Este premio, en contraposición al patético ritual narcicista de los Oscares, se otorga a directores estadounidenses cuya obra artística aportó algo "real" al quehacer fílmico de su país -¡claro, todo en inglés y desde una prespectiva totalmente norteamericana!-. Indudablemente, habrá películas que nos parezcan algo irremediablemente superfluo, otras simplemente se quedarán como productos e ideas con buenas intenciones -como diría mi madre: "El camino al infierno está lleno de buenas intenciones"-. Lo verdaderamente significativo, es que sus criterios más importantes no se basan en la popularidad del cineasta elegido, ni en las altas ventas registradas de tal o cual largometraje. Aquí sí cuenta -aunque sea sólo un poco- la calidad de las propuestas, seguidas muy de cerca por las personas que componen el jurado calificador. Es obvio mencionar que existirán diferencias de opinión sobre quienes son o deberían ser nominados a esta presea. Sin embargo, es indispensable que todos aquellos que se precien de ser cinéfilos -que no conocedores o creadores- visiten el sitio y se informen sobre el asunto.
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