien servido con tocino, huevo, puré, salchichas, galletas, paté, pan y un vaso de leche fresca. El desayuno me lo terminé en 10 minutos bajo la mirada complacida de Iris. Después del desayuno Iris me llevó a dar un tour por toda la casa, especialmente a su patio trasero donde tiene 5 conejos como mascotas.En un principio me pareció demasiado que tuviera 5 conejos, pero al enterarme de que Iris los había aceptado en su casa para que no fueran sacrificados a causa de algunas deficiencias físicas que tienen los animales, comprendí que aquella mujer tiene tanto corazón que hasta podría tener a otros 10 conejos allí. Dieron las 12 del día y seguíamos sin noticias de mi maleta. La gente del aeropuerto nos pidió paciencia porque había que entregar cientos de maletas perdidas, como es costumbre de la temporada navideña. Al rededor de la 1 de la tarde apareció Craig, el hijo menor del señor Alex. Craig es un chavo muy sencillo y agradable, muy fanático del fútbol como yo. Platicando con él me enteré de que había estado intentando ingresar a algún equipo profesional, como el Everton de Inglaterra, pero una lesión en el tobillo se lo impidió. Craig trabaja en un supermercado llamado ASDA, el cual es el equivalente a un Comercial Mexicana, pues también dicha cadena de supermercados ya es propiedad de Wal-Mart. El visitante se tuvo que disculpar pues tenía que volver al trabajo y sólo espero a que su papá lo llevara de vuelta en carro. Veinte minutos después de la partida de Craig apareció la persona que cambiaría el resto de mi estadía en Escocia de una manera por demás intensa y quien me haría decidirme a quedarme hasta el día en que planeaba volverme a México originalmente. Se trataba de Karen, la hija menor de Iris que llegaba a casa de su mamá para conocer el invitado mexicano que había llegado la noche anterior de manera inesperada. Cuando la vi entrar a la sala me sentí abrumado por su belleza, era una mujer a la que los ojos le brillaban de una manera extraña y se le notaba un aire de seguridad que sin duda captó mi atención desde el primer momento. Me levanté de inmediato para extenderle la mano y saludarle, pero ella me apartó el brazo para acercarse más y darme un beso en la mejilla seguido de un abrazo... hasta se me fue el aire en ese momento. "Siento mucho lo que te pasó anoche, pero mejor olvídate de ella, es una perra", fueron las primeras palabras de Karen para mí y creanme que de repente se me había olvidado quién era Joyce. La guapa chica se sentó a mi lado en el sillón y sacó una cajetilla de cigarros de su bolso, me ofreció uno y lo rechacé amablemente, después me ofreció una cerveza del refrigerador de su madre y volví a rechazar la oferta porque no tomo alcohól. "Wow, eres la primera persona que conozco en mi vida que no fuma ni bebe.. que interesante" dijo Karen y me sonrió de una forma que me hizo ponerme rojo, según su mamá. La tarde transcurrió entre pláticas y chistes con madre e hija hasta que volvió a parecer Craig acompañado de su novia, Gemma, quien quería conocerme. Gemma escuchó de mi propia voz lo que había sucedido con la vecinita de al lado y dijo algo que me hizo reflexionar acerca de mi suerte en ese momento "bueno, gracias a eso te has hecho de nuevos amigos, ¿cierto?", ¡¡muy cierto!!. Por fin mi equipaje llegó a mis manos alrededor de las 9:30 p.m. de aquel miércoles. Karen, quien había estado al pendiente de la llegada de la van del aeropuerto, fue la primera en salir de la casa para indicarle el camino a seguir al tipo que cargaba mi maleta. Cuando por fin recibí mis pertenecias volvimos a la casa y Karen me preguntó "¿has tenido oportunidad de conocer algo de la ciudad?, "No, del aeropuerto vine para acá y no he hecho nada más que esperar mi maleta", le respondí, "bueno, ahora que tienes tus cosas de vuelta puedes darte un baño, ponerte ropa limpia y prepárate porque te voy a invitar a salir"... ¡sí!, no podía creer mi suerte de nuevo, aquella hermosura de mujer me estaba invitando a salir, qué importa si era por lástima o con la intención de secuestrarme para venderme como esclavo en Rusia, me estaba invitando a salir a MÍ, sólo ella y yo!!. Estuve a punto de salir corriendo escaleras arriba para saltar dentro de la ducha, pero de repente recordé que tenía que agradecer de alguna manera tanta hospitalidad y buena onda que me habían dado hasta entonces, así que llevé mi maleta a la sala, la abrí y comencé a repartir entre los miembros de la familia aquellos regalos que en un principio eran para Joyce y sus amigos. Lo primero que saqué fue una bolsa hecha a mano por una artesana en Valle de Bravo, la cual se la entregué a Iris, quien la recibió con una gran sonrisa y con un temblor en el cuarpo que reflejaban emoción. También le entregué una gargantilla hecha en Oaxaca que mi amigo Beto me había dado para entregársela a mi entonces musa inspiradora. Llegó el turno de Karen, a quien le entregué una pulsera de plata pura venida desde Taxco, Guerrero... Karen me abrazó de nuevo y me dijo "you are so lovely" y me volvió a dar un beso en la mejilla que por poco me hace doblar las piernas. Al señor Alex le regalé un sarape de Saltillo muy colorido que todos terminaron probándose. A Alex jr. le di un chaleco de lana artesanal de Valle de Bravo. A Craig y Gemma les regalé una bufanda de los Pumas y una blusa de Supergirl respectivamente. Todos agradecieron sus regalos pero en verdad que el agradecido era yo. Subí a bañarme y 20 minutos después estaba vestido para la ocasión con un pantalón negro, zapatos, una camisa color violeta un una rasuaada de cara que sin duda me hacía sentir mucho mejor ahora. Karen subió al baño donde estaba yo para decirme que su mamá había decidido acompañarnos y que esperaba que a mí no me molestara el cambio de planes, lo cual me causó risa porque Iris se estaba comportando como cualquier mamá en México. Salimos en un taxi en dirección a un bar llamado Spinners, el cual es un lugar de perfil juvenil y del tipo "sports bar" pues estaba repleto de televisores transmitiendo fútbol inglés. Ordenamos bebidas y Karen y yo nos disputamos un par de juegos de pool, en los cuales fuí arrasado de manera humillante por mi contrincante. Después de aquel buen rato en el bar conversando y gozando de la buena onda de la gente del lugar, llegó la hora de salir en contra de nuestra voluntad, pues a las 12 de la noche todos los bares tienen que cerrar sin tentarse el corazón por los clientes que se la están pasando bien. Pedimos un taxi para volver a casa y estando ya en camino, Karen me hizo la pregunta que cualquier hombre desea escuchar por parte de una chica, pero lo hizo en el momento menos soñado... frente a su mamá. "¿Quieres pasar la noche conmigo?, ¿quieres venir a mi departamento?"... pfff! se me subieron los colores de nuevo y me quedé sin palabras. Antes de que pudiera responder cualquier cosa, Iris volteó desde el asiento delantero del taxi para decir "Sí, ve con ella si quieres, no te preocupes su casa queda cerca de la nuestra y mañana paso por ti temprano", para ese momento ya no supe de qué color tenía la cara y acepté la invitación de Karen con un "O...K... let's go". Así pues, fuimos a dejar a Iris en su casa para continúar en el mismo taxi con dirección a su departamento. Durante el recorrido a su casa, Karen y yo no parábamos de mirarnos y sonreirnos hasta que ella rompió el silencio diciendo con un tono travieso "hoy yo voy a ser tu Joyce", era claro entonces, aquella chica tenía un plan por demás perverso para la noche... y a mí me encantaba la idea. El departamento de Karen se encuentra en el segundo piso de un edificio de por lo menos 8 plantas. Llegamos al lugar corriendo a causa de la llovizna que mojaba las calles y al entrar me encontré con un lugar que me hizo sentir como en casa, como si siempre hubiera estado ahí, era tan cálido que no hizo más falta el sweater que llevaba puesto. Mi nueva anfitriona sacó un par de bebidas de su nevera, puso un disco de Robbie Williams, prendió algunas velas por aquí y por allá, apagó la luz y nos sentamos en el cómodo sofá de su sala. Pasaron algunos minutos entre que hablamos de cosas bobas y sin sentido hasta que de repente la tensión sexual entre ambos no soportó más y nos miramos fijamente uno al otro, recuerdo que sonaba la canción "Angel" de Robbie Williams cuando Karen con una mirada que derretiría a cualquiera, preguntó "¿Quieres un beso?"... yo sólo moví mi cabeza en señal de sí y nos besamos por primera vez. Al beso le siguieron una serie de caricias que se convirtieron en el preámbulo de una noche mágica llena de risas, miradas llenas de complicidad y romance... una noche que dificilmente olvidaré.
Esto es todo por hoy, continuaré con mi relato más adelante pero les dejo algunas fotos de Karen, su mamá y yo en el bar al que fuimos aquella noche. Adiós!.
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