martes, abril 11, 2006

Una pronta respuesta

Esta es la respuesta al comentario que dejó Bárbara Cascabel en este humilde blog.

Querida Señorita Cascabel:
Pues sí, desde cierto punto de vista, podría ser que hablar de política resultara demagogia, al recurrir a los mismos lugares de siempre. Sin embargo, y a pesar que entiendo tu posición, no creo que dejar de hablar sobre este tópico nos haga bien en ningún sentido. Podría ser que esté equivocado en muchas cosas, y que en otras tantas no estemos de acuerdo, pero no por eso hablar de ellas únicamente nos hace perder el tiempo ó simplemente llenamos el espacio entre los dos con aire caliente. Creo que eres una persona sumamente inteligente, eso se puede desprender de ver el contenido de la bitácora que llevas y que escribes con tanto tino, causticidad, creatividad y buen humor. Me gustó la forma como llenas los renglones con burlas y crítica dirigida a puntos álgidos de la vida urbana en esta: La Ciudad Capital
Definitivamente diferimos en gustos, pero también hay algunas coincidencias. Asimismo, respeto tus preferencias, me parece que buscas la vanguardia en un sitio que gusta de copiar modas de otras latitudes y estratos. Tienes razón por ese lado.
Pero recuerda que la vacuidad no se combate con más espacios vacíos. Propuestas, sólo propuestas son útiles si quieres ver algo mejor. De otra forma, únicamente seguirás por esa ruta y al paso del tiempo encontrarás que nada te llena.
Creo fervientemente en la re-educación de todas y cada una de las personas. El conocimiento, sí aunque suene trillado, "es poder". Poder para cambiar nuestra existencia, nuestra visión de las cosas, tanto de aquellas fortuitas, como de esas otras que nos afectan en la vida, tanto agradables como desagradables. Es importante encontrar nuestras concordancias y nuestras diferencias, para llegar a un punto medio que no es posible encontrar casi en ningún lado. La confrontación de opuestos para reflexionar y conocernos, a uno mismo, y entre nosotros. Aprender unos de otros. No es posible intentar seguir por la vida sólo quejándonos. Me gusta hablar de la puerca política de mi país para causar varias cosas, entre ellas algo de introspección, y de alguna forma apreciar cómo ven las cosas los demás. Lo que aquí expreso en el blog, es mi voz, la de un simple (o simplón si así lo quieres) ciudadano que no encuentra mejor lugar para alzar su voz que un medio electrónico como este. Yo ni escribo en los grandes medios, ni soy político de carrera, ni funcionario público, ni nada que se le parezca. Y obviamente aborrezco todo lo anterior por su estatismo -en las dos acepciones de la palabra-.
No obstante, pensar que la política no debe interesarnos porque es un cuestión ajena a la vida cotidiana -o naca como lo has descrito y por las razones que sostienes en tu bitácora- es por no decir otra cosa, un poco "inocente" ¿No crees?
Toda actividad humana en sociedad -debo atender ahora a tu sentido de la obviedad- es de corte político, eso si te atienes al significado etimológico de la palabra, que ambos sabemos es griego.
Es como si me dijeras: "Calladito te ves más bonito", y eso en sí, no puede ni debe entrar en el proceso de concientización de todos nosotros. Votar no es la única vía, hay otras claro, pero por algún lado hay que comenzar.
Y esto te lo dice un apartidista.
Hace muchos años pensaba igual que tú, que de la política, ni las palomitas, ni los banderines, ni los ¡Viva México Cabrones!, el Día de la Independencia. Del Viva México a grito de ronco pecho, sigo creyendo que sólo es una forma más de engañar al respetable, eso y la burda intención de acercar a los mexicanos al pseudo-nacionalismo en el Palacio de las Bellas Artes, dónde insondables personajes como AMLO y Carlos Salinas se unieron a Televisa para invitar a la gente a participar en un México mejor.
Bueno, perdón me salí de la conversación con eso de Salinas, pero creo que si puedes escarbar un poco esa conciencia que tanto descalificas, podrías contemplar que ese México, existe a pesar de tí o de mí. Y que celebraciones como el Día de Muertos -tan desvirtuado a estas fechas-, y que yo aborrezco por lo desgastado y poco entendido del asunto, ó en tocadas de música, cuyo gusto no compartes, no impedirá que los mexicanos lo sigan efectuando.
Mejor entender y tratar de ir contracorriente, que es exactamente lo que tú haces pero desde otra trinchera. Eso y desde mi humilde perspectiva, intentar hacer algo para ayudar a construir el país que queremos como Sociedad y combatir esa conducta de indolencia, sea infructuosa la lucha o no.
Salute!




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