viernes, febrero 25, 2005

¿Qué le pasa a nuestra fiesta brava?

Señores... he vuelto!

Esta vez me dirijo a ustedes para expresar mi preocupación acerca de lo que ha sucedido a una de las tradiciones más viejas y arraigadas en nuestro país desde que los españoles les cayeron a los aztecas... me refiero a la fiesta de los toros, a algunos les puede gustar y a otros no, pero lo que es cierto es que esa tradición está pasando por un periodo oscuro desde hace ya algunos años atrás y yo como aficionado fiel a dicha fiesta, estoy preocupado.
Si alguno de ustedes es seguidor de la fiesta brava o si quiera le ha cambiado de canal y sin querer se ha topado con la transmisión desde la Plaza México, seguramente ha notado que ya no se llena la plaza con los toreros mexicanos que tenemos, solamente se llena cuando vienen toreros españoles con un sùper cartelazo de estrellas, cosa que es buena por que compartimos la fiesta con España y otros países, pero y los mexicanos??? se supone que en NUESTRA fiesta las figuras sean mexicanas y que les restrieguen la bandera tricolor a los que vienen de otros lugares a mostrar su arte. Claro que hay uno que otro mexicano que da la cara por nosotros... bueno, en ralidad creo que sólo uno lo hace y ese es el Zotoluco... pero y los demás??!!. La culpa de que nuestra fiesta sea ya casi de dominio español es culpa de las empresas que contratan a los toreros y arman las funciones, pues no les dan oportunidad a los toreros nacionales que tienen ganas de demostrar su arte y triunfar, pero los empresarios sólo piensan en el dinero y no en la mejora del arte en México, es por eso que la gente ha dejado de ir a la plaza, pues los toreros mexicanos que se presentan no tienen la suficiente experiencia para poder presentarse ante un público tan exigente como el del DF y esto se debe a que no se les dan oportunidades en carteles grandes. Más mexicanos y menos españoles!!. Otro día hablaré de la epidemia de debilidad en nuestro toro bravo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Seria mucho mejor que la gente no fuera aunque el torero sea extranjero... Pobres animales!

He dicho.