sábado, marzo 05, 2005

La desdichada muerte III

Pues sería bueno que la adoración a la "Santísima Muerte" mantuvieran una línea de fuerte reinvindicación indígena. Sin embargo, esta nueva forma de idolatría desvirtua todas las características positivas de la "Coyolxauhqui". Sus líderes prefieren sujetarse a dogmas actuales y chantajear a autoridades eclesiásticas, utilizando la "polarización" -práctica común en estos tiempos- como instrumento de fuerza. ¿NO sería mejor mantenerse a parte? ¿Para que involucrar a sus seguidores en situaciones difíciles? ¿NO buscan el beneficio de la mayoría? El Vudú y la Santería existen y no necesitan que ningún gobierno les diga si pueden o no efectuar sus ritos. La libertad de creencia está vigente. Eso no significa que la Iglesia Católica Apostólica y Romana los reconocerá como una parte integral. El problema se centra en asunto legales y jurídicos. Otra vez, hace falta conocimiento y estudio de la ley. Es increíble que la gente situada al frente de comunidades y grupos siga con la necedad de imponer su voluntad por encima de lo que sea.


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