viernes, diciembre 09, 2005

¿Quién tenía miedo?

Alertaban levantón de compañeros y demandaban proceso penal para ellos
¿Por qué debemos estar de luto?
Hace no muchos años -que hoy a la distancia ahora parecen tan lejanos- la población en general tenía miedo, sino pavor, que un miembro de las fuerzas del orden detuviera a cualquiera en estas calles de Dios.
Esta situación era un arma de dos filos, pues mientras la gente tenía miedo de ser detenida y después probablemente torurada, los policías -y demás escoria de esa época- quedaban impunes ante la justicia, pues los magistrados y jueces, en la mayoría de los casos, estaban de su parte. Sin embargo, era casi imposible que los delincuentes si quiera pensaran en faltarle al respeto a cualquier integrante de agrupaciones policiacas o de seguridad, mucho menos en atacarlo, dispararle o intentar asesinarlo.
Desgraciadamente, a estas alturas del partido y por los inmensos cambios que ha sufrido este país en el ámbito social, es ahora cuando los criminales se han desquitado, pues es pan de todos los días, encontrar que los delincuentes acusan -y casi siempre ganan ante instancias como la Comisión de los Derechos Humanos- judicialmente a policías. Así las instituciones dedicadas a proteger los intereses y derechos de la ciudadanía son usados por clanes, tribus, cárteles, asociaciones, gavillas y demás porquerías de la sociedad para salir bien librados de cualquier proceso penal en su contra.
Tristemente, esta escoria sale libre en la inmensa mayoría de los casos, dejando con un palmo de narices a las víctimas y a los perjudicados. Mujeres violadas son tratadas como las responsables del delito del que fueron víctimas. Personas de todo tipo y de toda condición social, no pueden creer que los asaltantes que los despojaron de sus pertenencias o le quitaron la vida a sus familiares, amigos o parientes, quedan impunes. Eso o los desgraciados siguen operando desde la cárcel en contubernio con autoridades, sus propias redes familiares o cómplices. Incidentes como este: MILES.
¿Quién su sano juicio y habiendo sido víctima de alguno de ellos no piensa en algo menos que quitarle la vida a alguno de esos individuos?
Este pensamiento no es discriminación -pues ellos no discriminan-, tampoco es xenofobia -pues en la mayoría de los casos son connacionales- tampoco es racismo, ni siquiera podríamos decir que es discriminación sexual -eso sería de verdadera risa loca. La verdadera pregunta aquí sería: ¿Y cuándo ellos nos asaltan agreden, golpean, violan y asesinan se ponen a pensar en el daño que están haciendo? ¿Se ponen a pensar en nosotros como personas, individuales, con sentimientos, con vida?
Sin duda, todos merecemos respeto, pero ¿Qué pasa cuando somos víctimas y nadie, NADIE nos apoya? ¿Cuándo los policías, cárteles, bandas y demás etcéteras están en nuestra contra y nadie está de nuestro lado?
Podrían existir dos pensamientos al respecto:
Si es un asunto entre bandas, pues hay que dejar que se maten entre ellos. Digo, nadie de nosotros los va a extrañar ¿O si?
Por el otro lado, si es un asunto que tiene que ver con policías que tomaron la ley en sus manos para ejercer justicia -y este término de justicia, entiéndase como dar a cada quien lo que le corresponde. Tomando en cuenta también que debes esperar a cambio exactamente lo que entregas a tu prójimo- ¿Por qué no dejar el asunto por la paz? Ellos hicieron lo que nadie más se ha atrevido a hacer. Darle a los delicuentes una cucharada de su propio chocolate.
En este caso el gobierno debería de hacer lo que siempre realiza cuando los funcionarios -que nos merecemos- y demás tinterillos a favor de sus propios intereses, quieren salirse con la suya: Usar el recurso de alzada.
El narcotraficante que murió de un tiro en la cabeza, obtuvo lo que se merecía -y que seguramente prodigó por ahí a diestra y siniestra "indiscriminadamente"- una muerte violenta.
Como decía Don Gato: "El que así lo quisieron que con su pan se lo coma"





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