La última vez que el "pejesapo" pidió tregüa política señaló que deben respetarse los espacios y atribuciones de cada funcionario y órgano de gobierno en la República Mexicana. Estoy harto que el tipo repita la misma cantaleta y después "revire" para mostrar el cobre del que está hecho. Me molesta que AMLO haga lo ke kiere con los impuestos de la gente para pagar a su población cautiva de electores. Tiene secuestrado, sin remedio, al Distrito Federal - ¡carajo! y nadie hace nada- para catapultar y financiar su campaña electoral para el 2006. Una de las ocasiones que más me molestó la actitud del antes citado fue aquella cuando mandó a unos viejitos a esperar a la "mega-marcha contra la delincuencia". Obviamente, los situó enfrente del palacio de gobierno del DF, es decir, en pleno Zócalo para que sirvieran de frente de contención a las personas que fueron a manifestarse por las condiciones de inseguridad en el país. Reporteros de cierto medio de comunicación les preguntaron que hacían allí, pero ninguno supo dar razón de ello. Sólo la encargada de llevarlos, una mujer joven por cierto, dijo que ya se les había repetido hasta el cansancio -a los ancianos- el motivo por el cual estaban allí. Este incidente deja en claro que las personas de la tercera edad no sabían, ni les importaba el motivo para estar allí sentaditos. La perspectiva es triste: Pero ¿Qué se le puede pedir a este individuo y a su séquito de rateros disfrazados de colaboradores, correligionarios y funcionarios delegacionales, si TODOS los políticos son iguales?
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