sábado, enero 07, 2006

I love Scotland !! (Quinta parte)

Día 4: Wallace Rules!!

Eran las nueve de la mañana. Escuchaba la voz de Karen muy lejana, ella me decía algo pero no alcanzaba a entenderle. Poco a poco empecé a abrir los ojos y su voz sonaba cada vez más cerca hasta que pude entender que me decía "Wake up sleepy head... come on wake up". Me tallé los ojos y cuando finalmente pude abrirlos la vi recostada a mi lado mirándome mientras acariciaba el lóbulo de mi oreja izquierda. "Good morning!, I will not ask how you slept because I already know hahahaha!", dijo con una gran sonrisa mientras yo me tomaba la cabeza con ambas manos y reía también. Intenté convencerla de volver a dormir pero ella se negó, pues me había despertado por una razón mucho más poderosa que el deseo de seguir durmiendo calientitos... su mamá nos esperaba para desayunar.
No hubo de otra más que levantarnos y darnos un baño caliente. En una hora ya estábamos listos para salir. Durante el camino a casa de mi... suegra/mamá... en el taxi, no pude evitar recargar mi cabeza en su hombro, cerrar los ojos e imaginar que seguía jetón en esa cómoda cama. Finalmente llegamos a casa de Iris y ya nos esperaban los dos Alex sentados a la mesa mientras la señora de la casa le daba el último toque al desayuno. El desayuno estuvo delicioso como siempre, especialmente el tocino y aquel típico pan de allá del cual no recuerdo el nombre todavía. También comí un poco de fruta y me llamó mucho la atención el melón que tienen allá, pues sus colores son muy distintos al que tenemos en México porque la cáscara es amarilla y el resto del fruto es verde... un poco raro pero sabe igual. Después del desayuno Karen se tuvo que despedir por que tenía que ir a ver a su papá, John, a quien tendría el gusto de conocer más adelante. Yo subí al cuarto donde había permanecido mi maleta desde que la recuperé para cambiarme de ropa y estar listo para salir con Iris y Alex al supermercado... o por lo menos eso creí que haríamos. Nos subimos al Tsuru verde de la familia y nos pusimos en marcha. Diez minutos después pude ver una columna que se levantaba al centro de un pequeño parque. Al preguntarle a Alex de qué se trataba, él me respondió "es el monumento a William Wallace"... ay wey!!, no lo podía creer, me encontraba a unos pasos de aquel lugar del que tanto había escuchado hablar, de aquel lugar donde el héroe más grande de Escocia había vivido su infancia, ¡¡aquel lugar donde siempre había querido estar desde chavito!!. El auto se detuvo y yo bajé del mismo casi tropezando con la banqueta de tanta emoción. Antes de salir corriendo a admirar la columna, me di la vuelta para mirar a aquella pareja para decirles "you guys are great!!". Desde que pisas ese verde pasto puedes sentir que la atmósfera del lugar es diferente, que cientos de años de historia pasan entre tus dedos arrastrados por los soplidos del frío viento. Lo primero que hice fue leer la placa al pie de la columna que dice "Wallace fue un héroe de Escocia durante las guerras de independencia de Inglaterra", "Este monumento fue levantado en su honor en el año de 1912 por iniciativa de la comunidad y es un lugar de gran importancia para los escocéses, por favor cuída este lugar". Me volví para mirar la columna de frente y la piel se me puso como de gallina, era genial estar ahí y en mi mente sonaba aquel grito de "Freedooooom!!" que Mel Gibson hizo famoso en su película "Braveheart". Los detalles con los que está adornada son magníficos, especialmente la parte frontal que tiene la representación del casco y hacha de William, así como la espada que está en la parte intermedia y la corona que se encuentra en la parte superior del monumento. Yo estaba perdido en mis pensamientos y seguramente tirando baba cuando la mano de Alex en mi hombro derecho me despertó para señalarme la parte posterior del parque donde se encuentra un viejo pero grande y fuerte roble que según la traición es el roble de la familia Wallace donde William solía esconderse al jugar o cuando veía pasar soldados ingleses. No pude evitar el impulso de salir corriendo hacia el roble para verlo más de cerca y disfrutar de sus colores, textura y sombra. Iris se ofreció a tomarme una fotografía mientras posaba al lado del roble, la cual podrán ver al final de esta nota. Antes de volvernos al auto faltaba la mejor parte y mi mamá/suegra se encargó de hacerlo más emocionante todavía. Iris me pidió que cerrara los ojos, me tomó de la mano y me llevó caminando algunos metros lejos del Roble Wallace. "Cuídado, hay un escalón y luego hay otro, pisa con cuídado para que no resbales... bien, ahora puedes abrir los ojos", me dijo... y de repente me encontraba en medio de algo que no hubiera imaginado jamás... ¡las ruinas de la casa de Wallace!, ¡sí!, estaba parado justo donde pudo haber sido su cuarto o talvez donde se ponía a platicar con Malcom, su padre. A un par de metros de donde estaba parado se encuentra lo que alguna vez fue una chimenea y una suerte de parrilla donde pudo haber cocinado la carne que comía a diario. De inmediato Iris tomó la cámara y me animó a que posara sentado a un lado de aquellos restos de chimenea antes de que volviéramos a casa para encontrarnos con Craig y Gemma, quienes me esperaban para darme otra sorpresa.
Aquella mañana fue muy especial para mí porque siempre me ha gustado leer sobre aquel héroe escocés que se le puso al brinco a Inglaterra y logró que los escocéses se sintieran dueños de su país por primera vez desde que Longshanks había invadido sus tierras. He decidido dividir el relato de este día en dos partes, así que la próxima entrega terminaré de platicarles lo que sucedió durante la tarde, vale?. Les dejo fotos de mí en el Roble Wallace, las ruinas de la casa y de la columna. Adiós!.


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