viernes, septiembre 22, 2006

Definición

¿Quién tiene más razón? ¿Alguien que goza de los favores del estado o ese otro que ya no los tiene a su disposición, pero sueña con agarrarlos y no dejarlos ir?
No es posible que el general de la población permanezca con una venda autoimpuesta en los ojos, y no me refiero a los Testigos de Pejehová, sino a todos aquellos que siguen creyendo que el seguir a los antiguos y avezados líderes del PRI, les resolverá cualquierlesquier cantidad de conflictos y problemas de índeloe nacional, personal o familiar.
Es un absurdo -que escuché en voz de parientes muy cercanos- sobre la "honestidad" de la que hace gala Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Otro absurdo llegó a mis oídos de otros familiares -también cercanos- sobre "las manos limpias" de Felipe Calderón.
Confiar en ambos es como cerrar los ojos, y firmar un convenio sin siquiera leerlo con Roberto Madrazo.
Que quede claro y cristalino. Confiar plenamente en los políticos, es volver a caer en la misma falacia de nuestros hermanos que derramaron su sangre por nosotros durante la Revolución. Ellos también confiaron en que los líderes y caudillos tendrían los "pantalones" suficientes para lidiar con la problemática que planteaba la nación. Y ya ven, aquí seguimos, exactamente con los mismo obstáculos y porquerías que precisamente propiciaron el levantamiento armado de 1910.
No es posible que algunas gentes continúen en su mismo discurso incendiario a favor de AMLO, cuando en el pasado apoyaban fervientemente y contra todos a Cuautéhmoc Cárdenas, a quien ahora tanto desprecian.
¿Que es el fanatismo?
fanatismo.
1. m. Tenaz preocupación, apasionamiento del fanático.
fanático, ca.
(Del lat. fanatĭcus).
1. adj. Que defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento creencias u opiniones, sobre todo religiosas o políticas. U. t. c. s.
2. adj. Preocupado o entusiasmado ciegamente por algo. Fanático por la música.
Existen concordancias entre un fanático y un dogmático
¿Qué es el dogmatismo?
dogmático, ca.
(Del lat. dogmatĭcus, y este del gr. δογματικός).
1. adj. Perteneciente o relativo a los dogmas de la religión.
2. adj. Dicho de un autor: Que trata de los dogmas.
3. adj. Que profesa el dogmatismo. U. t. c. s.
4. adj. Inflexible, que mantiene sus opiniones como verdades inconcusas.
5. adj. Der. Dicho de un método expositivo: En las obras jurídicas, que se atiene a principios doctrinales y no al orden y estructura de los códigos. Se usa en contraposición a exegético.
6. f. Conjunto de dogmas o principios de una doctrina.
El dogmático y el fanático son las dos caras de una misma moneda: La intolerancia
Intolerancia en cualquiera de sus mugrosas facetas: política, religiosa, etcétera, etcétera.
Los que el día de la Convención Nacional se arrojaron a las calles del centro del DF a mostrar su simpatía por el caudillo López Obrador, son del mismo tipo a los que salieron a la Avenida Insurgentes con calcomanías en sus vidrios traseros con la leyenda: Viva Calderón. Por fin se Des-pejó la ciudad.
La insuficiencia renal de ambos bandos resulta, a parte de burda y grosera, un producto inútil que ningún ciudadano en sus cabales termina por aceptar.
Cuando la escritora Elena Poniatowska hace referencia al "fanatismo" en el mensaje previo a la implantación de López Obrador como "presidente legítimo" lo hace con un sólo afán: justificar y oficializar la postura de los seguidores de AMLO en el nuevo Frente Amplio Progresista, señalando de antemano a todos los que no creemos o pertenecemos a su movimiento como "fanáticos". Eso de entrada es dogmático y fanático a la vez. Es decir, suma a su dicho lo que tanto critica en el mismo discurso en el cual pretende asociar a Andrés Manuel López Obrador con la pretensa posición de un luchador idealista y justo. Nada más alejado de la realidad. Realidad que AMLO ha construido a su derredor con cada acción, movimiento o decisión que ha adoptado desde que fue electo como gobernante en el DF.
No me sorprenden las palabras de estas dos individualidades. Poniatowska se convirtió, desde hace ya unos lustros, en ese personaje de novela que siempre aspiró en convertirse. Y no lo digo solamente yo, sino muchos de sus allegados y compañeros de profesión de muy distintas épocas. Desgraciadamente se quedó, como el resto de esos intelectuales que siguen a AMLO, en el movimiento sangriento del 68, en las injusticias del Guerrero Negro, del movimiento del 71, etcétera, etcétera. Sienten que éste paladín de la justicia podrá cumplir con todas esas expectativas socavadas durante tantos años por la hegemonía del Partido de la Revolución Institucional (PRI) ¿Cuántos como ellos? No importa la novedad de la sangre entre las filas de las asociaciones políticas, sino el arranciamiento en el pensamiento, que es lo que trae finalmente la desilusión de quienes alguna vez admiramos a alguien como "la Poniatowska".
¿Por qué se dejó engañar como "a un chino"? ¿Por qué esa ingenuidad? ¿Por qué esa falta de miras o criterio casi al final de su vida? Quien venga decirles que está senil, se encuentra en un error, un tremendo error. Poniatowska no está senil, ni siquiera por asomo. Es una mujer muy lúcida para los años que carga encima, y su trabajo la respalda. Sin embargo, el desencanto sigue allí.
Lo que sí me sorprende es esa facilidad para descalificar a quienes no comulgamos con ella y con el movimiento que pretende enarbolar, cobijar y/o apadrinar.
¿Acaso no son los absolutos una clara señal de fanatismo? ¿No acaso acusar o descalificar a alguien de entrada se ubica en ese mismo tenor de ideas? ¿Acaso eso no es dogmatismo?
Es triste ver el arranciamiento de una mente tan clara -en su momento- y que prefiere despachar sueños de oropel a un millón de personas en Zócalo capitalino, soñando que con ese montón de personas, todos los millones de personas que conformamos este país y que no estamos de acuerdo para nada con tanta basura y esgrima verbal, a la larga estaremos de acuerdo con ella y con AMLO. Que nos daremos cuenta con "horró" que sus acciones eran las adecuadas, que su causa era justa.
Yo estuve de acuerdo con el sub Marcos, pero nunca estuve convencido de sus métodos, ni con su falso afán para sacrificar de una manera tan fácil a la gente a su alrededor ¿Ejemplos? ¿Se acuerdan que tipo de armas les dió a los hombres que entraron en la vanguardia de su movimiento en aquel 1994? ¿Qué? ¿No eran de madera? A ver ¿Y qué pasó con esas personas? ¿Dónde están? ¿Por qué ya no se habla de ellas? ¿Siguen detenidos? ¿Son torturados? ¿Ya los liberaron? ¿Qué pasó? Ya ni preguntar por las víctimas del encontronazo en San Salvador Atenco.
Ese es el México engañado, el cual -otra vez- se enfrentará a lo que sea para defender sus ideales, su derecho a una vida sin demasiados sufrimientos. Es ese México que se ha empeñado en justificar lo indefendible, por considerarlo justo. Pero alguien como AMLO no merece tal sacrificio.

Post Data:
Hoy escuché una entrevista que le hicieron a la Poniatowska y ya sé porqué leyó la carta de Cuauhtémoc Cárdenas delante de la Convención del sábado 16 de septiembre, donde el ingeniero recibió una gran rechifla por parte de la concurrencia. Yo atribuía esta conducta a un elaborado plan para fanatizar aún más, si eso es posible, a los seguidores de AMLO.
De hecho en palabras de la Poniatowska, es necesario tener malicia para ser político, tener ingenuidad en una actividad como esa, sólo trae problemas. Así explicó ella su sorpresa mayúscula ante el repudio generalizado que se mostró ese día contra uno de los fundadores del PRD, que no el más importante, pues la verdadera pieza fundamental para la conformación de ese instituo político fue Heberto Castillo. Ese sí fue un hombre, no los remedos que hay ahora. Y en su momento tanto Cárdenas como Obrador, lo atacaron hasta reducir su posición dentro del propio PRD. ¿Y qué consiguieron? Lo mismo que obtuvo ahora López Obrador, hacerse con la propiedad única del Partido de la Revolución Democrática, nada más.
Por otro lado, y retomando, Poniatowska jamás esperó esa actitud por parte de los asistentes. Si eso fue así, ¿No es de esperar que AMLO sí supiera, y por lo mismo pidiera la lectura de dicha carta, a fin de contribuir en el estado de ánimo de sus simpatizantes? ¿Y qué ésto lo hiciera a sabiendas de la "ingenuidad" de Elena? ¿Sería la primera vez que actuara de esa forma maliciosa? Ya lo hizo antes con Heberto Castillo, ¿Se detendría a preflexionar para proteger la imagen y presencia de alguien como Poniatowska?
Ahora tenemos que aguantar la definición que hace Elena Poniatowska sobre la ingenuidad de los intelectuales mexicanos -en particular ella misma-. Si los intelectuales son ingenuos ¿Qué podemos esperar nosotros como ciudadanos comunes y corrientes?




, , , , , , , ,
Tags Blogalaxia: , ,

No hay comentarios.: