Pensando detenidamente en las palabras de un interventor de gobernación que realizó recientemente una visita a este blog y dejó un ameno comentario respecto al nombre que tomé para éste, diré en defensa de mi poca imaginación que no sé como vino a mí dicha inspiración. Puedo mencionar a tres posibles víctimas -entre muchas otras- de este plagio en orden de aparición histórica:
- Carlos de Sigüenza y Góngora
- Fray Servando Teresa de Mier
- Guillermo Prieto
Debo admitir que nacer, crecer, sobrevivir y finalmente aprender a vivir en la Ciudad de México, no me da ningún derecho a utilizar la mentada denominación, pero haciendo uso de mis atribuciones de buen homo-chilangus-erectus, a favor del mercado negro de artículos de toda especie (¡Viva la piratería!), me tomé la libertad de nombrarlo como se me viene en gana. Y como esta suma de escritos no fue creada con afán de lucro, sino de complascencia personal, continuaré utilizando el mote. Podría llamarlo ¿Por qué no? "México, Ciudad de la esperanza". Digo, si alguien más no lo ha utilizado, pues si deseo nombrarlo así y una mente más avezada que la mía lo hizo antes, el sistema no me permitirá hacerlo ¿Correcto? Además, si un individuo comprometido con sus metas personales como AMLO lo hace, uno que es apartidista y aún así votó por él ¿Por qué no?
Ciudad de México
1 comentario:
jajajajjajaja, lo de ciudad de la esperanza también me ardería, jajajajajaj. Saludos
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