Cuando se eligió al PAN para suceder al PRI se esperaba -no milagros- una verdadera voluntad para gobernar, para asociar, para sumar esfuerzos, posturas, trabajos, proyectos, futuro. Pero todo quedó como un catálogo de "buenas intenciones". En el deseo de coaccionar a las demás fuerzas políticas, sólo por el hecho de haber registrado un enorme apoyo de la sociedad, el PAN equivocó el rumbo y se sumergió en una "guerra de dichos" que sólo ha beneficiado al precandidato del PRD a la presidencia de México. Este individuo, quien ahora enfrenta la posibilidad de ser procesado legalmente por efectuar un desacato judicial, ha desplegado una enorme variedad de armas de corte populista, anacrónicas por no decir más, para conseguir que las clases desposeídas del Distrito Federal, apoyen y vitoreen cada dicho, cada gesto, cada acción que realiza. Ahora bien, muchas personas que asisten a los actos convocados por el PRD, en realidad son acarreados de una u otra forma. También, es cierto que la población jóven que atiende a estas manifestaciones sociales está conformada en su mayor parte por personas que aún no llegan a los 25 años de edad. Un extenso número de ellos dejaron de lado las posturas que en diferentes épocas constituyeron el orgullo de generaciones universitarias, dejaron de llamarse así mismos "leninistas" o "marxistas", reflejando de esta forma su desprecio por tales posturas políticas. En muchos casos, desconociendo en fondo y forma el pensamiento que originó dichas teorías y tomando únicamente aquellas digeridas por dirigentes locales y estatales. El único motivo para tal afán fue dirigido a motivar la simpatía de los jóvenes hacia la figura del jefe de gobierno del DF. Por otro lado, los ancianos, las madres solteras, entre otros, reciben una significativa "ayuda económica" para suplir sus necesidades. Otros más, se benefician de los programas de vivienda implementados por AMLO. Sin embargo, es conocido que todos ellos son votos cautivos para los llamados "plebiscitos" y "consultas telefónicas" emitidas por el GDF, propiedad actual del PRD.
En su momento, AMLO se postuló sin contar con los años necesarios para aspirar a su actual cargo. Se enfrentó con adversarios como Jesús Silva-Herzog Flores, Santiago Creel y Marcelo Ebrard. No obstante, contó con la simpatía de la ciudadanía, la cual apoyó sus intenciones, pues la gente buscaba un cambio en la administración de la Ciudad de México.